La Universidad de Alicante combate el abandono de los estudios con clases de repaso impartidas por alumnos

Combatir el abandono de las carreras de Ingeniería y Arquitectura (aproximadamente hasta un 50 % de los estudiantes dejan los estudios en los primeros cursos, como ocurre a nivel nacional) ha llevado a la Universidad de Alicante (UA) a poner en marcha, entre otras medidas para revertir esta tendencia, un plan novedoso en España, importado de Estados Unidos e Inglaterra, en el que implica a sus estudiantes más brillantes.

Y es que la institución académica se ha encontrado con aulas, como por ejemplo, la del grado en Telecomunicaciones que han pasado de tener 80 estudiantes en el primer curso a 40 en segundo. 

Es por ello, por lo que la Escuela Politécnica Superior decidió apostar durante el 23/24 por un innovador programa de refuerzo, que se repetirá en el segundo cuatrimestre de este curso y que podría replicarse en los siguientes ejercicios incluso en más facultades.  

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¿En qué consiste? Alumnos de grado de cursos superiores, con altas habilidades para las Matemáticas y con una especial predisposición y capacidad para trasmitir este conocimiento, son los protagonistas del programa piloto «Yo te ayudo con las Mates». 

Becas

Los chavales, que se presentan voluntarios, y que tienen que pasar una prueba para ser seleccionados, imparten clases de repaso y orientación a los alumnos de primer curso, convirtiéndose en mentores. Por su participación son gratificados con una beca. Y es que uno de los escollos que han detectado en estas carreras de ciencias es que en muchos casos pasan de instituto a la Universidad flojos en Matemáticas o la Física, lo que es la base para las ingenieras o la arquitectura, grados en los que los estudiantes más se dejan los estudios por las dificultades que tienen.  

«Hemos apostado por un modelo de éxito extendido en las universidades de Inglaterra y de Estados Unidos»

Josué A. Nescolarde profesor de matemáticas

La diferencia de este programa con los que hay extendidos en la mayoría de universidades españolas, que consisten en las clases de apoyo con docentes, como tiene la Universidad Miguel Hernández (UMH), es que se involucran a los alumnos «porque entre ellos encuentran una mayor sensación de cercanía, parece que les impone menos consultarle las dudas a estudiantes mayores que a los profesores, por muy empáticos que sean», explica Josué Antonio Nescolarde Selva, profesor del Departamento de Matemática Aplicada de la Universidad de Alicante que ha impulsado el programa. 

Eso sí, los alumnos que han prestado su ayuda no han estado solos, sino acompañados en todo momento por el docente, quien les ha dado orientación pedagógica sobre cómo dar las clases de apoyo, sin que éste interaccionara con los asistentes a esas sesiones de refuerzo.

Las derivadas y las integrales han sido los cálculos que han cobrado protagonismo en estas lecciones impartidas por estudiantes que han tenido más de un ocho de media en las asignaturas de Matemáticas y que, antes de entrar en este programa, han pasado una prueba para resolver un problema simple que tuvieron que saber explicar para mostrar sus dotes pedagógicas.

El pasado curso fueron seis los jóvenes seleccionados (Aitana Morote, Raquel Gosálbez, Adrián Bordonad, Sebastián Alejandro Hernández, Nikolai Pomares Jiménez y Cecilia Mazón) que ayudaron a una treintena de alumnos a resolver problemas y a prepararse de cara a los exámenes finales con sesiones presenciales de dos horas (20 mensuales) durante abril, mayo y junio. También se han puesto en marcha clases presenciales.

Esta actividad de mentorización, además de los beneficios que han encontrado los alumnos que han necesitado un refuerzo, pretende potenciar la capacidad de liderazgo, así como las habilidades de comunicación del desarrollo profesional continuo de los futuros ingenieros. Y es que a parte de la ayuda económica que han recibido, «la experiencia va a tener peso a nivel curricular», explica Nescorlarde. 

En primera persona

Adrián Bordonado, uno de los estudiantes de Ingeniería Biomédica, que ha ejercicio como mentor, asegura que la experiencia «ha sido muy beneficiosa» para los alumnos que se han implicado «porque ayuda a ver una pequeña facción de cómo es la enseñanza». Reconoce que tenía cierto temor por dar clase, pero que se «enamoró» de esta faceta y que quizás, una de sus apuestas cuando termine la carrera sea impartir clases. Sobre los alumnos a los que ha prestado orientación admite que «eran personas a las que no se les había dedicado suficiente tiempo en el aula. Les faltaba atención individual» y destaca que las sesiones de «Yo te ayudo con las Mates» ha brindado a los asistentes más cercanía y tiempo para resolver dudas porque eran grupos reducidos. 

«Las Matemáticas y la Física son necesarias para que no se derrumbe todo el edificio, son la base»

Raquel GosálBez, Estudiante mentora

A Sebastián Hernández, otro estudiante de la Escuela Politécnica Superior de la UA que se adentró el pasado curso en este programa piloto, admite que la beca le causó interés por dos cosas: «Una porque me faltaba dinero y otra porque me interesaba ganar habilidades de comunicación». El joven universitario que aspira a orientar su futuro laboral a la Ingeniería Informática aplicada a la Medicina, asegura que ayudó a su «alumna» a aprobar los exámenes.

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Raquel Gosálvez, otra de las estudiantes que colaboró con la UA en este plan para combatir el abandono de estudios reconoce que las Matemáticas y la Física hace que muchos acaben dejándose la carrera. «Desde la primera clase intenté que entendieran lo que estaban haciendo, como por ejemplo, qué es un límite, una integral y una derivada» indica, además de destacar la importancia de que para tener una buena base «es esencial para que no se derrumbe todo el edificio, si no, no se avanza». La universitaria anima a los estudiantes de primer curso a que participen en estas clases «porque además de ser gratuitas, tienen otro enfoque y sirven de mucho».

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