El nuevo Peret de Alicante: para después de Hogueras y con el nombre en el aire

El Ayuntamiento espera materializar el «desalojo» en las próximas semanas y sacar a concurso la concesión para que la mítica heladería cambie de manos

El Consell Jurídic Consultiu da luz verde al desalojo del histórico kiosco Peret de la Explanada de Alicante

El Consell Jurídic Consultiu da luz verde al desalojo del histórico Peret de la Explanada de Alicante / Héctor Fuentes

Alejandro J. Fuentes

Alejandro J. Fuentes

Después de que el Consell Jurídic Consultiu haya autorizado al Ayuntamiento de Alicante a resolver la concesión del quiosco Peret por impagos acumulados, el gobierno local centra la mirada en lanzar el nuevo contrato para que la histórica heladería cambie de manos.

Pese a que los trámites para ello se han avanzado durante los meses que el organismo autonómico ha tardado en dirimir, el nuevo establecimiento no estará listo antes de Hogueras debido a los plazos administrativos. Entre las incógnitas a resolver, además de qué empresa se hará cargo del negocio, también queda en el aire si conservará la denominación «Peret», con más de un siglo de historia.

Ahogado por las deudas

El Ayuntamiento ya trató de resolver el contrato en mayo del año pasado, después de que la empresa adjudicataria (ya desligada de la familia que puso en marcha el negocio en el siglo XX) acumulase deudas con la administración local de más de 130.000 euros. En ese momento, el ejecutivo municipal solicitó un preceptivo informe al Consell Jurídic Consultiu, para que este autorizase la anulación de la concesión.

El permiso autonómico llegó en julio, aunque debido a un error no fue notificado al equipo de gobierno. Ahora, el ejecutivo que dirige Luis Barcala espera poder consumar la resolución del contrato en Junta de Gobierno en las próximas semanas.

Tras ello, será el turno de impulsar la nueva concesión. Un trámite que se encuentra avanzado, ya que el pliego de condiciones se ha redactado en estos meses de espera, pero que aún demorará al menos entre tres y cuatro meses más la adjudicación, que no estará lista antes de Hogueras.

Tras ello, y suponiendo que ninguna de las empresas que se presenten al concurso ponga reparos a la decisión de la Mesa de Contratación, la mercantil que resulte ganadora contará con un periodo aún por determinar para actuar en la zona y adecuar el quiosco. Este plazo, en recientes contratos similares como el de los quioscos de Canalejas y Músico Óscar Tordera ha sido de tres meses, lo que demoraría la puesta en marcha del nuevo Peret hasta después del verano. 

Condiciones de la nueva heladería

Otra de las incógnitas pendientes de resolver es si la futura heladería podrá conservar el histórico nombre, símbolo popular de Alicante, o si esta resolución supondrá la marcha definitiva del Peret, tras más de cien años sobre las teselas.

El próximo negocio, según avanzó el vicealcalde, Manuel Villar, deberá seguir la misma línea que el anterior: un quiosco-bar centrado en la alimentación y que incluya productos como la horchata y los helados. Además, el ejecutivo municipal también anunció que quiere aprovechar el cambio de propiedad para actuar en la zona: el próximo dueño tendrá que presentar un proyecto que sirva para reformar el entorno y rediseñar la zona de veladores.

Historia del local

La historia del Peret ha estado ligada a la de Alicante desde principios del siglo pasado. Abrió sus puertas en 1916, en plena Primera Guerra Mundial, mediante una real orden por la que se adjudicaba a Vicente Richard Ballester la instalación de un quiosco de refrescos denominado «Quiosco de Peret» en lo que hoy es la Explanada, pero que entonces se llamaba Paseo de los Mártires, nombre que desapareció del callejero tras la Guerra Civil.

Pocas semanas después, un vendedor ambulante local de frutos secos llamado Pedro Fuster Iborra y conocido como "Pere el cacahuero" hizo una oferta por el kiosco. Vicente Richard la aceptó. Desde ese momento, el establecimiento pasó a vender refrescos, horchata, golosinas, frutos secos y similares. 

El hijo de Pedro Fuster (llamado igual, pero conocido como "Peret") le ayudó en el negocio y a la muerte de su padre en 1923 se hizo cargo del establecimiento. Por esto, los alicantinos empezaron a conocer al lugar como "el kiosco de Peret" o simplemente "Peret".

La instalación ha sido testigo de acontecimientos fundamentales de la historia de la ciudad y de la gran reforma del paseo de la Explanada de 1955, cuando adquirió su aspecto actual. En 1971 cambió nuevamente de titularidad y pasó a Hermanos Fuster. En 2011 fue sometido a una reforma, que amplió su terraza y diseño.

La última adjudicación, en 2015, autorizó que la heladería conservase su lugar privilegiado otros diez años. Ahora, el futuro de uno de los negocios más emblemáticos de la ciudad de Alicante está en el aire.

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