Vivir rodeados de gatos: la odisea de varios vecinos de Rabasa
La esterilización realizada el año pasado parece haber sido insuficiente y los damnificados reclaman soluciones
"Destrozan las plantas, dejan un fuerte olor cuando orinan y defecan e incluso se cuelan en nuestras casas", admite una vecina

Invasión felina en el barrio de Rabasa / Héctor Fuentes
Felinos que dividen al barrio. Varios vecinos de Rabasa han denunciado la proliferación, durante los últimos meses, de un "gran número" de gatos en las calles, una situación que llevan señalando desde hace años y que sigue siendo un problema de actualidad. Desde encontrarse con un gato en la habitación hasta verlos colarse en los comercios locales, la proliferación de estos animales está generando conflictos en un barrio que busca soluciones a un problema en constante aumento.
Aunque en 2024 la Asociación de Vecinos Sagrada Familia de Rabasa puso en marcha un programa de esterilización de la colonia felina del barrio alicantino, logrando la esterilización del 95% de los gatos, según datos proporcionados por la propia asociación, la problemática persiste en este renovado distrito de Alicante. Así, mientras algunos vecinos alimentan a los gatos, otros aseguran estar sufriendo las consecuencias.
"En ocasiones, me he encontrado hasta siete felinos en el patio y tengo que cerrar las ventanas y la puerta por el riesgo de que entren también en mi casa", comenta Emilia, una vecina de la zona. "Destrozan las plantas, dejan un fuerte olor cuando orinan y defecan, e incluso han llegado a levantar alguna teja para criar", añade. En el momento en que relata esto a INFORMACIÓN, en su patio se encuentran cinco gatos, uno de ellos cachorro, que intentan desgarrar una bolsa de basura para llevarse algo de su contenido.
Emilia denuncia que algunos vecinos de la zona les dan de comer, lo que hace que los felinos sigan merodeando por allí y provoca que se acumulen en su patio. "Y no es solo por los destrozos que puedan causar, sino por el impacto que tienen en nuestra salud", continúa. "Mi madre tiene dificultades de movilidad y un día, cuando fue a regar las plantas con su andador, una gata salió de ellas y la tiró al suelo", relata Emilia.

Un felino come en uno de los puntos de alimentación para gatos distribuidos a lo largo del barrio / Héctor Fuentes
La ley exige que cualquier persona que quiera alimentar a gatos callejeros obtenga un permiso especial para hacerlo. Este permiso depende directamente del Ayuntamiento de Alicante y, según explica Carlos Sapena, vocal de Medio Ambiente de la asociación de vecinos, "nos encargamos de proporcionar el carnet de alimentador a todos los que lo necesitaban para poder dar de comer a los felinos sin incumplir la normativa municipal".
Este hecho ha generado descontento entre algunos residentes del barrio. María, otra vecina crítica con la colonia felina, asegura que su pequeño patio se ha convertido en "el cagadero oficial" de estos animales: "El olor es muy desagradable, no puedo tener la jardinera en condiciones porque me la rompen, no puedo dejar los cojines puestos en las sillas porque los roen y tampoco puedo dejar la puerta abierta, porque en más de una ocasión me he encontrado con gatos dentro de mi propia casa".
Soluciones
La principal solución para frenar la proliferación de gatos es la esterilización, una medida que se llevó a cabo el año pasado en dicho distrito. Los felinos que aparecen en los patios de las viviendas de Rabasa suelen tener una muesca o marca en la oreja, un código utilizado internacionalmente para identificar a los gatos callejeros esterilizados o castrados, evitando que sean capturados nuevamente. Esta labor fue realizada desinteresadamente por la Asociación de Vecinos Sagrada Familia de Rabasa en colaboración con el Departamento de Protección Animal del Ayuntamiento.
"El año pasado se llevó a cabo un control de la población de gatos callejeros en el barrio y se procedió a la esterilización de casi la totalidad de los animales, aunque siempre puede haber alguno que se haya escapado", asegura Sapena, quien fue responsable de coordinar el proceso de esterilización de la colonia felina de Rabasa. "También participaron de manera desinteresada Adopciones& CatsLadies, ya que era necesario llegar a una solución para revertir esta situación, que pasa por aplicar el método CES: castrar, esterilizar y soltar".
El objetivo de este método es evitar el crecimiento incontrolado de la población felina y, al mismo tiempo, mejorar la salud y la desparasitación de estos animales. "Entiendo que de vez en cuando haya discrepancias con esto, porque los gatos también entran en los jardines de las casas y pueden generar molestias a los vecinos, pero es necesario tratar bien a estos animales", concluye Sapena.
La proliferación de los gatos ha dividido al vecindario. Por un lado, aquellos que defienden seguir alimentando a los animales. Por otro, los vecinos que, cansados de los daños y molestias, reclaman medidas más estrictas para erradicar la presencia de gatos en las calles y en sus propiedades. En este contexto, algunos temen que la situación siga empeorando si no se encuentra un consenso entre las distintas posturas.
- Las protestas por los dos perros arrojados de un balcón interrumpen el pleno de Alicante
- Nuevo incidente en otro juego infantil del parque de San Blas de Alicante
- El doctor del Hospital de Alicante José Manuel Ramia ingresa en la Real Academia de Medicina de la Comunidad
- Así ha sido el pleno de Alicante: más espera para Sangueta y polémica por el maltrato animal
- El futuro del tráfico en Alicante: dudas en el TRAM, la eterna promesa de Vía Parque y soterrar la rotonda de Gibeller
- Mazón programa un viaje a EEUU y no irá a la Santa Faz
- Más de 500 policías nacionales y guardias civiles trabajarán en el dispositivo de seguridad de Santa Faz
- Sanidad publica las listas provisionales de la bolsa de empleo temporal