El descampado de San Blas se llena de huecos tras el paso del circo por Alicante

Padres del colegio San Fernando alertan de múltiples hoyos pequeños y dos baches de 10 cm frente al centro educativo en el solar-aparcamiento de la avenida Doctor Rico

Los dos baches de mayor diámetro (más de 10 cm), cercanos a un acceso al colegio San Fernando.

Los dos baches de mayor diámetro (más de 10 cm), cercanos a un acceso al colegio San Fernando. / Jose Navarro

José Gómez

José Gómez

El descampado de la avenida Doctor Rico, ese espacio indefinido que, según el momento del año es un aparcamiento, acoge la hoguera de Polígono de San Blas, una feria o un circo, ahora parece inclinarse a ser un campo de golf asfaltado. Tras la marcha de su último ocupante, el solar ha quedado repleto de pequeños hoyos justo en la zona donde aparcan los coches, cerca de la avenida. No obstante, el mayor destrozo son dos boquetes de más de 10 cm de diámetro en el acceso vehicular que hay frente al colegio San Fernando.

El peligro es claro: cualquier transeúnte, pero en especial los niños de la escuela, puede sufrir una caída al trabársele el pie en alguno de estos baches. A la hora de la salida, varios padres compartieron que los agujeros son tema de conversación en el centro. "Claro que se comenta, aquí venimos a aparcar siempre para recoger a los niños y nos parece peligroso", aseguró Inma García mientras se dirigía al coche junto a otra madre y las hijas de ambas, tras lo cual confesó que los padres quedaron "negros del circo, fue todo un mes en el que se dificulta venir a buscar a los niños".

Peligro para niños y padres

Se refería al último inquilino del solar, un circo que recogió su carpa el domingo pasado tras cumplir un mes en Alicante. Para instalar su escenario perforaron el suelo en varios puntos del espacio, sin llegar a repararlos después de su partida.

Uno de los múltiples pequeños agujeros en la zona de aparcamiento.

Uno de los múltiples pequeños agujeros en la zona de aparcamiento. / Jose Navarro

Pasados cinco días, los desperfectos permanecen y, mientras subía a su pequeño al asiento del vehículo, Ana Belén Marín comentó su experiencia: "Aparqué aquí sin saber que estaba el bache y por poco no me caigo al salir del coche, esto tendrán que taparlo". Otra señora que venía a buscar a su nieto y que no quiso compartir su nombre opinó que "si el Ayuntamiento autoriza a un circo, pues será el Ayuntamiento el que tenga que arreglarlo".

El descampado pertenece a la Generalitat

Pero la realidad es que este solar, que en toda su extensión ocupa 13.800 metros cuadrados, no es de titularidad municipal. Pertenece a la Entidad Valenciana de Vivienda y Suelo (EVha), y siempre que se organizan eventos en él, la autorización va dirigida al organismo autonómico. Este periódico preguntó, sin éxito, tanto a fuentes de la Conselleria de Vivienda como a responsables del circo para conocer si el titular del terreno estaba al tanto de los daños y si serían reparados, así como por posibles reclamaciones.

En todo caso, al haberse instalado el espectáculo en un terreno y no en la vía pública, el Ayuntamiento no tiene competencia ni responsabilidad alguna sobre las perforaciones. Deberá ser la institución dueña del local la que se encargue de tapar los baches y exigir responsabilidades a la empresa que los hizo, aunque el mal estado del aparcamiento va bastante más allá de los hoyos.

Historial de abandono

Estos últimos desperfectos tan solo se suman a un largo historial de deterioro en la parte asfaltada -la mitad sur- del solar. A diferencia de otros descampados de titularidad municipal del barrio de San Blas que hace 9 años fueron asfaltados y acondicionados para eliminar problemas como el movimiento de tierra de los vehículos, el terreno "multiusos" de la avenida Doctor Rico ha hecho el viaje contrario en los últimos tres lustros: de contar al menos con una mitad bien asfaltada y con plazas y accesos señalizados, a tener un pavimento accidentado, sin ningún tipo de marca vial tras ser borradas por el tiempo.

La otra mitad de la parcela, que siempre ha sido de tierra, está sencillamente a merced de la lluvia y el sol. Mientras pasan los años, estos 13.800 metros de suelo urbano baldío van alternando usos sin que, de momento, se encaminen a su verdadera finalidad: acoger cientos de viviendas públicas. Quizás el mejor uso que podrían darle los alicantinos a este trocito de la ciudad.

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