Entrevista | Juan Lerma Investigador del Instituto de Neurociencias de Alicante

«Me decepciona no haber podido explicar a la ministra Morant la idea del Centro Internacional de Neurociencias»

Juan Lerma deja la dirección de esta entidad con sede en Madrid al entender que la actual dirección del Centro Superior de Investigaciones Científicas ha vaciado de contenido el proyecto que le encargó la anterior responsable

Juan Lerma, investigador del Instituto de Neurociencias de Alicante: «Me decepciona no haber podido explicar a la ministra Morant la idea del Centro Internacional de Neurociencias»

Héctor Fuentes

J. Hernández

J. Hernández

El investigador del Instituto de Neurociencias de la Universidad Miguel Hernández entiende que la nueva dirección del CSIC vació de contenido el proyecto, del que intentó hablar «en muchas ocasiones» con la ministra de Ciencia, Diana Morant, pero «no llegamos a profundizar y no he podido explicárselo».

¿Cómo surgió el Centro Internacional de Neurociencias?

Se pensó en crear en Madrid un centro de Neurociencias competitivo, con el pensamiento puesto en que no tuviera una gobernanza típica como la del CSIC o la Universidad, sino basada en una fundación, tipo CNIO (centro de investigación del cáncer) o CNIC (centro de investigaciones cardiovasculares), que son muy potentes. Pretendíamos que fuera un centro con un carácter internacional importante de gobernanza ágil y un componente traslacional con ramas en la robótica y en la inteligencia artificial

¿Qué pasos se dieron?

Escribí un proyecto que se puso en marcha en 2019 en un edificio que hay en la Universidad de Alcalá de Henares y se empezaron a recabar los apoyos necesarios para dotar a este centro. Se consiguió el apoyo del Ministerio de Ciencia (con Pedro Duque al mando por entonces) y del CSIC (que dirigía Rosa Menéndez). Se consiguió un proyecto europeo Feder y se empezó a dotar el inmueble con el equipamiento, etc. Tras la pandemia, el CSIC dedicó una partida bastante importante para acabarlo. Entre tanto, se hizo una llamada internacional y 141 personas de todo el mundo expresaron su interés por venirse, que fueron evaluadas por un comité asesor internacional de primer nivel, incluidos premios Nobel. En base a eso el CSIC sacó 16 plazas. Así se formó la primera plantilla de ese centro que incluía a españoles y extranjeros que estaban trabajando en otros países con sus grupos y que sacaron sus plazas. Estaban dispuestos a venirse y mientras se ponía en marcha pidieron excedencia. Algunos de los más jóvenes, aun perteneciendo al Centro Internacional de Neurociencias, están incorporados en otros centros, incluso en el Instituto Cajal, en espera de que se pusiera en marcha. Gente que estaba comprometida a venirse ya no lo hará al cambiar el contenido del proyecto. Con esa deriva no les interesa.

"Algunos de los más jóvenes, aun perteneciendo al Centro Internacional de Neurociencias, están incorporados en otros centros, incluso en el Instituto Cajal, en espera de que se pusiera en marcha"

Centro Alcalá Ci2A

¿Qué ha ocurrido?

Se trataba de hacer un centro internacional con unos servicios científico-técnicos potentes, que tuviera posibilidades de colaborar con la industria y atraer capital privado. La deriva es que esos servicios que tenían que ser del Centro Internacional de Neurociencias Cajal (CINC) se le han dado a otro que se llama Centro de Investigaciones Interdisciplinares de Alcalá Ci2A, que es un centro de servicios (se inaugurará el 18 de febrero). Con lo cual, a mi modo de ver, el CINC se queda vacío de contenido en el sentido de que no puede controlar los servicios que de alguna manera pensaba explotar y, por tanto, no puede tomar decisiones estratégicas a futuro de desarrollo de tecnologías o de sus capacidades. Y a mí me parece que es grave y, por tanto, de ahí viene mi dimisión. La idea de que un centro de servicios vaya a controlar todo ese desarrollo científico-técnico no es a mi modo de ver la manera de hacer un Centro Internacional de Neurociencias potente, al que se está vaciando de contenido y de capacidades. En esas circunstancias, ¿para qué? Además, ese otro centro lo dirigen otras personas. 

¿Quién ha tomado la decisión?

El CSIC (que ahora dirige Eloísa del Pino). La dirección anterior puso mucha carne en el asador para sacar adelante el Centro Internacional de Neurociencias con este concepto de gobernanza nueva y potente; pero la actual ha derivado en darle más importancia a un centro de servicios dejando al CINC como uno más. Es improbable hacer un centro de excelencia como se había pensado en esas circunstancias. 

"La dirección anterior puso mucha carne en el asador para sacar adelante el Centro Internacional de Neurociencias con este concepto de gobernanza nueva y potente"

Ministra Morant

¿Está al tanto de esto la ministra de Ciencia, Diana Morant?

Yo he intentado hablar en muchas ocasiones con Diana Morant y no hemos llegado a profundizar en el proyecto. No he podido contarle la iniciativa aun cuando sí que he hablado con gente cercana a ella, no se lo he podido explicar enteramente (a la ministra) para que viera la importancia fundamental que tenía a mi modo de ver para la neurociencia española. 

¿Pero ha hablado con ella?

He hablado muchas veces pero no hemos podido sentarnos y ver con detenimiento cuál era la idea detrás de un proyecto que originalmente data del año 2011 y que ha pasado por muchas vicisitudes como la pandemia, y por cambios de gobierno y en la presidencia del CSIC hasta que la anterior presidenta, Rosa Menéndez, decidió retomarlo. Y ya estaba hecho, porque habíamos logrado captar el interés de fundaciones, incluso colaboraciones con empresas, para modelos de gestión más ágiles porque hay que tender a esto y creo que si preguntan a cualquier científico va a haber pocos que discrepen. Hubo una fundación con la que firmamos un acuerdo que ponía 200.000 euros al año a mi disposición para ayudar a montar el centro. Sin más. 

"Habíamos logrado captar el interés de fundaciones, incluso colaboraciones con empresas, para modelos de gestión más ágiles"

Falta de tiempo y otras circunstancias

¿Ha habido desinterés por parte del Ministerio?

Yo creo que no es desinterés. A mí me parece que el equipo actual tiene un interés genuino por potenciar la ciencia española, no cabe la menor duda, pero por falta de tiempo, o circunstancias sobrevenidas...La prueba es que desde el Ministerio de Ciencia, aunque claro, fue el anterior ministro Duque, se apoyó y se dotó (el proyecto) con bastante dinero en 2019; y en 2021 con los fondos de recuperación y resiliencia se le dio otra partida importante. O sea, que el Ministerio lo ha apoyado, pero yo creo que no lo han llegado a entender, o voy a decirlo de una manera que creo más correcta, no he logrado convencerles de que valía la pena intentarlo. 

¿Podría haber delegado la ministra el tema en otra persona?

Yo creo que ha delegado porque la presidenta del CSIC es de alguna manera delegada de la ministra y con ella he hablado en numerosas ocasiones y con conversaciones muy largas, pero no he logrado transmitir y convencerlos, como sí se convencieron la presidencia y el ministerio anterior. Con el ministro Duque no hablé, no hizo falta.

¿Pero hubo alguna cita en firme con la ministra?

La teníamos para visitar el centro y hablar de temas específicos en 2023. Pero hubo un problema de cambio de agenda (por motivos de la ministra) y ya no fue posible, y a partir de entonces ya no hemos podido hablar detenidamente de esto.

¿Ha visitado ella el centro?

No, que yo sepa no. Yo entiendo que la ministra tiene que estar a muchas cosas, pero me siento un poco decepcionado por no haber podido explicarle el proyecto desde el principio con detenimiento. Sí que se lo expliqué a la secretaria general. Pero tampoco lo entendieron. Estoy decepcionado en el sentido de que presentamos un proyecto que a mi modo de ver era una apuesta importante para la neurociencia española y para el CSIC, y de alguna manera el espíritu del proyecto se ha cambiado. 

"Yo entiendo que la ministra tiene que estar a muchas cosas, pero me siento un poco decepcionado por no haber podido explicarle el proyecto desde el principio con detenimiento"

¿Cabe solución?

El centro que ponen en marcha ahora que ha captado los servicios científicos y técnicos que tenía que tener el Centro Internacional de Neurociencias tiene aparatos, nada más. Pero si no hay líneas de investigación para utilizarlos, los aparatos sirven de poco. Pero tampoco han cerrado el CINC. Yo lo que he hecho es dimitir. Quién sabe, ojalá lo retomen y esta algarada, digamos, que se ha formado sirva para algo.

120 millones de euros

Desde el Ministerio afirman que hay un proyecto científico sólido con una inversión de 120 millones de euros

 Yo creo que no hay contenido científico en el proyecto que han puesto en marcha, si ellos dicen que sí, ellos sabrán. El contenido científico lo daba el CINC y se ha quedado vacío. La inversión es verdad que se ha realizado, pero para el CINC, que no se hace. La inversión la ha captado el proyecto que yo escribí para crear este centro. De ahí viene la pena, que se ha hecho la inversión y que no se va a utilizar como habíamos pensado. Interés por un centro de Neurociencias de ese estilo había. El Ministerio puso dinero para esto, sí. El CSIC en su momento puso fondos, sí. La anterior presidencia los puso para esto. Pero cuando entra la nueva presidencia se empieza a pensar de otra manera y no he sido capaz de convencerlos. El dinero, los equipos, los muebles están ahí, el animalario, etc...pero no es el CINC el que va a regirlo sino un centro tercero. Yo no me puedo comprometer con los investigadores que vaya a reclutar a montarles una infraestructura porque ya depende de otro (la directora del nuevo centro, el Ci2A, es a la vez directora del instituto Cajal).

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«Invertir en investigación en el cerebro ha de ser una prioridad absoluta»

¿Cómo esta ahora mismo la investigación en el cerebro?

Está en un momento extraordinario. Si uno mira en el panorama internacional, es uno de los puntales en los que los gobiernos están invirtiendo grandes cantidades de dinero y están potenciando la investigación del cerebro, sencillamente porque es la última frontera que tiene el ser humano. Probablemente, el reto más importante que tiene la humanidad ahora mismo es entender cómo funciona el cerebro humano y segundo porque además las enfermedades cerebrales, sean mentales o neurodegenerativas, son acuciantes. Están subiendo con el aumento de la esperanza de vida y ahora mismo eso representa un coste en Europa, pero a nivel mundial también.

¿A cuanto asciende ese coste?

 Equivale anualmente a los fondos que la Unión Europea ha dedicado a la recuperación tras la pandemia. Eso es lo que cuestan las enfermedades cerebrales al año en la UE. Es un problema urgente de solventar y la inversión en investigar el cerebro tiene que ser una prioridad absoluta.

¿Qué iniciativas se llevan a cabo al respecto? 

El Consejo Español del Cerebro bajo los auspicios del Consejo Europeo del Cerebro, del que fui vicepresidente hasta el año pasado, ha elaborado un plan del cerebro que se va a presentar en breve para urgir a los gobiernos a apostar por investigar más. En Europa hay un plan de inversión a futuro sobre investigación del cerebro y salud cerebral muy importante. Formo parte del comité científico asesor de ese proyecto y nos reuniremos en mayo para examinar cuáles van a ser los temas principales para hacer las convocatorias en los próximos años.

¿Hasta qué punto han empeorado las enfermedades cerebrales?

 Antes se calculaba que, a lo largo de la vida, una de cada cuatro personas iba a tener un problema relacionado con el cerebro. Después de la pandemia se ha reevaluado y ahora es una de cada tres. Esto hay que tomarlo muy en serio porque las enfermedades cerebrales de alguna manera te absorben la esencia, te matan en vida. El alzhéimer no es una enfermedad que mate, pero es casi crónica, te quita la memoria y el conocimiento y te mata en vida. No hay que tomarse la inversión en investigación como un gasto porque a futuro es algo muy importante.

¿Se va a quedar en Alicante?

Sí, en mis laboratorios, del Instituto de Neurociencias (de la Universidad Miguel Hernández). 

Dijo que no se podía replicar en Madrid lo que existe en Alicante...

Es bastante milagroso que hayamos logrado hacer en Alicante un centro de excelencia que es referencia mundial. No tenía sentido hacer en Madrid otro Instituto de Neurociencias porque ya existe uno. Queríamos hacer algo más grande que de alguna manera uniera la excelencia neurocientífica que hay en España, incluida la de Alicante, y que ayudara y fuera sinérgico para crear algo mucho más potente.

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