HACE 50 AÑOS | Del 17 al 23 de marzo de 1975

Pippi divide a las familias alicantinas

Polémica en Alicante con el personaje de la serie líder de la televisión: mientras profesionales clínicos defienden la capacidad para desarrollar la fantasía de los niños, algunos padres argumentan que la protagonista incide en el egoísmo de los niños

Hace 50 años. Del 17 al 23 de marzo de 1975: Polémica en Alicante con el personaje de la serie líder de la televisión

Hace 50 años. Del 17 al 23 de marzo de 1975: Polémica en Alicante con el personaje de la serie líder de la televisión / Rafa Arjones / Perfecto Arjones

Ramón Pérez

Ramón Pérez

Nunca una serie conquistó a tantas generaciones. Pippi Calzaslargas revolucionó España en 1975: arrolló en su estreno en televisión tras varios años censurada y levantó ampollas entre algunos adultos, que vieron en la serie sueca un obstáculo en la recta educación de sus hijos.

Aquella protagonista pelirroja creada por la escritora Astrid Lindgren creó furor entre los jóvenes por su anárquica vida: imaginativa, rebelde ante todo convencionalismo, andaba hacia atrás, vestía zapatos grandes y unas medias de cada color, cocinaba crepes en el suelo… Acompañada de su caballo, Pequeño Tío, y de su mono tití, el Señor Nilson, sus aventuras y su estilo bon vivant amenazaron el convencionalismo de una época de la que España comenzaba a despedirse. En Alicante, aquel dilema ocupó no pocos debates y este diario recogía en sus páginas de marzo de 1975 diversas entrevistas al respecto.

Por un lado, uno de los padres de familia encuestados, José Urios, expresaba que Pippi incidía en el egoísmo de los niños: «Sobre todo en las relaciones con sus padres». «No tiene problemas económicos, todo lo consigue abriendo un maletín, abusa de sus amistades, es un típico cuento de hadas», proseguía. La psicóloga clínica Pilar Prats, por contra, defendía la imaginación y creatividad de Pippi, interpretada en aquella serie por la actriz Inger Nilsson: «Pippi desarrolla la capacidad de fantasía y realidad de los niños, es necesaria porque los pequeños tienen ahora demasiadas responsabilidades». Sea como fuere, la emisión de aquella serie fue un hito en Televisión Española, jamás un espacio infantil había tenido tanto éxito de audiencia. «La vemos educadores y niños, ha despertado un entusiasmo como nunca», apuntaba Vicente Salas, otro de los entrevistados, que añadía: «Mientras mueva la imaginación y libertad de mis hijos me satisface».

La serie de las aventuras de Pippi Langstrum, creada en 1969, llegó a España a finales de 1974 con tanto éxito que sería repuesta en 1979 y 1987. El personaje continuó vivo entre los más jóvenes porque a finales de los años noventa Antena 3 emitiría la serie en el popular programa Megatrix.

Aquella semana de hace 50 años, debate de Pippi aparte, Alicante viviría con emoción la visita del Valencia, uno de los rivales por excelencia del Hércules. El conjunto de Arsenio volteó un gol de Claramunt y se impondría por 2-1 con goles de Giuliano y Barrios, que pondrían fin a una racha de siete jornadas sin ganar (seis de ellos habían sido meritorios empates ante Barça, Madrid o Athletic). Para seguir aquella jornada en condiciones, como era costumbre en la época, era indispensable acudir al estadio con las claves del marcador simultáneo Dardo, que iría actualizando en directo los resultados del resto de partidos. Aquella fue una publicidad inmejorable y quien quisiera estar al tanto debía llevar la hoja con las equivalencias. En este caso, los seguros Finisterre equivalían al Celta-Zaragoza; el brandy Fabuloso, al Salamanca-Sporting; las pinturas Bruguer, al Atlético-Málaga… Todo un clásico del fútbol que ya no volverá.

Además, Alicante estaba de enhorabuena porque se acordaba iniciar el expediente para declarar la plaza del Portal de Elche como conjunto histórico artístico. Así lo anunciaba el Ministerio de Educación y Ciencia. No era la única noticia urbanística de aquella semana, pues las nuevas instalaciones del Club Atlético Montemar, en la Albufereta, estaban al borde de la inauguración. Aquél era un paso adelante por el deporte en la ciudad y aún hoy es una referencia. El nuevo Montemar, conocido entonces y por poco tiempo como Gran Montemar, sería estrenado con un triangular de hockey hierba entre Francia, Inglaterra y España.

En el Centro de Estudios Universitarios era noticia el fin del paro en la escuela de profesorado, iniciado hacía diez días. Entre otras peticiones, los estudiantes reclamaban un colegio único de enseñantes, que los profesores no numerarios pudieran acogerse al seguro de desempleo o que desapareciera la figura de profesor interino.

También se vislumbraba la llegada de la Semana Santa: los hoteles alicantinos colgaban el cartel de «completo» y se anunciaba que unas 20 toneladas de flores adornarían los pasos de la ciudad. Joaquín Galindo Osete, encargado de tal cometido, aseguraba que las flores más empleadas eran los claveles, las margaritas, los alhelíes y los gladiolos. «Decorar un trono cuesta entre 15.000 y 20.000 pesetas», añadía. Toda una inversión en cultivar el espíritu.

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