Entrevista | Ana Barceló Consellera de Sanidad durante la pandemia de covid

«En la gestión del covid sufrí escraches de los antivacunas y temí por mi integridad»

Han pasado ya 5 años desde que el virus del SARS-CoV-2 traspasó las fronteras de China y se extendió como la pólvora por todo el mundo causando miles de muertes. La entonces responsable de Sanidad recuerda aquellos complicados momentos

Ana Barceló: "Como sociedad hemos aprendido que somos vulnerables"

Ana Barceló: "Como sociedad hemos aprendido que somos vulnerables" / Alex Domínguez

J. Hernández

J. Hernández

Con la perspectiva del paso del tiempo, la entonces consellera de Sanidad (PSPV-PSOE), hoy portavoz socialista en el Ayuntamiento de Alicante, considera que el estado de alarma y el confinamiento fueron medidas acertadas pese a su impopularidad porque permitieron frenar un virus que al principio se transmitía a una enorme velocidad

Se cumplen 5 años de la pandemia. ¿Cómo recuerda aquellos momentos en los que era consellera?

Muy difíciles y complicados, de muchísimo sufrimiento, que luego dieron paso a un periodo de esperanza cuando llegó la vacuna.

¿Qué sintió cuando llegó el virus a España?

Más que cómo me sentí fue la preocupación que nos invadió a todos porque nos dimos cuenta de la dimensión y la trascendencia que tenía este virus que en principio aparece en China, en Wuhan, y cómo en muy pocos días prácticamente está ya en todos los continentes. Fue una situación de incertidumbre porque tampoco conocíamos muy bien cómo se iba a comportar el virus y, por supuesto, no nos imaginábamos que iba a ser tan letal como posteriormente demostró la carga viral del covid-19, pues iba a causar mucho dolor y sobre todo muertes.

La exconsellera de Sanidad recuerda para INFORMACIÓN los duros momentos de la pandemia que vivió.

La exconsellera de Sanidad recuerda para INFORMACIÓN los duros momentos de la pandemia que vivió. / Alex Domínguez

Por un sistema sanitario robusto

¿Cómo nos ha cambiado?

Yo creo que más que si nos ha cambiado es qué lecciones hemos aprendido de esta pandemia. Lo primero como sociedad creo que hemos aprendido que somos vulnerables y que, ante la vulnerabilidad, lo que tenemos que tener es un sistema sanitario muy fuerte, muy robusto, que pueda hacer frente a cualquier otro episodio que en el futuro, ojalá no, podamos encontrarnos. En segundo lugar, hemos aprendido que una sociedad solidaria, cohesionada y tener unos profesionales evidentemente entregados y vocacionales nos permitió sobrellevar esta incertidumbre, algo que, como he dicho, era totalmente desconocido.

¿Fue su peor etapa como gestora política?

Fue la más compleja, la más difícil, porque no solo se daba en nuestra Comunidad. Esa vulnerabilidad de ver que el virus iba saltando de un continente a otro, de un país a otro, añadía mayor complejidad y al principio además iba por delante de la ciencia y de la investigación.

¿Le pasó factura políticamente la gestión de aquello?

Nunca he valorado si la pandemia me pasó o no factura políticamente, es lo más irrelevante. Lo importante es si ayudamos a salvar vidas, a acompañar a aquellos que sufrieron la enfermedad y que necesitaban nuestra atención; y a aquellas personas que necesitaban, además, ser atendidas, que no tenían covid, pero que sufrían enfermedades comunes e intervenciones urgentes que también precisaban que prestáramos o pusiéramos todo el sistema sanitario a su disposición.

"Lo importante es si ayudamos a salvar vidas, a acompañar a aquellos que sufrieron la enfermedad y que necesitaban nuestra atención"

Más recursos humanos e investigación

¿Qué reveló en cuanto a fallos del sistema sanitario?

Una de las lecciones que debemos aprender para el futuro, insisto, es que la sanidad y el sistema sanitario deben fortalecerse muchísimo. Hay que seguir invirtiendo en sanidad, en recursos humanos, infraestructuras, tecnología, innovación, investigación...España puede presumir de la mayor red social que tenemos, que no depende de los recursos económicos del paciente que va a ser tratado, y esto hay que ponerlo en valor. Errores si se cometieron, pues los asumo en primera persona.

¿Hablamos de sanidad pública?

Hablamos de sanidad pública, aunque en aquel momento tan complejo, mediante una resolución que dictamos en la conselleria, pedimos a la sanidad privada que debía de poner todos sus recursos también al servicio del sistema sanitario para poder hacer frente a la situación. Los tratamientos y los pacientes de covid los asumía la sanidad pública y la privada colaboró, evidentemente, a través de un acuerdo firmado con ellos por el que atendían a los pacientes que debían ser tratados en intervenciones quirúrgicas que no eran demorables o en urgencias que entendíamos que no podían entrar por el mismo circuito que entraban los pacientes de covid. Fue, además, un ejemplo de colaboración público-privada. 

Al principio ha hablado de la esperanza de la vacuna. ¿Qué piensa de los antivacunas?

En el covid hubo un movimiento antivacunas importante que nosotros intentábamos combatir. Yo inclusive tuve escraches en la puerta de la Conselleria de Sanidad cuando empezó todo el periodo de vacunación (en ese primer periodo se pusieron 8 millones de dosis), en los que temí por mi integridad física. Intentaba escucharles, comprenderles, para entender su discurso pero hubo momentos de tanta proximidad que intervino seguridad porque elevaban mucho el tono de voz. Estuve en una situación muy complicada. Yo creo que ahí internet hacía mucho daño, los bulos y las teorías de ciencia ficción que circulaban. Al final, muchos ciudadanos se vacunaron y recibieron aquellas dosis que les permitieron protegerse y protegernos a los demás. La vacuna no solo protegía a quien se inoculaba sino al resto porque no se transmitía la enfermedad.

"Muchos ciudadanos se vacunaron y recibieron aquellas dosis que les permitieron protegerse y protegernos a los demás"

Mascarillas y trajes de protección

En un principio no había mascarillas y a los sanitarios les faltaban trajes de protección...

Siempre hemos tenido repositorios importantes en los hospitales, pero se produjo una ruptura en el suministro como consecuencia del parón que tuvieron las empresas chinas, que eran las que fabricaban todo este tipo de material, como los (trajes) buzos o los distintos tipos de mascarillas. Esa ruptura del suministro se produjo por varios motivos. Uno, porque a ese mercado iban muchos países, pero también porque las personas que trabajaban en esas empresas en el sur de China, que era la salida natural de esa mercancía, provenían de Wuhan. Posteriormente, tuvimos problemas en Europa con el cierre de fronteras de Alemania, que obligó a España, y en este caso al ministro, a solicitar un corredor sanitario para que el material que se había podido comprar pudiera llegar a nuestro país. En algunos momentos el recurso pudo ser escaso, pero no faltó y algún hospital tuvo alguna dificultad, aunque había otros a los no les faltó nunca de nada. 

La Comunidad fue la primera en recibir mascarillas

El esfuerzo que se hizo en este caso por el presidente Ximo Puig hizo que fuera la primera Comunidad que logró traer un avión fletado desde China. Nos permitió ayudar a alguna otra autonomía. Es la prueba más patente de que se hizo lo humanamente posible para que no nos faltara. Fue todo a base de contactos internacionales con la colaboración de compañeros del Gobierno, en este caso de Rebeca Torró, que tenía distintos contactos que nos posibilitaron poder llegar al fabricante.

"El esfuerzo que se hizo en este caso por el presidente Ximo Puig hizo que fuera la primera Comunidad que logró traer un avión fletado desde China"

¿Tuvo algo que ver Koldo con la llegada de las mascarillas?

No, por Dios. Nosotros teníamos un sistema muy transparente y utilizamos todos los medios a nuestro alcance sin que tuviéramos que recurrir a ningún otro medio que no fuera correcto.

¿Cree que el confinamiento fue acertado?

Totalmente acertado, el estado de alarma nos permitió cortar el virus que, al principio, se transmitía a una velocidad enorme. El hecho de estar confinados nos permitió cortar esa transmisión y que no tuviera dónde alojarse. Después del estado de alarma pudimos empezar ya a entrar en un proceso de desescalada para ir poquito a poco recuperando, entre comillas, una cierta normalidad. 

"El estado de alarma nos permitió cortar el virus que, al principio, se transmitía a una velocidad enorme"

Informar a la ciudadanía

¿Hay algo que entonces no dijera y se le quedase en el tintero?

Yo creo que lo más importante y una de las cosas del aprendizaje de esta etapa es que a la ciudadanía hay que mantenerla informada. La información es clave para la cohesión y para entender y asumir las responsabilidades que cada uno, como ciudadanos, tuvimos en una crisis como esta .

¿Cómo valora la gestión de la actual conselleria de Sanidad en manos del PP?

Me va a permitir que no haga una valoración del conseller y de la situación sanitaria en estos momentos de la Comunidad. Sí decir que hay muchas cosas mejorables y por supuesto les pediría que no pierdan de vista que invertir en sanidad es invertir en salud y en economía.

«Tardé más de un año en estabilizar el sueño. Las noches eran duras»

¿Qué errores se cometieron?

 Más que de errores hablaría de decisiones dolorosas que tuve que tomar para preservar la vida de muchas personas. Todos recordaremos la suspensión de muchísimas actividades, no solo económicas, también de nuestra vida evitando la concentración de personas en eventos deportivos, en educación, en universidades, el ocio, como podían ser las actuaciones en directo, fiestas, festivales...Lo más triste para mí fue que los familiares no pudieran acceder a los centros hospitalarios para despedirse de un ser querido, la suspensión de las visitas en las residencias de mayores o que no se pudieran hacer velatorios. Fueron decisiones muy duras e imaginaba en mi interior cómo se estarían viviendo estas prohibiciones. Tengo que agradecer que la ciudadanía terminó entendiendo por la información que le íbamos facilitando que se hacía para preservar la vida de cada uno.

Hablamos antes de la factura política. ¿Y la física? ¿Afectó la situación a su salud?

Sí, tuve algún problema de salud posteriormente, pero es lógico, fueron unos años duros y, sobre todo, de muchísima preocupación, que al final se somatiza. El sueño es algo que me costó más de un año estabilizar porque las noches siempre son más duras y tu pensamiento lo ocupa más la preocupación que la necesidad del descanso. Pero eso era lo menos importante. Lo más importante y nuestro afán diario era poner en marcha todo lo necesario para salvar vidas. 

¿Algo de lo que esté especialmente orgullosa?

Más que orgullo, porque era mi responsabilidad y mi obligación, hubo una decisión que adoptamos que creo que fue muy importante. Nos anticipamos al Ministerio de Sanidad y al Ministerio de Políticas Sociales del Gobierno de España, cuando decidimos inspeccionar todas las residencias de mayores y mandar a todo el equipo de inspectores de la Conselleria de Sanidad, para hacer un control exhaustivo de cómo estaba la situación. Fue un trabajo de aquellos inspectores extraordinario en un momento muy complicado donde tenían que ir, además, con todas las medidas de seguridad, los EPIs, y hacer esa labor. Y de todos los que ayudaron.

¿Por ejemplo?

También me siento orgullosa de todos los profesionales que trabajaron en los centros hospitalarios y en la Conselleria de Sanidad, y de los trabajadores de Salud Pública, que hicieron un trabajo inmenso. Primero en la trazabilidad, es decir, en el seguimiento de los casos para poder aislar a las personas que se habían contagiado y así evitar la transmisión. Y, después, en el seguimiento de las vacunas. También hay que agradecer el trabajo de los investigadores y de todos aquellos que buscaron mecanismos para que el virus no se transmitiera, que pusieron todo su conocimiento en los laboratorios, en los hospitales y, por supuesto, a los miles de profesionales que arriesgaron su vida. Hay que estar orgullosos de todos ellos porque fue un trabajo ordenado y colectivo.

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