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El papel de los museos

¿Cuál es, hoy en día, el papel de un museo? ¿Cómo debe relacionarse el museo con la sociedad? Días pasados, los representantes de los más importantes museos del mundo se han reunido en Kyoto para encontrar una nueva definición a su trabajo. Como era de prever, dada la complejidad del tema, las discusiones no han llegado a ningún punto. La nueva definición sobre qué es un museo deberá esperar. ¿Qué debe ser un museo en el siglo XXI? La pregunta -ya lo hemos dicho- no es fácil de responder. El arte ha cambiado de manera radical en las últimas décadas. Ya no se trata de un cambio de formas, como sucedió en el siglo pasado, sino de algo más profundo: ha cambiado el concepto mismo de arte. Los artistas han comenzado a pensar de otra manera, y no dejan de incorporar nuevas técnicas para construir sus obras; las fronteras que hace unas décadas delimitaban ese mundo con más o menos nitidez, han desaparecido.

La sociedad de hoy se parece poco al de 1970, cuando se aprobó la primera definición de lo que era un museo. Desde entonces, los sucesivos retoques introducidos se han visto superados una y otra vez por los cambios sociales. No sólo ha variado la tecnología, sino la manera de abordar la realidad, de acercarnos a ella. La discusión sobre el etnocentrismo, el movimiento feminista, la reivindicación de lo diferente, han influido en el modo en que nos aproximamos al arte. Cuando el Museo d'Orsay cambia el titulo de la pintura de Marie-Guillemine Benoist, Retrato de una mujer negra, por el de Retrato de Madeleine, no sólo se suma a una corriente de moda, también devuelve su dignidad a la modelo, algo en lo que, hasta hace poco, no habíamos reparado.

Quién en su día hizo un esfuerzo para acercarse al arte abstracto, y más tarde respiró aliviado ante la nueva figuración, se siente ahora desconcertado ante los cambios que se suceden sin tregua. ¿Hacia dónde dirigir los ojos? Buena parte del canon en el que fuimos educados ha desaparecido de la escena. Pero, ¿no es esto lo que, de algún modo, ha sucedido siempre a lo largo de la historia del arte? A fin de cuentas, como señala el director del MOMA, Glenn D. Lowry, «el canon no es algo que uno pueda fijar para la eternidad, sino un concepto fluido, permanentemente abierto a nuevas ideas y formas de pensar».

En esta situación, los museos ya no desean limitarse a conservar y mostrar las obras: pretenden convertirse en actores culturales e intervenir en la sociedad. Es lo que afirma Maria Balshaw, la directora de la Tate: «Nuestro papel es recordar que el mundo es un lugar lleno de puntos de vista múltiples y contrarrestar ese discurso altamente emotivo y polarizado sobre el que se erige el populismo". Esta politización de los museos alarma a muchas personas, pero como cualquier institución, la verdad es que los museos han estado siempre politizados. ¿No es política decidir lo que se compra o se deja de comprar, lo que se expone o se rechaza? ¿La forma en que titulamos un cuadro, no refleja nuestra ideología?

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