La edad para ser madre en la provincia se estanca en los 30 años

Expertos aseguran que cada vez se retrasa más la edad para tener al primer bebé por la falta de estabilidad económica, laboral y personal

Ángeles García, cuando estaba embarazada a sus 31 años, en una foto en la playa de Muchavista en El Campello.

Ángeles García, cuando estaba embarazada a sus 31 años, en una foto en la playa de Muchavista en El Campello. / INFORMACIÓN

«Se te va a pasar el arroz». Esta es una de las frases más recurrentes que escuchan las mujeres que superan la treintena, especialmente si cumplen con los «requisitos» que la sociedad considera ideales: tener pareja, un empleo estable, una vivienda y, en general, el equilibrio necesario para pensar en formar una familia. Sin embargo, para muchas mujeres, estas presiones externas son una carga. Así lo sintió Ángeles García, madre de Mateo a los 31 años: «La sociedad siempre quiere marcar los ritmos de nuestra vida. Te indican cuándo es o no es el momento idóneo».

Desde hace diez años, la edad media para tener el primer hijo en la provincia de Alicante se mantiene en los 30 años, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Y todo apunta a que esta cifra seguirá aumentando, debido a la complicada realidad social de los jóvenes. Factores como la dificultad para independizarse, la inestabilidad económica y laboral, y los elevados costes de vivienda conforman un cóctel que aleja cada vez más la maternidad de las prioridades de los menores de 30 años.

La doctora en Sociología, enfermera y profesora del Departamento de Sociología I de la Universidad de Alicante, Alba Navalón, destaca que el retraso de la maternidad responde a además de la estabilidad económica y la situación laboral de la población joven a otras como la vivienda, pues señala que «también tiene un impacto importante: los altos costes hacen que sea difícil dar ese paso» y añade además que «la pareja influye mucho, a menudo nos preguntamos si la persona con la que estamos será la definitiva o si habrá otras relaciones en el futuro. Esa incertidumbre contribuye a posponer el momento», explica Navalón. Ya no se trata únicamente de la incorporación de la mujer al mercado laboral o de su prolongada permanencia en el sistema educativo, aunque estos factores sentaron las bases de un cambio generacional. Ahora, la maternidad enfrenta otros retos más complejos ligados al contexto social y económico actual. La pregunta «¿cuándo es el momento adecuado para tener hijos?» sigue siendo difícil de responder para las nuevas generaciones, asegura Navalón.

Francisco Quereda, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Sant Joan d’Alacant y profesor titular de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), advierte sobre los riesgos asociados al retraso de la maternidad: «El problema no es la edad media en sí, pero si esta es de 30 años, significa que una gran proporción de mujeres tiene hijos con bastante más de esa edad. Por encima de los 35 años, la calidad de los ovocitos disminuye notablemente, lo que ha provocado un aumento en la tasa de abortos y anomalías cromosómicas. Además, muchas parejas terminan recurriendo a clínicas de reproducción asistida, y en ocasiones, no se logra el embarazo. El embarazo, además, supone una sobrecarga para el organismo que se tolera mejor cuanto más joven se es, ya que hay menos tiempo para desarrollar enfermedades».

Quereda también menciona factores socioculturales y económicos: «Determinados grupos, como algunas etnias o poblaciones inmigrantes, suelen tener hijos más jóvenes que las españolas, lo que refleja diferencias culturales y religiosas». En esta línea, José Luis Coloma, ginecólogo del Hospital de Elda, coincide al subrayar las dificultades biológicas del retraso de la maternidad: «Desde el punto de vista biológico, la edad óptima para el embarazo está entre los 20 y 25 años.

Sin embargo, cada vez más pacientes buscan su primer embarazo después de los 35 o incluso los 40 años, lo que incrementa los riesgos de patologías tanto maternas como fetales. La edad de la mujer es crucial, ya que la reserva ovárica cae por debajo de un umbral que dificulta la concepción. Además, la población española en general es cada vez más añosa, con un rango más cercano a los 40 años para el primer hijo. En contraste, la población inmigrante suele tener el primer hijo a edades más tempranas, mientras que entre las españolas puede llegar a retrasarse hasta los 35 años o más».

Las clínicas de reproducción asistida están atendiendo cada vez a más pacientes de mayor edad, como explica José Manuel Gómez, ginecólogo especialista en medicina reproductiva y director médico de IVF-Life Alicante: «Ser madre cada vez se retrasa y se programa más. Cada vez llegan más mujeres a la clínica en edades más avanzadas que desean ser madres, y la mayoría opta por probar técnicas más especializadas para lograr el embarazo».

Testimonios

Decidir ser madre es un proceso personal y único, influido por distintas circunstancias personales, emocionales y sociales que varían de una persona a otra. Mientras unas alicantinas planifican su maternidad, otras la encuentran como una sorpresa que transforma sus vidas. 

Ángeles García, madre primeriza a los 31 años, tenía claras sus prioridades antes de dar el paso. «Mi pareja y yo decidimos dejarnos llevar y que la vida nos sorprendiera, aunque siempre tuve claro que, antes de ser madre, necesitaba una relación consolidada, estabilidad laboral y seguridad económica», relata. Su experiencia estuvo marcada por emociones encontradas: «Tres meses antes de que naciera Mateito (como llama cariñosamente a su hijo), perdí a una persona muy importante, y él llegó para llenar nuestra vida de sonrisas. Ser madre es bonito y duro a partes iguales; aunque a veces me siento desbordada, no podría vivir sin él. La maternidad te transforma y te hace descubrir partes de ti misma y de tu pareja que desconocías». 

Marisa Ribera, embarazada a los 30 años, confiesa que no siempre tuvo claro que quería ser madre. «Mis relaciones de pareja no han sido las más adecuadas, pero llegó una persona maravillosa a mi vida, y algo en mí despertó: sentí que debía ser madre con él», confiesa. Aunque las dificultades sociales y económicas influyen, para Marisa fue clave la confianza en su pareja: «Nunca hay un momento clave para traer vida al mundo, pero tener a una persona tan trabajadora, buena y sensata me quitó el miedo y me ayudó a decidir ser madre».

Sara Ribera, embarazada actualmente.

Sara Ribera, embarazada actualmente. / INFORMACIÓN

Por su parte, su hermana Sara siempre tuvo el deseo de ser madre, aunque las circunstancias lo retrasaron hasta los 30 años. «Desde muy joven quería ser madre, pero por fuerza mayor no he podido hacerlo antes. Tener una pareja estable y compartir la misma idea de ser padres ha sido fundamental», explica. Aunque reconoce que para muchos el momento ideal incluye estabilidad económica, de pareja y vivienda, Sara antepuso sus ganas de ser madre: «Eso nunca ha sido una prioridad para mí, sino las ganas de querer ser padres. Sin embargo, conforme está todo, al final es inevitable que estas cuestiones influyan».

Esther Martínez también está embarazada a los 30, pero su maternidad no fue planificada. «No ha sido algo que estuviésemos buscando inminentemente. Nuestra idea era esperar uno o dos años», explica. Sin embargo, cuando la sorpresa llegó, Esther y su pareja decidieron seguir adelante: «Aunque los dos estamos opositando para una plaza fija, tenemos cierta estabilidad laboral y estamos en un buen momento personal. Teníamos claro que el momento adecuado nunca iba a llegar, porque siempre quieres hacer muchas cosas antes».

Esther Martínez, en una imagen reciente.

Esther Martínez, en una imagen reciente. / INFORMACIÓN

Aunque admiten sentirse «más perdidos que un pulpo en un garaje», Esther destaca la emoción y las ganas de aprender a ser padres: «Esto ha venido para enseñarnos que no todo en la vida se puede planificar».

Estas alicantinas reflejan cómo la maternidad a los 30 años puede ser tan diversa como las circunstancias de cada mujer, rompiendo con la idea de que existe un único momento ideal para ser madre.

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