Castillo declara que el dinero que le reclaman sus socios se usó en pagar préstamos y a proveedores
El presidente de la Asociación Provincial de Hoteles sostiene que no tenía labores ejecutivas en el hotel investigado, arremete contra el denunciante y cuestiona el informe policial

De izquierda a derecha, los hermanos Juan Carlos y Luis Castillo y los dos compradores del hotel este martes en el banquillo. / Alex Domínguez
El empresario Luis Castillo y los acusados por desviar fondos en la gestión de un hotel en El Campello han vinculado las operaciones bajo sospecha con el pago de préstamos y a proveedores. El empresario y su hermano Juan Carlos se enfrentan a una petición de penas de cinco años de prisión por apropiación indebida en la gestión del Gran Hotel de El Campello. Junto a ellos, se sientan en el banquillo dos presuntos testaferros, Antonio y Luis Enrique Notario padre e hijo, a quienes los dos hermanos vendieron el complejo hasta que acabó cerrando sus puertas.
Castillo ha asegurado que nunca tuvo labores ejecutivas en la gestión de la empresa y arremetió contra el denunciante, el empresario Olaf Wilkens, sosteniendo que "está obsesionado conmigo" y tiene inquina y odio hacia él. Castillo cuestionó algunas de las conclusiones del informe policial que detectaba irregularidades en las cuentas del hotel y que motivó que se presentara la querella. En definitiva ha venido a decir que el hotel fue un negocio ruinoso y que no solo no se enriqueció, sino que se perdió dinero con la inversión.
El juicio ha arrancado este martes en la Audiencia Provincial de Alicante y tiene una duración prevista de tres días, por lo que el jueves podría quedar visto para sentencia. Luis Castillo es el actual presidente de la Asociación Provincial de Hoteles (APHA) y ha presidido el club Lucéntum y en el año 2023 llegó a postularse para presidir el Hércules CF. Nada más empezar la vista, las defensas han planteado que se trata de hechos ya prescritos y que ya fueron archivados en su día por otro juzgado. Los letrados pretendían que la sala se pronunciara de manera anticipada sobre estas cuestiones para evitar "una pena de banquillo" a los acusados, solicitud que ha sido desestimada por el tribunal al considerar "un atrevimiento" pronunciarse ahora sobre si se trata de la misma causa. Había que esperar a analizar toda la prueba. La Fiscalía y la acusación particular acusa a los cuatro procesados de haber formado un entramado societario para desviar fondos de la gestión del hotel.
Los dos hermanos Castillo han asegurado que era Juan Carlos quien llevaba la explotación comercial del hotel, como administrador único de la sociedad Hoteles Carolina desde febrero de 2010, mientras que Luis estaba centrado en el baloncesto. Pronto se hizo una ampliación de capital con la que entraron cinco socios más, entre ellos el denunciante que tenía un 10 por ciento de la sociedad. "El hotel no funcionaba como esperábamos y por eso lo acabamos vendiendo", ha explicado, operación de la que informaron a los socios. "Unos querían seguir y otros querían vender". El comprador era un empresario de Albacete, Antonio Notario, con quien se firmó la venta en noviembre de 2011, traspaso que culminó en febrero del año siguiente. Juan Carlos Castillo ha señalado que se quedó unos meses más para ayudar en el traspaso y a partir de ese momento ya no tuvo ninguna responsabilidad en la gestión. La contabilidad analizada por la Policía durante esos meses detectó movimientos de efectivo irregulares y por las que fueron interrogados.
Movimientos bancarios bajo sospecha
Concretamente se le preguntó por retiradas de efectivo que ascendían a 84.000 euros de las cuentas de Hoteles Carolina entre mayo de 2011 y diciembre de 2012. La operación más elevada fue de 70.000 euros retirados el 30 de junio. Los Castillo señalaron que esa operación se usó para pagar un préstamo personal que hizo el propio denunciante a Juan Carlos. Para el resto de retiradas, señaló que era para el pago de gastos, aunque una de ellas por importe de 1.200 euros y realizada en diciembre de 2012 fue negada por este señalando que en aquella época ya estaba totalmente desvinculado de la empresa. La investigación detectó también transferencias por importe de 58.603 desde Hoteles Carolina a una empresa vinculada a los hermanos Castillo, Josector SL, movimientos bancarios que los Castillo explicaron como pago de préstamos que habían realizado al hotel.
La Policía detectó también una cuenta conjunta entre Luis Castillo y Antonio Notario; hecho que ambos negaron tajantemente. De hecho, cuando el asunto se investigó por el juzgado se requirió más documentación al banco sobre la citada cuenta y la respuesta fue que esa información ya no estaba disponible.
Por su parte, los otros dos acusados y que relevaron a los Castillo en la explotación del hotel han señalado que a los dos meses de asumir la gestión se encontraron con un déficit de 154.000 euros con impagos a proveedores y la Seguridad Social. Según explicó, crearon la empresa Hospedantique para poder seguir haciendo frente a los pagos que recibían de tour operadores, ya que Hoteles Carolina tenía las cuentas embargadas por su precaria situación económica. Antonio Notario señaló que puso a su hijo al frente de la sociedad para que le ayudara, aunque ha asegurado que "fue un error", puesto que acabó perdiendo una vivienda en Altea como consecuencia de estos embargos.
La investigación policial reveló que se hicieron retiradas de efectivo por importe cercano a los 70.000 euros. Según la explicación del acusado, eran cantidades reservadas al pago efectivo para proveedores.
El denunciante
El denunciante por su parte aseguró que sus problemas con los hermanos Castillo se derivaron de la opacidad con la que se gestionaba la empresa. "Cuando les emplacé a que convocaran la junta, anunciaron que vendían la empresa", dijo. Wilkens señaló que las grandes retiradas en efectivo sin justificación apuntaba a que "se lo podrían estar llevando al bolsillo". A su juicio, la situación económica del hotel no era tan mala, ya que se trataba de un complejo con cien habitaciones con vistas al mar y que contaba con grandes salones para celebrar bodas y comuniones. "Lleno es lleno", ha subrayado para defender la actividad que había.
Por su parte, el inspector responsable del informe policial señaló que destacaron operaciones de grandes retiradas de efectivo que luego no repercutían en el hotel, operaciones que apuntaban a que podría estar tratando de despatrimonializar la empresa.
El juicio prosigue este miércoles con la declaración de otros socios del hotel, uno de ellos un inversor perjudicado por los impagos.
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