Educación
Disputa por la lengua en Alicante: la Inspección y el colegio dejan a la niña de Elche en castellano hasta que decida el juez
La progenitora, que votó diferente al padre, interpone una demanda para pasar a su hija a valenciano, la línea en la que ha estudiado la alumna desde que el principio

Jose Navarro
Ni las reiteradas ausencias a clase, ni las quejas de la progenitora, ni la postura de las dos federaciones de asociaciones de padres y madres de alumnos de la provincia han servido para que la niña de Elche, cuyos tutores legales votaron de forma diferente en la consulta de la lengua base, pase a la clase de valenciano, la línea que ha estudiado desde que entró al colegio.
La pequeña de seis años tendrá que seguir esperando a que un juez se pronuncie y resuelva este conflicto cuando han pasado ya ocho meses desde que el Consell celebrara las votaciones para dejar en manos de las familias la elección de la lengua.
Y mientras tanto, la alumna de Primaria del colegio Clara Campoamor sigue asignada al aula de castellano, como la dirección ha decidido que así sea, bajo el argumento de que no hay hueco en la línea valenciana. Ni la Inspección educativa, ni tampoco la dirección del centro educativo han accedido a las peticiones de la madre para cambiarla, que es la que tiene la custodia de la niña y es la que eligió la lengua cooficial para la enseñanza de su hija, mientras que el padre votó por el castellano. Valenciano es la lengua en la que la niña se había iniciado en la lectura y escritura en los tres cursos anteriores porque el colegio era de esa línea y al que sus padres,ahora separados, estuvieron de acuerdo en escolarizarla.
La Administración autonómica se sigue escudando en lo que dicta la Ley de Libertad Educativa de José Antonio Rovira: Si los padres votan diferentes lenguas, la Conselleria de Educación considera que hay una discrepancia o falta de acuerdo y el voto no se tiene en cuenta hasta que el juez decida qué progenitor puede votar.
"Mi hija no quiere ir al colegio y estamos en octubre, sigue teniendo rabietas cada día y se despierta por las noches llorando", lamenta la progenitora, que sigue sin entender por qué el colegio ha optado por colocar a su niña, aunque sea de forma provisional, en castellano, (la lengua por la que votó el padre) separada del grupo en el que se inició en la escuela y de sus amigas. Según un parte médico, la alumna presenta un trastorno persistente del estado de ánimo afectivo.
La conselleria se escuda en que la ley dice que el juez tiene que resolver en caso de desacuerdo de los padres

Así ha sido la vuelta el cole en Alicante: 303.200 alumnos inician el curso pendientes del cambio de lengua y del tiempo /
A esto se suma que ha tenido que ser la madre, después de ver que pusieron a su hija en una clase de castellano, la que inicie el proceso judicial para solucionar un conflicto que se ha generado por la consulta de la lengua (y sus correspondientes costes económicos) y para pelear por los intereses de la niña, cuando ha sido el progenitor el que ha querido cambiar el idioma para su hija tres cursos después, ya que, por parte del padre, no hubo ninguna oposición para que fuera a ese centro educativo.
Los intentos por resolver esta disputa por parte de la progenitora se remontan al curso pasado, tras los resultados de unas votaciones que tuvieron lugar en febrero. Primero, intentó agotar la vía administrativa, sin éxito, hasta que inició los procedimientos judiciales en junio. Tras un acto de conciliación previo y fallido en septiembre, su abogada ha interpuesto la demanda correspondiente al juzgado que dictó las medidas civiles de la expareja con la expectativa de que en un mes pueda resolverse esta rocambolesca situación.
La madre es la que ha tenido que acudir al juzgado para pelear por los intereses de la hija tras ponerla el colegio en castellano
Reacciones
Tras hacerse público el caso de esta niña, tanto la Federación de Ampas Enric Valor, como la Gabriel Miró, coincidieron en que debería de haber prevalecido el interés de la niña sin esperar a que el juez se pronuncie.
Preguntada por la disputa, la dirección del colegio defendió haber actuado de forma correcta tras colocar a su alumna de seis años en una clase de castellano hasta que el juzgado resuelva.
"Hemos seguido la legislación vigente, los cupos y las ratios para conformar las clases", ha respondido la directora del centro educativo, quien ha negado tener ningún interés en que la escolar estudie en una lengua u otra.
La responsable del colegio se escudó en que la Ley de Libertad Educativa dicta que "cuando hay desacuerdo entre los padres y juez tiene que decidir" y se ha reafirmado en que desde el centro han cumplido con la normativa autonómica.
Por su parte, la Conselleria de Educación también se amparó en lo que dice la ley: "En caso de padres separados, si votan los dos e indican una misma lengua base, se considera como un único voto válido para ese hijo o hija. Si votan lenguas diferentes, se considera que hay una discrepancia o falta de acuerdo entre ellos y el voto no se tiene en cuenta hasta que el juez decida qué progenitor puede votar".
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