Los expertos rechazan que zonas inundables se puedan urbanizar gracias a obras hidráulicas

La adaptación al cambio climático y mitigar los riesgos derivados de unos fenómenos más extremos, evitando por ejemplo construir en zonas inundables, son dos de las claves que han puesto sobre la mesa los expertos, este jueves, en el inicio de la I Conferencia de Expertos Cambio Climático y Territorio en el Mediterráneo Ibérico, que acoge la Universitat de València (UV).

En dos de las mesas que se han celebrado en la tarde del jueves han participado los catedráticos de Análisis Geográfico Regional de la UA Jorge Olcina y Fernando Vera, donde han planteado medidas para afrontar los retos de un cambio que ya estamos viviendo, y que requiere de una acción coordinada de las administraciones para hacerle frente, para minimizar en la medida de lo posible sus efectos y daños, tanto económicos como personales.

Así, Olcina, que también es el director del Laboratorio de Climatología de la UA, ha formado parte de la charla "Eventos extremos y gestión integral del riesgo", junto con otros expertos como Mª Jesús Perles Roselló, de la Universidad de Málaga; Juan Pedro Martín Vide, de la Universitat Politècnica de Catalunya, Sofía González López, de Protección Civil de la Delegación del Gobierno en Murcia; y Francisco Espejo Gil, del Consorcio de Compensación de Seguros.

Revisar los planeamientos urbanísticos

En la misma los expertos han puesto de manifiesto que "debe revisarse el estudio de la peligrosidad porque no incluye el impacto del cambio climático", que ha quedado acreditado en los últimos años con fenómenos cada vez más extremos, como la dana de Valencia. Por ello instan a revisar los planeamientos urbanísticos de los municipios para actualizarlos y ajustarlos a esta nueva realidad.

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Además, Olcina ha advertido junto con el resto de participantes que "la obra civil para transformación de cauces o líneas de costa debe limitarse a lo imprescindible. Este tipo de obras crea sensaciones de falsa seguridad, lo que favorece nuevas ocupaciones de áreas inundables o frente a temporales marítimos que se creen protegidas por las obras realizadas".

Por ello, entre las medidas que plantean, figuran la "paralización de los proyectos urbanísticos en tramitación que contemplen edificación en zonas con riesgo de inundación hasta que no pasen por un nuevo procedimiento de análisis del riesgo adaptado a las condiciones actuales de cambio climático y su proyección futura".

Del mismo modo, los expertos reclaman "impedir el uso de medidas estructurales de mitigación de la peligrosidad de inundación como vía para generar espacios urbanizables", así como "prohibir la calificación como urbanizable de los terrenos cuya peligrosidad se ha mitigado tras la construcción de una obra estructural".

Mayor impacto en el Mediterráneo

Y es que han advertido que el litoral mediterráneo español es la región que registra un impacto mayor del cambio climático actual, debido a dos factores: una mayor frecuencia de procesos de reajuste energético, lo que conlleva más eventos extremos; y un calentamiento constante de las aguas del mar Mediterráneo, lo que tiene efectos en las temperaturas, que conllevan pérdida confort, y en las precipitaciones, con una mayor movilización de energía como se pudo ver en la dana de l'Horta Sud de Valencia.

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Por todo ello, han destacado que la reducción del riesgo en el litoral mediterráneo requiere una gestión integral de los diferentes elementos del riesgo, que son la peligrosidad, la vulnerabilidad y la exposición.

Riesgo de desastres

Así, esta ponencia ha analizado cinco cuestiones básicas en la gestión integral del riesgo de desastres: los cambios ocurridos en el estudio de la peligrosidad natural; los cambios en la concepción de las obras de infraestructura hidráulica; la importancia de la parte humana en el riesgo, con el incremento de población y de actividades económicas; los cambios ocurridos en la planificación de las emergencias que ahora tienen un carácter de gestión integral del riesgo; y el sistema de seguros, que es una pieza básica del sistema de gestión integral del riesgo.

Turismo

Por su parte Fernando Vera, que además es experto en turismo, ha participado en otra mesa sobre los efectos del cambio climático en el sector turístico junto con Anna Torres Delgado, de la Universitat de Barcelona; Oscar Saladié, de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona; Enrique Navarro Jurado, de la Universidad de Málaga; y Alicia Fajardo, especialista en Planificación y Desarrollo Turístico.

En la misma Vera, junto con el resto de expertos, han puesto de manifiesto que "el turismo es una de las actividades socioeconómicas que, de manera más clara, se relaciona con los efectos del cambio climático". Y es que por una parte es una actividad que provoca emisiones de gases de efecto invernadero, generadas tanto en los alojamientos turísticos, por otras actividades que se llevan a cabo en destinos y sobre todo por el impacto de los desplazamientos, especialmente los viajes en avión.

Alta vulnerabilidad

Y por otra "el turismo presenta una alta vulnerabilidad ante el cambio climático, ya que los impactos previsibles tendrán efectos en la demanda y en los patrones de funcionamiento de los destinos turísticos". Entre esos efectos figuran el aumento de las temperaturas; la escasez de agua; los fenómenos meteorológicos extremos como tempestades, inundaciones…; incremento del nivel del mar; o la pérdida de biodiversidad.

Por ello, "en este nuevo contexto, el cambio climático tendrá efectos en la demanda turística, con una incidencia en la decisión de viajar, época de realización de los viajes, duración y espacios de destino de los viajes". En especial ya se está dando una tendencia creciente a la redistribución de los desplazamientos por turismo a lo largo del año. 

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Y han puesto de ejemplos que las altas temperaturas estivales en destinos mediterráneos pueden suponer menos desplazamientos hacia destinos costeros en el centro del verano, con la consiguiente implicación en desconcentración de la afluencia estival; que la decisión de viaje se tome en último momento, lo que repercute en un descenso de las reservas de viajes anticipadas; y que es previsible una mayor afluencia en primavera y otoño favorecida por el confort climático.

Por todo ello han destacado que "es evidente la necesidad de desarrollar estrategias de adaptación y mitigación para asegurar la sostenibilidad del turismo", y que para ello hay que contar con las empresas del sector.

Efecto isla de calor

Por otra parte, han advertido que "el aumento de temperaturas previsto para los próximos años se verá agravado en las ciudades debido al 'efecto isla de calor urbano' y empeoramiento de la calidad del aire por acumulación de contaminantes".

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Y entre las medidas, han apuntado la necesidad de llevar a cabo, de forma coordinada entre las administraciones, una política turística en consonancia con la nueva realidad climática; adaptación de proyectos y establecimientos turísticos al cambio climático; creación de un centro de coordinación de la acción climática en turismo y de un sistema de información sobre cambio climático en destinos turísticos; renaturalización y restauración de áreas costeras; o la adaptación del turismo al cambio climático en la Estrategia de Turismo Sostenible de España y elaboración de planes de acción climática en turismo a escala local.