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La Ciudad del Baloncesto del Lucentum: una operación en Alicante que podría seguir el modelo del Roig Arena

El proyecto se apoya en parcelas municipales de uso deportivo y reproduce una fórmula ya utilizada en la ciudad a principios de siglo con los centros Arena, Supera Gran Vía y Stadio

Recreación de la residencia para 180 deportistas, que se ubicará en una parcela de la calle Polop a 300 metros de los pabellones.

Recreación de la residencia para 180 deportistas, que se ubicará en una parcela de la calle Polop a 300 metros de los pabellones. / CrystalZoo Arquitectura

José Gómez

José Gómez

La Fundación Lucentum quiere construir en Alicante una Ciudad del Baloncesto, un complejo con dos pabellones, pistas de entrenamiento y una residencia para jugadores. Todo sobre suelo municipal, y confiando la rentabilidad del proyecto en el negocio alrededor de la residencia, que se convertiría en el primer alojamiento para deportistas de la ciudad.

La idea, aún en fase inicial, no es nueva en la provincia, pues copia el modelo del hotel para deportistas que el pasado año abrió en La Nucia sobre suelo municipal de la Ciutat Esportiva Camilo Cano. En cuanto al proceso administrativo, el proyecto podría seguir la estela del Roig Arena de València, el macro pabellón impulsado por Juan Roig en terrenos que pertenecen al Consistorio del cap i casal. Incluso, en la misma ciudad de Alicante, ya en el pasado, empresas privadas han levantado y siguen gestionando equipamientos deportivos sobre parcelas del Ayuntamiento

La propuesta replica el modelo del hotel que La Nucia puso en marcha en su ciudad deportiva

La capital alicantina tiene dos décadas de experiencia en este tipo de colaboración público–privada. En los años 2000, el Ayuntamiento optó por la concesión de obra pública y explotación para erigir complejos que hoy forman parte del paisaje deportivo de la ciudad. Así nacieron el Arena Alicante, el Centro Deportivo Stadio o el Supera Gran Vía, tres instalaciones construidas con inversión privada pero sobre suelo municipal.

El intercambio era el siguiente: la empresa financiaba, construía y gestionaba el centro durante varias décadas a cambio de un canon anual. El Ayuntamiento, por su parte, ampliaba la red de instalaciones sin gastar dinero público y garantizaba que, al final del contrato, las obras revertirían al patrimonio municipal. Sin embargo, no estuvo exento de críticas de parte de la oposición, encarnadas en la voz del entonces edil socialista José Vicente Ronda, que apuntaba que eran medidas para el "negocio de amiguetes" a costa del suelo "de todos los ciudadanos".

Centro deportivo Arena Alicante, de gestión privada sobre más de 26.000 metros de suelo público.

Centro deportivo Arena Alicante, de gestión privada sobre más de 26.000 metros de suelo público. / Alex Domínguez

El primero en abrir, en mayo de 2003, fue el Centro Deportivo Stadio, ideado a raíz de la petición vecinal de una piscina cubierta en el Cabo de la Huerta. El concurso se lo llevó la empresa Servicios Deportivos Rubio, con concesión por 45 años y pagando en 2024 un canon anual de 9.099 euros al Ayuntamiento. Le siguió, septiembre de 2003, el Supera Gran Vía, concedido a la empresa Alisport por 50 años y con el pago de 8.913 euros al año al Consistorio.

La Fundación Lucentum espera 30 años de concesión como mínimo. El Arena tiene 40 años, el Supera Gran Vía 50 y el Stadio 45

Finalmente, en septiembre de 2008 se abrió el Arena Alicante en Playa de San Juan. El más grande de todos, sobre 26.000 metros cuadrados, con una concesión de 40 años otorgada en aquel momento a una sociedad encabezada por la familia Palacio y hoy en manos de un grupo inversor extranjero. Por estas instalaciones se paga un canon anual de 37.784 euros. En el caso de estos tres centros deportivos de gestión privada, los únicos espacios que se someten a la ordenanza de precios públicos son las piscinas.

Siguiendo los pasos de La Nucia

En el caso de la Ciudad del Baloncesto que propone el Lucentum, la explotación de las instalaciones deportivas no será la fuente de ingresos que pague la obra. Lo será, en cambio, la gestión de una residencia para deportistas con 90 habitaciones. Este modelo tiene en la provincia un precedente claro en La Nucia y su hotel para deportistas dentro de la ciudad deportiva, que ha sido en los últimos tiempos una de las grandes apuestas del municipio.

En La Nucia se realizó una concesión demanial, ligeramente distinta a las realizadas en Alicante en la primera década del 2000. Con este instrumento administrativo el Ayuntamiento no encarga la construcción de una obra pública, sino que cede el uso del suelo a un promotor que asume toda la inversión. En ambos casos, la obra —aunque promovida y financiada por el inversor privado— revertirá a la administración pública al terminar un plazo establecido.

Hotel para deportistas de La Nucia, en obras en abril del 2024. Actualmente se encuentra operativo.

Hotel para deportistas de La Nucia, en obras en abril del 2024. Actualmente se encuentra operativo. / INFORMACIÓN

El hotel para deportistas de La Nucia, que tras varios años de proyecto abrió en 2024, tiene una concesión de 40 años y paga un canon de 52.000 euros al Consistorio nuciero. Este mismo modelo de concesión es el del Roig Arena de València, construido sobre suelo público con una concesión a 50 años y un canon de 200.000 euros anuales. Además, al igual que la Ciudad del Baloncesto de Alicante, en el Roig Arena fue el promotor privado el que presentó el plan a la administración.

Trámite similar al del Roig Arena

A diferencia del macro pabellón valenciano, que necesitó una modificación del Plan General para adecuar el uso del terreno, la Ciudad del Baloncesto de Alicante parte con ventaja: las parcelas previstas ya están clasificadas como dotacionales deportivas. Esto evita el trámite urbanístico, largo y farragoso, y permite que los técnicos municipales se centren directamente en el expediente de concesión demanial, el mismo procedimiento que usó València.

El proceso será, previsiblemente, el siguiente: la Fundación Lucentum presentará oficialmente su iniciativa al Ayuntamiento, que tendrá que evaluar, con la intervención de las concejalías de Hacienda y Urbanismo, si es de interés público y si es viable el proyecto. En caso afirmativo, deberá publicar la propuesta para abrir la puerta a otros posibles proyectos.

Roig Arena, en València.

Roig Arena, en València. / Francisco Calabuig

De presentarse proyectos alternativos al del Lucentum, se deberá proceder a un concurso público. Si, como en el caso del Roig Arena, nadie compite, la concesión podría adjudicarse directamente, fijando plazo, canon y condiciones de reversión. Daniel Adriasola, presidente del Lucentum, apuntó que aspiran a tener la Ciudad del Baloncesto en un plazo de dos años, aunque fácilmente estos trámites pueden demorarse hasta mediados de 2026.

Ignacio Alonso, patrono de la Fundación Lucentum, aseguró que para que el proyecto sea rentable se necesitaría una concesión mínima de 30 años. Vistos los antecedentes, todos por encima de los 40 años, lo más seguro es que si el proyecto sale adelante el plazo para la reversión sea todavía mayor.

Como cabos sueltos, queda el canon que impondrá el Ayuntamiento por la concesión de 13.000 metros cuadrados de suelo público, la contrapartida que ofrezca el Lucentum en términos de aprovechamiento público de las instalaciones, pero, sobre todo, conocer quién está dispuesto a pagar los 11 millones de euros en los que se ha cifrado el proyecto.

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