Retratos urbanos

El restaurador amable

Luis de la Fuente Villarroel regenta desde hace treinta veranos y un invierno más el restaurante Regina, en Playa de San Juan; empezó de camarero en el negocio familiar a los 14 años

Luis de la Fuente Villarroel posa en su restaurante de Playa de San Juan.

Luis de la Fuente Villarroel posa en su restaurante de Playa de San Juan. / Pepe Soto

Pepe Soto

Pepe Soto

Cuando atiende a los comensales reparte amor. Las recetas no tienen alma; es el cocinero quien la reparte desde los fogones al comedor con la ayuda de los camareros. Lleva tres décadas al frente del restaurante Regina, en Playa de San Juan. Por tradición familiar, a los 14 años ya fue camarero aprendiz en el negocio de sus padres. Y ahí sigue, feliz, como un amable restaurador ofreciendo felicidad a sus clientes, entre cocina mediterránea, italiana o carnes a la brasa asadas lentamente en un viejo horno de leña que arde en armonía con el aroma que conceden troncos de encina.

Luis de la Fuente Villarroel (Madrid, 1971) tiene grabados los mejores recuerdos de su vida junto al Mediterráneo, en Playa de San Juan. Sus padres adquirieron un apartamento cuando el chaval tenía un año. Cada verano la familia abandonaba su hogar en Talavera de la Reina para soportar los calores con la ayuda de la brisa del mar.

El padre, también llamado Luis, nacido en Segovia, regentaba el restaurante El Arcipreste, en Talavera (Toledo), y una discoteca, una cafetería y un pub en Navalmoral de la Mata, ciudad próxima, pero ya en la provincia de Cáceres. Un hombre emprendedor. A su mujer, Regina, la conoció de mozo cuando representaba productos de cosmética de pueblo en pueblo pegado a una maleta. En Talavera de la Reina se enamoró, se casó, tuvo dos descendientes y creció con mucho esfuerzo en el negocio hostelero.

El lugar de veraneo familiar siempre le gustó. En 1983, viajó a Alicante con uno de sus empleados para otear el mercado turístico y compró un local. Los De la Fuente Villarroel se trasladaron a su casa de verano. Abrió el bar Luimar. Nuestro protagonista tenía 12 años. Pero pocos meses después, el jefe del clan inauguró el restaurante Regina, en la Avenida de Niza, a pocos pasos de la playa, en pleno auge del turismo, que atendía a los clientes desde primeras horas de la mañana hasta casi el amanecer.

Luis de la Fuente no fue buen estudiante. A los 14 años empezó a trabajar en el mesón como ayudante de camarero. La madre se encargaba desde el altar de la caja registradora a contralar un próspero negocio que se convirtió en punto de encuentro en tiempo de estío de clientes habituales, empresarios, veraneantes y de famosos como Joan Manuel Serrat, Rocío Jurado, Lolas Flores, Raphael y tantos otros artistas cuyas giras tenían parada en Alicante.

1992. Ocho años más tarde, la familia abrió Gloria Bendita, con un comedor más pequeño que el de Regina, pero que se granjeó la asistencia del público por la calidad de su cocina y sus productos; más posiblemente por el ambiente familiar que se percibía en la sala y en la terraza. El padre también regentó un tablao de sevillanas, La Caseta, donde Luis se encardaba del giradiscos.

Siempre inquieto, a los 18 años levantó la persiana de un alegre, concurrido y nocturno bar de copas, Pigmalión, también en Playa de San Juan. Justo al lado, pared con pared, abrió poco después un espacio “brutal”, dice Luis, El rey del bocata. “El local fue un escándalo. Funcionábamos muy bien en los meses de verano desde entrada la tarde hasta el amanecer”, recuerda. “Siempre tuve el apoyo incondicional de mi familia. Mi padre me enseñó todo lo que no se puede aprender y me apoyó siempre. Pero un día me preguntó si pensaba pasar la vida sirviendo copas y bocadillos”. Y decidió dar un giro a su actividad profesional. El padre colgó el delantal a los 58 años y se dedicó a negocios de la construcción.

En otoño de 1994 alzó las cortinas metálicas del restaurante y pizzería Regina, situado en la Avenida de Santander. El local lo preside un enorme horno de leña que ofrece a sus parroquianos aromas tan viejos como necesarios. “Nuestro horno de leña de encina es el corazón de nuestra cocina. La elección de esta madera es fundamental para lograr ese sabor distintivo y ahumado que distingue a nuestra carne a la brasa: entrecot de lomo alto, chuletón de carne roja o solomillo…”, comenta Luis. Cocina mediterránea de mercado. Ofrece a sus clientes pastas frescas que se elaboran al momento en un obrador especializado en comida italiana: lasaña, rigatoni, espagueti, lenguini, farfalle y, sobre todo, pizzas. Lejano el calor, Luis y su equipo, tienen cada miércoles y viernes un plato especial: cocido madrileño, como lo hacía su madre.

“El restaurante ha llenado mi vida, y la única manera de hacer un trabajo genial es amar lo que haces”, comenta Luis. Tras la entrevista en una cafetería cercana fuimos a su negocio para captar el retrato, la foto. Luis tiene empatía con los empleados; muchísimo cariño. “Lo mejor del trabajo en equipo es que siempre tienes a alguien al lado”.

Ahí está Luis. La tristeza casi siempre son recuerdos: el padre falleció bastante joven, a los 70 años; la madre hace un par de calendarios. El compañero de INFORMACIÓN Rafa Arjones, amigo de Luis de la Fuente, dedicó un sentido obituario a Regina: “Se nos ha ido una figura excepcional. Ha fallecido a los 74 años Regina Villarroel, una mujer cuya vida estuvo marcada por su dedicación y amor a nuestra costa y por un negocio familiar cargado de sabores y risas que se enlazaban con las olas y la puesta de sol”, rezaba la crónica.

Tras la carga acumulada de largas jornadas de trabajo sin descanso y de cerrar compras con proveedores, Luis empezó a correr largo y tendido por la playa y por la huerta junto a las acequias. Ha participado en al menos cuatro maratones. Sigue corriendo, pero algo menos. En su trabajo siempre da muchos pasos más allá: se divierte en el trayecto entre los fogones y las mesas como un vendedor de felicidad con unos ojos tan azules como expresivos. Y siempre sonríe. Tiene alma de mayordomo, de amable restaurador.

Tiene una hija, Rocío, que estudia en Inglaterra una carrera universitaria en ese laberinto que une a la moda y al marketing.

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