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Educación

Aseos cerrados, restringidos o vigilados: así frenan el absentismo y los conflictos los institutos de Alicante

El control de los baños se extiende en los centros educativos de la provincia bajo el argumento de reducir el vandalismo, el absentismo y el acoso escolar

Al baño solo en el recreo

Al baño solo en el recreo / Alex Domínguez

A. Fajardo

A. Fajardo

Aseos cerrados, restringidos o vigilados para frenar el absentismo y los conflictos en los institutos de la provincia. Es la situación a la que los equipos directivos se han visto obligados a llegar, bajo el argumento de evitar que sus alumnos pierdan el tiempo más de la cuenta en los baños y, lo que es incluso peor, que cometan gamberradas o acoso escolar.

"Los cerramos durante toda la jornada de mañana, salvo los recreos, ni durante la entrada ni salida, si no aprovechan cualquier momento para ir a fumar o, para pasear por los pasillos o para no estar en clase", afirma Ana Díaz, vicedirectora del IES Antonio José Cavanilles de Alicante. Este es uno de los primeros centros que instauró hace cinco cursos una medida que ha comenzado a extenderse en diferentes municipios. En caso de que los estudiantes necesiten en mitad de una clase ir al aseo, siempre tienen que pedirles permiso al profesor, apuntar su nombre y el del docente con el que está en un registro y pedir la llave en conserjería. En el horario del recreo también hay profesorado de guardia en los baños. Este métido ha surtido sus efectos: "nos funciona mucho mejor, ya no se mete gente a fumar y se evitan conflictos", añade Díaz.

En el IES San Vicente han implantado este curso un protocolo menos restrictivo. Tienen un horario de apertura de los aseos (de 9.30 a 11 horas y de 12.45 a 13.10 horas) que incluye las horas de recreo. Fuera de este horario, el alumnado puede ir al baño pidiendo permiso al profesor de su aula que le dará un pase para pedir la llave de los baños e ir a la conserjería. El profesorado también controla el aforo de los aseos y desde que ha puesto en marcha la medida aseguran que no se ha detectado ningún tipo de aglomeración ni de saturación en ninguno de los baños abiertos.

De nuevo, el motivo que ha llevado este centro a tomar cartas en el asunto, tal y como se le ha trasladado a las familias a las que les han pedido colaboración, es evitar el vandalismo, los posibles problemas de acoso en estos espacios que no pueden ser supervisados fácilmente por los profesores y el hecho de facilitar la limpieza y el mantenimiento de los sanitarios.

Desde que han puesto en marcha la medida, la dirección ha comunicado a los padres que las incidencias en los baños "han sido mínimas, en comparación con el curso anterior donde los alumnos más pequeños se quejaban de no poder ir al baño porque alumnos mayores los tenían totalmente invadidos y no los dejaban pasar".

Cámaras controlando el acceso a los baños de un instituto de la provincia

Cámaras controlando el acceso a los baños de un instituto de la provincia / AXEL ALVAREZ

Cámaras y códigos QR

Otros centros, como el IES Cayetano Sempere de Elche, ha optado por cámaras en los pasillos frente a los aseos para controlar quién entra y quién sale. Además, durante la jornada no se abren todos los servicios, sino los de una planta y siempre que un estudiante quiere ir al baño tiene que pedir al profesor un pase, apuntar su nombre en un registro de manera que el centro puede saber qué alumno se ha ausentado de clase y qué baño ha utilizado, lo que les facilita identificar a aquellos que realicen alguna gamberrada. En el horario del patio, para evitar concentraciones, el centro educativo también abre los aseos de la entrada.

"La norma ha servido muchísimo para evitar desperfectos", admite su director, Guillermo Latour, quien lamenta que hubo un año en el que los actos vandálicos "aumentaron, lo que supuso un gasto muy importante para el centro". Es por eso por lo que desde hace varios cusos cuentan con estas cámaras, que según el responsable de instituto, fueron autorizadas por la Conselleria de Educación y por el consejo escolar.

De una forma similar, en el IES Santa Pola, cada profesor tiene una tarjeta para dejar salir al baño y los alumnos que van por el pasillo llevan esa tarjeta. Sin embargo, si encuentran a alguno sin tarjeta se le llama la atencion. Un ejemplo parecido se encuentra en el IES Misteri d'Elx, donde la norma es que el alumnado vaya en los recreos a los servicios y que solo tienen permiso en ir durante las horas de clase si es urgente. Si es así, los profesores les proporcionan un pase de pasillo en el que aparece el nombre del docente.

Una hoja de registro para acceder a un baño en un instituto

Una hoja de registro para acceder a un baño en un instituto / ALEX DOMINGUEZ

Con el mismo propósito, otros institutos han echado mano de la tecnología para controlar los baños. Es el caso del IES Thiar, en Pilar de la Horadada donde cada alumno tiene un carnet con un código QR y para entrar al aseo debe presentarlo y se escanea. Así, los datos se registran y luego se sacan estadísticas. Sus profesores aseguran que siempre se les dice a los estudiantes que en clase deben salir solo si es urgente y que, principalmente, deben ir en la hora del patios.

Rollos de papel embozan inodoros

"Los centros han detectado que el hecho de colocar cámaras o poner restricciones minimiza incidencias o destrozos en los aseos", reconoce Toni González, el portavoz de la Asociación de directores de Secundaria en la provincia (Adies- PV), quien advierte de que "el gran problema, ya histórico" es que los alumnos echan rollos de papel en los inodoros o rompen las tapaderas lo que genera gastos muy costosos para los institutos", por eso, justifica que se busquen medidas para minimzar estos problemas. Frente a este tipo de procedimientos, todavía hay centros educativos que carecen de restricciones en los aseos, porque por ahora no lo han visto necesario.

Unos alumnos entrando a unos aseos en un centro educativo

Unos alumnos entrando a unos aseos en un centro educativo / AXEL ALVAREZ

Familias en contra: "Es una vergüenza, son baños públicos"

Sin embargo, la estrategia de limitar el uso de los baños en los centros educativos para reducir los conflictos no convence a toda la comunidad educativa. Hay quienes apuestan por fomentar "las asambleas en las aulas para abordar con los alumnos este tipo de problemas e informar siempre a las familias cuando los equipos directivos decidan regular la entrada a los aseos", explica el orientador educativo Eugenio Toledo.

Las medidas restrictivas han encontrado el firme rechazo de la Federación mayoritaria de las Asociaciones de Padres y Madres de los Alumnos de la provincia: "nosotros estamos totalmente en contra, pero no solamente del cierre de los aseos, sino de la vergüenza que tienen que pasar muchas veces los alumnos porque tienen que ir a recoger el papel higiénico para poder ir al baño a conserjería o a algún sitio específico que les dicen que lo ponen", afirma la portavoz de la FAPA Gabriel Miró, Sonia Terrero.

Ante este tipo de limitaciones, la representante de las familias asegura sentir "vergüenza porque los baños son baños públicos dentro de un centro educativo" y defiende que el acceso tiene que estar "abierto continuamente al igual que un profesor sale y va al baño cada vez que le apetece". La portavoz de la FAPA cuestiona quién valora que realmente ese alumno no tiene esa necesidad extrema de tener que ir al baño, aunque haya venido del patio. "Pueden haber mil circunstancias, que haya cogido frío o de que ese día se pone malo de la barriga o que una niña que necesita cambiarse en este caso de compresa o de lo que sea y realmente al final lo que les están haciendo es no guardar su intimidad", agrega.

La representante de la federación de padres y madres asegura que a las Ampas les ha llegado estas quejas por las medidas que "están poniéndose no solo en la provincia, sino en toda la Comunidad Valenciana y en casi todos los institutos".

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