
Pasión por el deporte y la agricultura
Fundadora del primer equipo femenino de baloncesto de Teulada y presidenta de la Cooperativa teuladina San Vicent Ferrer

Paqui Oller durante la celebración en Madrid, tras recoger el Premio Medalla de Oro Radio Turismo 2006. | COLECCIÓN FAMILIAR
«Amb tu hem aprés a estimar la terra», estas palabras, grabadas para siempre en la puerta que cierra la vida de Paqui Oller Vila (1949-2022) son el agradecimiento y reconocimiento de su familia: «Amor por la tierra y su defensa, una constante en su existencia, y pasión por el deporte y el moscatel», resume Joan Ivars Cervera, su esposo. «Ya va la bala» decían los chicos cuando comenzaba a correr Paqui en los partidos de baloncesto; «lo primero que me dijo cuando llegó a la Cooperativa es que no sería una presidenta florero», señala la gerente Joselina Vallés LLobell; y la enfermera María Dolores Marcos Ivars, amiga, jugadora de baloncesto y mano derecha de Paqui en lo deportivo, se emociona al decir que «Paquita nos enseñó deporte y a defendernos en la vida». Así era esta teuladina que da nombre al Pabellón Municipal de Deportes de su localidad y que durante más de dos décadas presidió la Cooperativa Sant Vicent Ferrer de Teulada. Es allí, en esta oficina que tantas veces Paqui recorrió, donde conversamos con Joan, María Dolores y Joselina sobre sus recuerdos y vivencias.

De izda. a dcha.: Paula, nieta de Paqui; Teresa Ivars; Joan Ivars; Jordi Ivars; M.ª Dolores Marcos y Joselina Vallés el día que el Ayuntamiento de Teulada otorgó el nombre de Paqui Oller Vila al Pabellón municipal, 2022. | COLECCIÓN FAMILIAR
La cátedra ambulante de la Sección Femenina iba por los pueblos informando sobre sus cursos de deporte, coros y danzas o cocina, entre otros; ése fue el embrión para Paqui; entonces logró convencer a su madre para que la dejara ir a hacer el curso de Instructora Elemental de Educación Física en Castellón de la Plana; tenía 17 años. «Cuando regresó, era ya 1967, y empezó a practicar baloncesto. Difícil, no había nada, y para las mujeres menos todavía; es entonces cuando crea y fomenta un grupo femenino, tira de nosotras con tanta fuerza que todavía seguimos siendo amigas. Paquita hizo lo máximo que una mujer podía hacer en aquella época, el germen lo sembró en la década de los sesenta del siglo XX y estamos en el siguiente», expresa María Dolores. Ese mismo año funda el equipo de baloncesto y se federan en Segunda Categoría Provincial de Alicante como Sección Femenina Teulada; años más tarde, con la llegada de la Democracia, la agrupación cambió su nombre a Olympia Bàsquet Teulada, manteniéndose activa hasta 2018.
«Cuando entrenaba era una persona muy exigente», recalca María Dolores. «Entrenábamos en el patio de las escuelas públicas, que era de tierra, al aire libre y sin vestuarios, de 19 a 21 horas, lunes, martes, miércoles, jueves y viernes, y los domingos jugábamos, nos venían a ver jugar después de misa y, tras el partido, íbamos a tomar el aperitivo; los novios lo sufrían, nunca acabábamos a la hora; Paqui llevaba en un estuche el pito y un plomo-fusible -que le habían dado en el colegio- para tener luz en las cuatro bombillas que nosotras mismas habíamos instalado. Teníamos dos vigas de madera y un cuadradito arriba y nada más; un día fui con mi familia a Valencia y compré una red por primera vez. Jugábamos con los equipos de los pueblos cercanos y, cuando se formó una liga comarcada, llegó la sorpresa de que Teulada fue campeona». Llegar a Primera Categoría Provincial, que así lograron –según recoge INFORMACIÓN en abril de 1971– «suponía jugar en campo de cemento; los novios y los amigos nos ayudaron, trabajábamos cuando ya no hacía calor, sacábamos la tierra, poníamos la gravilla, hacíamos la mezcla, la tirábamos y avanzábamos en la construcción del terreno de juego; las rayas del campo se marcaban con azulete o yeso blanco; las porterías las hizo Ferretería Morant, se desmontaban una vez al año para pintarlas y remozarlas».

De izda. a dcha.: Teresa, hija de Paqui; Paula, nieta de Paqui y Paqui tras jugar Paula un partido de baloncesto en 2018. | COLECCIÓN FAMILIAR / Colección Familiar
Campeonas provinciales
María Dolores cuenta que «a partir de ese tiempo, el equipo va consolidándose poco a poco y la afición de las mujeres teuladinas por el baloncesto va en aumento, de tal manera que surgen nuevas jugadoras que ampliaban la plantilla anterior y se formó el equipo Sección Femenina Teulada Categoría Juvenil», que llegaron a proclamarse campeonas provinciales. «Imagínate unas niñas de la época, de Teulada, entre 12 y 15 años, que tenían que desplazarse a Albacete durante una semana para jugar contra equipos de toda España; y a sus padres confiando en Paquita, que tenía 22 años. Algo tendría Paquita cuando nos permitieron hacer ese viaje; no nos clasificamos, pero competimos a nivel nacional». María Dolores comenta que «teníamos que esperar a la semana siguiente para conocer las clasificaciones de los otros equipos y nos buscábamos en la prensa de entonces». Añade Joan que Paqui «fue corresponsal del rotativo alicantino Primera Página, donde firmaba como María Francisca Oller». Los periódicos de entonces sobre todo recogían noticias de fútbol en todas sus categorías; las actualizaciones del resto de deportes se analizaban con menor profundidad y se publicaban con menos asiduidad.

Equipo S.F. Teulada en el Patio de las Escuelas Públicas. Arriba, de izda. a dcha.: M.ª Dolores Marcos, Josefa Pilar Ivars, M.ª Rosa Vallés, María Mengual, Vicenta Buigues y Paqui. Abajo, de izda. a dcha.: María Vallés, Rosalina Vila, M.ª Vicenta Buigues y Pepa Serer, 1972. | COLECCIÓN FAMILIAR / Colección Familiar
Entre los fondos que el Archivo Histórico Provincial de Alicante conserva, se encuentra que el 12 de diciembre de 1971 la Regiduría Provincial de Educación Física de la Sección Femenina de Alicante organizó las pruebas para obtener el Distintivo Nacional de Aptitud Deportiva. Paqui, como el resto de profesorado de Educación Física y entrenadoras de los diferentes deportes recibió la convocatoria y se presentó puntual en la Ciudad Deportiva “Francisco Franco” de la capital; tenía 22 años y obtuvo medalla de oro, al igual que otras cuatro deportistas más de las veintitrés mujeres inscritas. Otros datos que se guardan en mencionado Archivo son los gastos por desplazamiento asignados –5760 pesetas– para la fase eliminatoria de Primera Categoría Juvenil de 1972 y para el campeonato federativo del mismo año –7740 pesetas–, en el que participaban doce equipos de los que 7 pertenecían a la Sección Femenina –Productoras de Alicante, Beniarbeig, Crevillente, Elche, Pego, Teulada y San Vicente– con un total de 89375 pesetas, que incluían también horas de espera y arbitrajes. Los otros cinco equipos eran Petrel y Apacesco, Marillac, San Roque y Vedruna, de Alcoy. Precisamente en Alcoy, refiere María Dolores, «buscamos la fábrica más barata y compramos, gracias a que la empresa Vives Dalmau nos donó 500 pesetas, nuestra primera equipación oficial, un chándal de algodón, rojo y blanco, que desteñía por completo. Las letras y números los bordó la señora Micaela. En cuanto a las zapatillas, marca Keds, las pedíamos para Reyes o en los cumpleaños, o jugábamos con lo que teníamos, hasta con alpargatas».
En 1971 obtiene el Distintivo Nacional de Aptitud Deportiva con medalla de oro
Poder estudiar en la provincia cercana fue todo un triunfo para Paqui; su madre, María (1923-2022) se quedó viuda muy joven, cuando su única hija tenía poco más de diez años, y la protegía mucho. «Paqui siempre fue una niña muy inquieta, hablaba con todos, iba a las monjas, como la mayoría en el pueblo», recuerda Joan. «Tocaba el piano, le daba clases el músico Pascual Pérez Albiñana» añade Joselina. También hizo teatro durante unos años, representaban sainetes por los pueblos de alrededor y obras importantes como La herida luminosa de Josep Maria de Sagarra. El deseo de Paqui era estudiar fuera, volvió a marcharse en 1973 para realizar el Curso Superior de Educación Física, también en un centro femenino de la Falange, en Madrid; hasta el curso 1977-78 no se produce la integración de la formación de mujeres en el Instituto Nacional de Educación Física. En Madrid coincidió con Joan, que se convertiría en su esposo en 1974; él preparaba oposiciones en la capital. Cuando las aprobó –profesor de latín– le destinaron a Llíria y vivieron en Valencia hasta 1977, año en que se trasladaron a Denia.
Su deseo era estudiar fuera y en 1973 volvió a marcharse a Madrid
Paqui entonces comenzó a estudiar en la UNED, primero se decantó por Historia y lo dejó por Derecho, que cursó solo dos años porque «se entusiasmó con la Cooperativa y decía que no podía llevarlo todo al mismo tiempo», explica Joan. Nacieron sus hijos en Teulada, Jordi en 1976 y Teresa en 1979. Decía Paqui que «siempre he cortado el pelo de los niños en Teulada»; iba y venía casi a diario para visitar a su madre. En 2008 se trasladaron Joan y Paqui a Teulada, donde vivía la familia de Jordi, con su esposa y sus dos hijas, María y Paula. María se ha decantado por Bellas Artes y la pequeña estudia un módulo de Formación Profesional de vinos y aceites; a Paula le encantaba ir a la Cooperativa para estar con su abuela; cuando oía la llegada de su furgoneta, salía corriendo con los brazos abiertos a buscarla.

El primer balón reglamentario del equipo S.F. Teulada, firmado por Paqui, 1969. / Colección Familiar
Moscatel
Joselina recuerda que «la madre de Paqui, María, era socia de la Cooperativa y que, con el tiempo, y por su avanzada edad, Paqui la sustituyó en la titularidad como socia. Pasados unos años, Paqui Oller fue elegida presidenta de la Cooperativa, la primera mujer». Joselina señala que «eran todo hombres, y cuando íbamos a las primeras reuniones, le decían, tú calla, que yo hablaré, no la dejaban hablar aun siendo la presidenta». Es más, añade Joselina «muchos socios se fueron por el simple hecho de quedarse la Cooperativa en manos de dos mujeres, las de Paqui y las mías». Continúa la gerente de la Cooperativa: «Era una motoreta en todo, subía las escaleras corriendo, siempre iba deprisa, pero llegaba a todo. Venía de entrenar, de psicomotricidad, de Benitatchell, de Morarira, o de gimnasia de mantenimiento en Teulada; cuántas veces con su Orion rojo se llevaba sorpresas bajando las rectas del polígono de Benissa», cuenta Joselina. Paqui decía «soy la presidenta, la que firmo y la responsable de lo que pase en la Cooperativa»; llegaba cuando podía «es que no tengo más horas», decía; «venía con una hoja llena de anotaciones y preguntas por delante y por detrás: con qué proveedores trabajamos las botellas, los cartones, los corchos… yo esperaba siempre y respondía a aquellas preguntas; al día siguiente se llevaba las respuestas y volvía a traer otra lista nueva». «Era muy exigente en su trabajo», añade Joan. Cuando nacieron Jordi y Teresa, Joan también colaboraba y se encargaba de los niños, «aunque el ama de casa era Paqui, nos repartíamos las tareas». Sobre Joan y Paqui, Joselina añade «se respetaban mucho, Paqui sabía la importancia que tenían las reuniones y presentaciones de libros y revistas de Joan y, a su vez, él siempre permitía que Paqui brillara». Hasta que se casó, Paqui también había sido la primera administrativa del Ayuntamiento de Teulada.
Desde que Paqui ocupó el cargo honorífico de la presidencia, convirtió en internacional el moscatel de Teulada –entre otros, estuvieron en Promoción Alimentaria de España, en China– cosechando más de una treintena de premios nacionales e internacionales, como el Gran Zarcillo de Oro 2018 por el Dolía, el vino dulce al que Paqui añadió mandarina; el Bacchus de Oro 2016 para el semiseco blanco Vent de Gregal; medalla de Oro Muscats du Monde en Francia 2014 al mejor moscatel del mundo; hasta llegar a 2023 con tres premios que reconocen sus vermús y sus blancos. Ya son catorce las referencias que suman desde las dos iniciales, mistela y vermú. «Paqui siempre innovaba, diversificaba; decía: “no hace falta crecer tanto, no queremos ser grandes ni meternos en todas las grandes superficies; nosotros queremos que no se burlen más del agricultor»; Paqui leía muchísimo; su cabecita no paraba». Evoca Joan cómo «en un viaje a Mallorca nació el nombre del moscatel Càntic del sol» y, señala Joselina, «en las Ramblas de Barcelona, durante Alimentaria, se fraguó la idea del vino tinto Llum de Lluna; siempre hemos sido un tándem total, ella impulsaba, creaba, empujaba, y yo ponía mi pasión, porque a mí me encanta mi trabajo». Paqui decía que «el movimiento se demuestra andando» y se comparaba con la gaseosa por su impulsividad, por eso me enseñó que «siempre hay que sopesar las reacciones y meditarlas y, cuando teníamos que tomar una decisión importante, me animaba a hablarlo al día siguiente, para no decidir en caliente». También me enseñó que «la mujer tiene que ser económicamente independiente» y que, si le preguntáramos por las cuotas, seguramente diría «no hace falta el mismo número de hombres y mujeres, siempre tiene que haber más mujeres que hombres, todo mujeres».
Rememora Joan que, en su familia, Paqui, sus hijos y nietas, «desde hace muchos años elaboramos nuestro propio vino, tenemos una prensa manual y un lagar para pisar la uva». Así, Paqui, en 2021, pidió en la Cooperativa «cuando hagáis el primer trasiego, pero no en octubre sino con la luna de enero, llenadme estas barricas, quiero hacer un vino como lo hago en casa». Ese extraordinario vino blanco, presentado durante el emotivo homenaje rendido a Paqui en la Feria de enoturismo y gastronomía Alere/Dolía, celebrada en septiembre de 2022 en Teulada, es La Sisca de Paqui, único, con carácter, como era ella; es su tesoro, es el legado que deja.
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