Principio de acuerdo entre el PP y Vox en Alicante mientras Barcala busca una salida al concejal Toni Gallego
Los de Abascal mantienen como línea roja el cese del edil de Hacienda y Deportes de todas sus competencias y, pese a ello, los populares acceden a pactar varias medidas económicas

El alcalde, Luis Barcala, señala junto al concejal de Hacienda, Toni Gallego, y la de Infraestructuras, Cristina García. / Jose Navarro
El PP de Alicante y Vox acercan posturas para aprobar el plan de ajuste del Ayuntamiento, a falta de definir la salida de Toni Gallego del gobierno municipal. En un nuevo encuentro entre ambas formaciones celebrado este viernes, los de Abascal han fijado como "línea roja" el cese del edil de Hacienda y Deportes de todas sus competencias. Tras ello han proseguido las negociaciones sobre el resto de aspectos a acordar para la aprobación del plan de ajuste, de lo que se desprende que la marcha del concejal popular podría estar más cerca que nunca. Antes de la cita con Vox, el alcalde ha vuelto a evitar respaldar la gestión de su concejal: "Voy a ser muy concreto. Lo único que voy a decir es que continuamos con las negociaciones en los términos en los que cada grupo quiera plantear y en los que nosotros estamos siendo receptivos", ha asegurado Barcala.
Pese al ofrecimiento del PSOE, que el jueves confirmó al PP su predisposición a permitir la aprobación del ajuste contable a cambio de que el alcalde "no ceda ante Vox", los populares han retomado las conversaciones con la ultraderecha, su socio preferente en el Ayuntamiento. Una decisión que, en las filas socialistas, ya se intuía incluso desde la citada reunión, cuando las interlocutoras designadas por Barcala fueron la portavoz del grupo popular, Mari Carmen de España, y la concejala de Cultura y Mayores, Nayma Beldjilali, la número 12 de la lista electoral y con escaso peso político en el equipo de gobierno actual.
En cambio, los de Abascal se han reunido hasta la fecha con los dos coordinadores generales del Ayuntamiento, Asunción Martínez y Vicente López; con el vicealcalde Manuel Villar y, hasta en dos ocasiones, con el alcalde, Luis Barcala. En esta última cita, Vox ha dejado claro que su gran "línea roja" en la negociación es la salida total de Toni Gallego del equipo de gobierno, debiendo quedar despojado de sus competencias en Hacienda, Deportes y Patrimonio. A pesar de la exigencia, el encuentro ha proseguido con normalidad, llegando a alcanzarse un preacuerdo en varios de los aspectos económicos que deben de incluirse en la propuesta de plan de ajuste.
Rebaja del IBI: 3,3 millones hasta 2028
En este sentido, ambas formaciones han accedido a retomar la rebaja del IBI pactada a cambio de la aprobación de los presupuestos municipales: de 1,1 millones de euros anuales entre 2026 y 2028. Esta ha sido, precisamente, la medida que ha dinamitado temporalmente las relaciones entre los dos grupos, después de que la propuesta de ajuste contable impulsada por Toni Gallego contemplase eliminar unilateralmente dicho acuerdo, renunciando a la rebaja impositiva para no tener que descartar inversiones ya anunciadas por los populares.
Además, también se estaría explorando la externalización de la gestión de la Oficina de Maternidad (que la izquierda tilda de medida antiaborto encubierta) para que una empresa u organización asumiese su gestión. Del mismo modo, el PP y Vox trabajarían tras la aprobación del plan en la elaboración de una ordenanza que permitiese agilizar la relación con el Ayuntamiento tanto de la ciudadanía como de las empresas, una de las reivindicaciones de los de Abascal en su programa electoral.
Fuera del acuerdo habrían quedado otras medidas de mayor carácter ideológico como la eliminación de la participación del Ayuntamiento en los actos del Orgullo LGTBI, en los que los ultras han aceptado que el Consistorio no destina dinero público; o la solicitud al Consell del cierre de centros para menores no acompañados, que comprenden que compete a la Administración autonómica.
El edil de Hacienda, fuera de juego
Desde que estallase la polémica por el plan de ajuste, el pasado 30 de mayo, el edil de Hacienda y Deportes, Toni Gallego, guarda silencio. El Ayuntamiento se ha visto obligado a reconducir las cuentas para los dos próximos años tras haber incumplido la regla de gasto en casi 30 millones de euros, algo de lo que la oposición al completo responsabiliza (al menos, en su mayor parte) al propio Toni Gallego, como dirigente del área que impulsa los presupuestos municipales.
Por si fuera poco, la propuesta para subsanar el desequilibrio, firmada igualmente por el responsable de Hacienda, significó una "estafa" para Vox, que lamentó que nadie le hubiese advertido de la situación que atravesaban las arcas municipales cuando se acordaron las cuentas del 2025.
Todo ello, sumado a polémicas como la del traslado del Tómbola Arena (el pabellón de cinco millones de euros que "estará a disposición del Lucentum") o la de las obras del Antonio Solana, que salpicó directamente a su compañera de equipo de gobierno y edil de Infraestructuras, Cristina García, han dejado al exjugador de baloncesto en una situación de fuera de juego dentro de la Corporación: señalado por los contrarios, pero también cada vez más por los suyos.
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