Playa de San Juan, en la diana del ocio nocturno tras el recorte horario en el centro de Alicante

Los vecinos temen que el barrio viva un incremento del número de locales de copas tras las medidas anunciadas en el centro y piden más control policial en los lugares más populares

Control policial en el entorno de Países Escandinavos, en Playa de San Juan, una de las zonas que concentra más negocios de hostelería, pubs y discotecas.

Control policial en el entorno de Países Escandinavos, en Playa de San Juan, una de las zonas que concentra más negocios de hostelería, pubs y discotecas. / Héctor Fuentes

Alejandro J. Fuentes

Alejandro J. Fuentes

La alegría de unos puede convertirse en la tristeza de otros. Mientras los vecinos del Casco Antiguo y el entorno de la calle Castaños celebran el recorte horario y de terrazas en el ocio nocturno, los residentes de Playa de San Juan temen un incremento de este tipo de negocios que pueda trasladar el problema a su barrio. 

Esta semana, el gobierno local ha anunciado las nuevas medidas que aplicará en el centro de la ciudad cuando entren en vigor las Zonas Acústicamente Saturadas. Una serie de restricciones que, a grandes rasgos, se resumen en una reducción del horario de apertura, la disminución del número de mesas en las terrazas a la mitad y la suspensión de nuevas licencias para locales de ocio.

Una decisión impulsada según el ejecutivo local «para garantizar el descanso», pero que convertirá la zona en menos atractiva para el sector de la hostelería, por lo que en Playa de San Juan temen que, al contar con una normativa más laxa, se produzca un «efecto llamada» que sature de ocio nocturno las calles del barrio. Algo que, de producirse, el Ayuntamiento ya ha advertido de que no le temblará la mano a la hora de controlarlo con la misma fórmula que se aplicará en Castaños y el Casco Antiguo.

En la zona de playas también existen varias áreas de locales de copas muy populares entre los jóvenes, principalmente en el entorno de las avenidas Costa Blanca y Países Escandinavos. El presidente de la asociación vecinal del barrio, José Caracena, aunque reconoce que «aquí todavía no es necesario aplicar lo mismo que en el centro», asegura que «hay un entorno de unos 200 metros con muchos puntos de encuentro de jóvenes», donde los fines de semana se ven actos de vandalismo, grupos de personas en estado de embriaguez o fuertes ruidos de madrugada. De hecho, este verano se ha intensificado el control al botellón durante los fines de semana, señala. Por ello, el representante vecinal teme que las medidas aplicadas en el centro puedan empeorar la situación en la zona: «A mayor volumen de personas, mayor probabilidad de que haya problemas, por lo que necesitamos más Policía para que haya un mayor control».

Sobre las zonas más conflictivas, Caracena fija el foco principalmente en el entorno de Países Escandinavos: «Las discotecas están insonorizadas y tienen medidas para controlar el ruido, pero la gente se acumula fuera y luego se dispersa por el barrio cuando ha bebido. Por eso el problema es mayor en esa zona, porque muchos locales tienen las mesas al aire libre». Además, el presidente de la asociación vecinal recuerda que se trata de una zona de urbanizaciones donde también se encuentra un conocido hotel, por lo que las molestias del ocio afectan a residentes y a turistas.

Por su parte, el vicealcalde y concejal de Medio Ambiente, Manuel Villar, indicó a la hora de presentar las medidas que «no es la primera ZAS que se instala en España» por lo que el asunto «es muy sencillo: si se produce en otras zonas de la ciudad situaciones idénticas en las cuales hay que aplicar nuevas medidas, pues se tendrán que aplicar».

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