Un estudio de la UA revela que la fauna marina se recupera tras los recortes a la pesca
La universidad aboga por mantener la actividad del sector en sus niveles actuales, sin nuevas restricciones, al constatarse también que las capturas de los barcos alicantinos han crecido en 2.800 toneladas el último año

Áxel Álvarez
Está costando sangre, sudor y lágrimas, pero la fauna marina del Mediterráneo está recuperándose de forma destacada después de los recortes en la pesca que ha venido aplicando la Unión Europea (UE) desde 2020. Así lo constata un estudio de la Universidad de Alicante (UA), el cual se ve refrendado por las capturas pesqueras, que en el caso de las embarcaciones alicantinas, se incrementaron en 2.800 toneladas en el último año. Y precisamente a este dato se aferra el sector para reclamar el cese de las restricciones, un argumento que es compartido por la propia universidad, que critica los drásticos tijeretazos que han ido imponiendo las autoridades comunitarias.
Los recortes a la pesca de arrastre del Mediterráneo, justificados en criterios de sostenibilidad, arrancaron hace cinco años. Desde entonces, y de forma paulatina, las embarcaciones han pasado de faenar 240 días al año a solo 133 en el último ejercicio, un drástico hachazo que, de haberse cumplido la propuesta planteada para 2025, que implicaba solo 27 días de trabajo, ya habría supuesto la sentencia de muerte definitiva. Sin embargo, un apaño de última hora, consistente en el cambio de las actuales redes por otras más amplias, va a permitir que se mantengan las 133 jornadas actuales.
La situación para el sector, en cualquier caso, continúa siendo crítica, especialmente para el de la provincia de Alicante, que cuenta con una flota de arrastre de 116 embarcaciones, la más extensa del litoral mediterráneo español. De hecho, las restricciones impuestas desde la UE habían propiciado que las capturas descendiesen de manera más que notable. En 2023, sin ir más lejos, el pescado que llegaba a los puertos era un 25 % inferior al que se atrapaba antes de reducirse los días de trabajo, con las consecuentes pérdidas económicas.
La situación, sin embargo, ha empezado a cambiar y, además, de forma significativa. Así lo constata la Universidad de Alicante, que viene realizando para la Conselleria de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca un seguimiento de las pesquerías. Al frente de este trabajo está el catedrático de Ciencias del Mar y Biología Aplicada, José Luis Sánchez Lizaso, quien señala que «las mejorías no son inmediatas. Llevamos desde 2020 con las políticas restrictivas de la UE, y ha sido en este último, en 2024, cuando hemos empezado a ver los frutos».
Según sus palabras, las especies que han registrado una mayor recuperación son la gamba blanca, así como el atún, cuyas cuotas de pesca también han estado bajo mínimos en los últimos tiempos. Las sardinas también están experimentando una mejora reseñable. En el lado contrario, sin embargo, se encuentran la gamba roja o la merluza, que todavía no han alcanzado la densidad de población que resultaría adecuada.
Los resultados obtenidos por la UA se corroboran con las capturas pesqueras, que también han crecido de forma más que destacada en el último ejercicio. Así, en los puertos alicantinos se ha pasado de descargar 8.251 toneladas en 2023, a 11.061 en 2024. Ese incremento, como es lógico, también ha tenido su incidencia a nivel económico, al pasar de 49,4 millones de euros en valor en 2023, a 60,4 en el último ejercicio.

Subasta de pescado en la lonja del puerto de Santa Pola, uno de los más importantes de la provincia. / Áxel Álvarez
A la vista de la situación actual, Sánchez Lizaso aboga por mantener los días de pesca actuales, sin abordar nuevos recortes. «Medidas tan drásticas como las que se han estado aplicando hasta el momento comprometen seriamente la viabilidad del sector y todo lo que mueve alrededor a nivel tanto económico como social. Eso también se debe tener en cuenta a la hora de diseñar las políticas».
Y en eso está también la conselleria, que calcula que las restricciones comunitarias están poniendo en serio riesgo a más de 2.000 puestos de trabajo. De hecho, desde el departamento autonómico se están llevando a cabo diferentes actuaciones para intentar que la UE se replantee las medidas que viene aplicando, y uno de los argumentos que utiliza es, precisamente, el de la recuperación de la pesquería.
En este sentido, y aprovechando la inminente reforma de la política pesquera común, el departamento autonómico citó recientemente a las diputaciones y a los ayuntamientos costeros de la Comunidad Valenciana, incluidos los de la provincia de Alicante, para formar un frente común y que todos presenten sus propuestas a esta reforma, reclamando un aumento de los días de pesca, mayor transparencia en los criterios que regulan esta actividad, que las decisiones políticas que afectan al sector se tomen de manera anticipada y en consulta con los actores locales, y que se establezcan marcos de decisión más estables y predecibles que permitan que los pescadores puedan planificar su actividad.
De igual forma, el conseller Miguel Barrachina ha mantenido una reunión de trabajo con sus homólogos de la Junta de Andalucía y la Región de Murcia, Ramón Fernández y Sara Rubira, para trazar una estrategia conjunta que permita aumentar los días de pesca, como única fórmula para asegurar la viabilidad del sector. «Si queremos garantizar el futuro de la pesca no podemos continuar aplicando las mismas políticas del pasado, que han demostrado no ser efectivas. Estamos viendo cómo otros países del Mediterráneo que no forman parte de la UE no están sujetos a estas mismas reglas, lo cual está afectando de forma negativa a nuestros pescadores», señala Barrachina, quien también urge al Gobierno Central a «habilitar ayudas que compensen la pérdida de renta de los pescadores de arrastre ante estos recortes que están teniendo que soportar».
Mientras tanto, desde el propio sector también se insta a las autoridades comunitarias a dar un golpe de timón a sus políticas. Así lo señala el secretario de la Federación de Cofradías de la Provincia de Alicante, Juan Mulet, quien asevera que «nos están dejando sin ningún tipo de viabilidad. Con estos recortes es prácticamente imposible mantener una embarcación y la actividad, además del perjuicio que supone para los trabajadores estar consumiendo sus días de paro en los momentos en los que hay que estar amarrados a puerto».
Los pescadores también están a la espera de que el Gobierno convoque las ayudas prometidas para el cambio de mallas impuesto por la UE para poder mantener los 133 días de trabajo que tenían el año pasado. Se calcula que el coste de la operación rondará los 600.000 euros para el conjunto de las embarcaciones alicantinas
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