Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

La soledad de las personas mayores: "Mis hijos tienen sus vidas, pero estar en casa es lo peor"

Las mujeres viudas y de bajos recursos son las más afectadas por una problemática que desde Cruz Roja indican que afecta ya al 20% de los mayores de 65 años en la provincia

La lucha de Cruz Roja contra la soledad en personas mayores en Alicante

Áxel Álvarez

Lydia Ferrándiz

Lydia Ferrándiz

Nieves Martín coge cada semana la línea 5 de autobús para llegar al centro de Cruz Roja en Alicante. Es viuda, tiene 80 años y una familia que la quiere. Pero desde que acabó la pandemia se siente sola la mayoría de días. Una sensación que comparte con el 20 % de los alicantinos que tienen más de 65 años en la provincia. Pese a todo, un día Nieves decidió que algo tenía que cambiar. Ahora sonríe tímidamente mientras recuerda cómo llegó al grupo de talleres para combatir la soledad que comparte con las que ahora son sus amigas. "Al principio no sabía lo que era esto, vine un poco nerviosa", confiesa Nieves. "Mis hijos tienen su vida, y yo, aunque me dedican tiempo cuando pueden, hay momentos en que estoy sola. Pero tengo que echar para adelante", añade García.

La soledad es un sentimiento que cada vez afecta más a la vida de miles de personas mayores en la provincia, especialmente en mujeres viudas y de bajos recursos. Cruz Roja, conscientes de esta problemática, ha creado una red de apoyo que incluye talleres, actividades de ocio y acompañamientos para paliar la soledad en las personas mayores que se sienten solas. Como para Nieves, este tipo de programas suponen un cambio en la vida de las personas que participan en ellos. “Nos llamamos las chicas”, confiesa Nieves entre risas: “Nos lo pasamos bien, una dice una cosa, otra cuenta otra y así pasamos el rato. A mí lo que más me gustan son las manualidades, preparamos nosotras mismas las decoraciones para la cena de Navidad y ahora estamos montando un teatro, son tres escenas, y yo salgo en la de Nochevieja. Cuando salimos de aquí las que hemos hecho grupo nos llamamos por teléfono o venimos juntas en autobús, eso nos alegra el día”, relata.

La historia de Nieves no es única. Como ella, son muchas las personas mayores en Alicante que experimentan la soledad. Pilar Anay, de 79 años, perdió a su marido hace ahora cinco años, y entonces, su mundo se redujo a las paredes de su casa. "Cuando murió mi marido, me sentí completamente sola", relata Pilar. "Mis hijos tienen sus vidas y, aunque me ayudan, estar sola en casa era lo peor". Pero desde que participa en estos programas, las cosas han cambiado para ella. "Una voluntaria, Mandy, me visita una vez a la semana, los martes. Ese día es sagrado. No hay médicos ni nada que lo interrumpa. Nos vamos juntas a hacer recados, tomamos un café, y si hace buen día, hasta nos damos un paseo por la playa", explica Pilar con una sonrisa. 

Un voluntario de Cruz Roja acompaña a Nieves García a uno de los talleres de manualidades a los que asiste junto a sus nuevas amigas.

Un voluntario de Cruz Roja acompaña a Nieves García a uno de los talleres de manualidades a los que asiste junto a sus nuevas amigas. / ÁXEL ÁLVAREZ

Un sentimiento mutuo para Amanda Escabosa, Mandy, una voluntaria de Cruz Roja para quien esta labor va mucho más allá de cumplir con un compromiso: se ha convertido en una experiencia transformadora. "Dicen que nosotros ayudamos a ellos, pero ellos nos ayudan a nosotros. Es tan gratificante ver cómo va mejorando, tiene algo que me inspira", afirma Amanda. "Los martes que vamos, conversamos muchísimo de todo. Se pone a hacer la gimnasia, después solemos ir mucho a la confitería. Terminamos el gimnasio y nos vamos a tomar un café. Y bueno, ahora hemos cambiado la rutina y hemos dejado la gimnasia, pero a Pilar le gusta mucho la tarta. Esto te llena el alma, claro", señala Amanda.

Aunque la soledad afecta a todas las personas mayores, es particularmente cruel con las mujeres viudas. Remedios Alarcón, presidenta de Cruz Roja en Alicante, explica que "son las mujeres las que más sufren la soledad. Muchas, después de toda una vida dedicándose a la familia, se encuentran sin redes de apoyo cuando pierden a sus maridos. Además, la soledad en mujeres mayores puede estar vinculada a otras problemáticas como la falta de recursos económicos o problemas de salud", comenta Alarcón.

De hecho, la viudez es uno de los principales factores que agravan la sensación de aislamiento. A partir de los 65 años, muchas mujeres viven solas, pero, como subraya Alarcón, "no todo el que está solo siente soledad". Sin embargo, la gran mayoría sí. “Muchas de ellas se conforman con estar solas, porque no ven otra opción, pero a menudo la soledad no es una decisión, sino una consecuencia de la falta de oportunidades”, añade la presidenta de Cruz Roja en Alicante.

Una comunidad unida

Para hacer frente a esta problemática, Cruz Roja ha implementado un conjunto de iniciativas que buscan acompañar a las personas mayores, ofreciendo apoyo físico, emocional y social. En lo que va de 2024, la organización ha atendido a 942 personas mayores de 65 años que refieren sentir soledad no deseada y ha realizado más de 9.764 intervenciones. Entre estas destacan los 3.372 acompañamientos en domicilios o fuera de ellos, 3.224 capacitaciones en talleres de alimentación, manualidades, gimnasia o yoga, y 1.743 seguimientos personalizados para verificar el bienestar de los mayores, según datos ofrecidos por Cruz Roja Alicante.

María José Bautista, trabajadora de Cruz Roja, recalca la importancia de este trabajo continuo. “No solo atendemos la soledad, aunque es una de las cuestiones más urgentes hoy en día. También realizamos talleres de alimentación saludable, manejo de medicación y actividades como Tai Chi o manualidades creativas para mantener a los mayores activos y socializados”, señala. Para aquellos que no pueden asistir a los talleres por limitaciones físicas, Cruz Roja organiza acompañamientos a domicilio. "En algunos casos, un voluntario los acompaña a pasear porque no se sienten seguros al salir solos. En otros, les acompañamos a citas médicas o les ayudamos a gestionar sus necesidades básicas", añade Bautista.

El trabajo de los voluntarios es, sin duda, el pilar fundamental de este esfuerzo. Actualmente, Cruz Roja cuenta con alrededor de 200 voluntarios en la provincia de Alicante, sin los cuales sería imposible llevar a cabo tantas intervenciones. Como el que realiza la voluntaria Mandy con Pilar, para quien se ha convertido en uno de sus grandes pilares. "A veces me llama ella o la llamo yo. No quiero llamarla mucho porque la puedo molestar, pero si hay algún evento en la Cruz Roja, la llamo enseguida y le digo: 'Pilar, esto lo vas a hacer'", afirma Escabosa.

La pandemia del COVID-19 exacerbó la sensación de aislamiento entre las personas mayores, como recuerda Bautista: "Fue un momento crítico. De repente, la soledad, que ya existía, se hizo más visible. Las personas mayores tenían miedo de salir, y la falta de contacto con sus seres queridos lo empeoró todo". Durante esos meses, Cruz Roja llevó tablets a las casas de estas personas para que pudieran hacer videollamadas con sus familiares. “La brecha digital es otro gran problema. No solo están solos físicamente, sino que muchos de ellos ni siquiera saben cómo utilizar un teléfono móvil para hablar con sus hijos o nietos”, explica Bautista.

Mientras tanto, mujeres como Nieves, Pilar y muchas otras seguirán luchando cada día contra la soledad, gracias a ese rayo de esperanza que programas como los de Cruz Roja les brindan. Como dice Nieves al despedirse de su grupo de amigas: “Nos vemos en el próximo taller, chicas”.

Voces en Red: tecnología para combatir el aislamiento

Dentro de su esfuerzo por mejorar la calidad de vida de las personas mayores, la Cruz Roja, en colaboración con la Fundación Amancio Ortega, ha puesto en marcha el proyecto "Voces en Red". Este programa incorpora dispositivos de voz en los domicilios de las personas mayores para realizar un acompañamiento y seguimiento más completo. La tecnología no solo permite mantener el contacto regular entre las personas beneficiarias y sus familiares, sino que también refuerza el apoyo brindado por los voluntarios.

Pilar Anay utiliza el dispositivo de voz que tiene en casa para pedirle que le cuente un chiste o la programación dle teatro.

Pilar Anay utiliza el dispositivo de voz que tiene en casa para pedirle que le cuente un chiste o la programación dle teatro. / ÁXEL ÁLVAREZ

Pilar Anay, una de las beneficiarias, ha incorporado esta tecnología en su día a día de manera muy natural. Para ella, el dispositivo es más que un asistente, es una compañía diaria: “Le pido que me ponga música, pero cuando me canso le digo '¡basta ya!', y le pido que me cuente un chiste en su lugar. Algunos son malos, pero me río igual”, comenta entre risas. “El otro día me soltó uno que decía: ‘¿Cuál es el animal más antiguo? ¡La cebra! Porque está en blanco y negro desde siempre’. ¡Me partía de risa!”, añade Pilar con una sonrisa.

Y es que el uso del dispositivo facilita a personas mayores como Pilar tareas cotidianas a la vez que le permite entretenerse. "Me acompaña mucho, a veces le pido que me ponga música y si me canso, le digo que pare. También me ayuda a recordar cosas, como las pastillas que tengo que tomar o la lista de la compra", relata Pilar. "Cuando no tengo ganas de ver televisión ni hacer otras cosas, le pido que me hable del tiempo que me diga si hay algo en el Teatro Campoamor. Me mantiene activa y siempre hay algo que me mantiene conectada", relata Pilar.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents