Cuando reciclar no es tarea sencilla

«Los contenedores marrones más cercanos están a más de 500 metros», comenta una de las vecinas de la Albufereta que quiere reciclar en su zona pero la distancia dificulta su intento. Este es el caso de los residentes de las áreas residenciales de los edificios «Rocafel» y «Adoc», en su mayoría, personas mayores, que necesitan desechar la basura orgánica de forma diaria pero no les queda otra que juntarla y echarla al contenedor gris de resto.

Desde la Asociación de Vecinos de la Serra Grossa-Adoc, Antonia Graells, indica que «actualmente, solo hay dos contenedores para residuos orgánicos, ambos ubicados en la avenida de Villajoyosa: uno frente al edificio Vistamar y otro cerca del edificio Gafner». Graells explica que «un ejemplo claro de los problemas que enfrentamos es el caso de la calle Sol Naciente donde no hay contenedores de orgánicos».

«El más cercano obliga a los vecinos a subir dos niveles de escaleras para alcanzarlo y este tipo de barreras desincentiva el reciclaje, especialmente entre las personas mayores o con movilidad reducida», declara la usuaria con tarjeta para contenedores inteligentes en desuso. En la misma línea opina Elena Aguado, presidenta de uno de los bloques del edificio «Adoc» que también incide en la falta de difusión del uso de la tarjeta ya que aclara que «al principio había una campaña, pero no ha continuado, respecto a los residuos orgánicos, y entre que hay pocos puntos y llevar la basura lejos, sobre todo para las personas mayores, requiere un trabajo extra».

«Sin esa tarjeta, no pueden acceder a los contenedores, y trasladarse hasta el quinto pimiento para tirar la basura resulta muy complicado», relata Aguado. Por otro lado, Lorenzo Barrais, vecino de l a zona, insiste en que «urge que coloquen el contenedor orgánico y que haya un mantenimiento más adecuado». Rosa María Martín, también residente de la zona, explica que «A veces terminas mezclando los residuos o dejándolos en otro sitio».

Para orgánica

El reparto de estos depósitos para residuos orgánicos comenzó su distribución en la zona de Playa de San Juan y el Cabo de la Huerta y continúo por los diferentes distritos de Alicante como San Blas-Santo Domingo, Campoamor, Carolinas entre otros, poniendo como fecha de fin de su implantación el verano de este mismo año. El proceso consistía en tener estos dispositivos inteligentes para facilitar la recogida de basura orgánica en la ciudad a través de la apertura de estos gracias a una tarjeta o una aplicación móvil con conexión NFC.

Los vecinos que colaboren con esta medida podrán recibir a partir de 2025 bonificaciones fiscales en la tasa de basuras por realizar esta tarea, tal y como establece la normativa nacional y europea en materia de residuos para fomentar el reciclaje y la economía circular.