La abstracción geométrica del siglo XX, desde el cubismo, no ha sido una expresión artística de fácil comprensión para la mayoría de la sociedad. Sin embargo la obra de Mondrian, principalmente la más constructiva, se convirtió en un modelo a seguir con gran intensidad por arquitectos, cineastas, diseñadores, modistos…. La obra del artista neerlandés fue admirada y asumida en las más variadas manifestaciones, y por una mayoría social, algo sin precedentes en la historia del arte contemporáneo. Pero, ¿cuáles fueron las razones para que esa circunstancia se produjera? En realidad, la obra de Mondrian pasó por diferentes fases lógicas en cualquier artista, desde la influencia de diferentes creadores y movimientos artísticos como el impresionismo, el cubismo, el puntillismo y el constructivismo ruso o el seguimiento de artistas como Picasso y Braque. Toda una información que lo llevará a determinadas conclusiones, a través de su concepto de la filosofía y la religión, en cuanto a la elevación del espíritu y su relación con la divinidad (Teosofía). Mondrían concibió el espacio pictórico como una manifestación de estas leyes universales, donde la horizontal y la vertical, (lo femenino y lo masculino) se concretan como ejes de una nueva percepción espiritual de la sociedad, elementos casi místicos que lo impulsaron a crear obras de una transcendencia innegable.
Pero vayamos por partes, Piet Mondrian nace en el seno de una familia ca
lvinista, su padre, maestro de escuela, realiza obras pictóricas centrándose en el paisaje, obras de poca importancia, pero en las que Mondrian, también como maestro, comienza a iniciarse en el arte, en la pintura. En aquellos momentos, la influencia más importante en el arte europeo era la del impresionismo, en la que nuestro artista comienza a desarrollar unos paisajes cada vez más fragmentados que van evolucionando hacia una síntesis. En la serie de árboles, manzanos, su estructura deviene en una división de sus componentes formales, a la búsqueda de los mínimos elementos.
El año 1912, va a París donde se inicia en el cubismo. Este movimiento lleva al artista todavía más hacia la síntesis de la forma, concretándose en una serie de obras que lo situarán como uno de los artistas claves de la modernidad y la contemporaneidad. Con Theo Van Doesburg, Bart van der Leck y el arquitecto Rietveld, crea la revista De Stijl (El Estilo), publicada entre 1917 y 1926, donde Mondrian nos revela su concepto sobre una nueva plástica para una sociedad moderna que busca la espiritualidad, en contra evidente del Expresionismo alemán de principios de siglo, donde la emoción y el gesto descontrolado fueron el ideario principal. Reaccionando a este pensamiento establecido, Mondrian reivindica la espiritualidad y la reflexión sincera en busca de una verdad universal.
La mente de Mondrian está sujeta a unos principio estrictos lo que le hará inaceptable cualquier cambio que altere su pensamiento, de ahí su ruptura con Van Doesburg, cuando este se decide por utilizar la diagonal como elemento constructivo. Algo que rompía radicalmente con el rigor de Mondrian. En 1917, adoptará el término neoplasticismo, también llamado constructivismo neerlandés por su referencia al constructivismo ruso.
Mondrian desarrollará todo un discurso teórico explicando el porqué de sus soluciones plásticas. Textos que son de una importancia capital para comprender esta nueva visión del arte y, sobre todo, de la abstracción, no como una mirada distanciada de la realidad sino como una interpretación nueva de la realidad. «La teoría del nuevo plasticismo rechaza la interpretación de la naturaleza de forma convencional, busca interpretar el cuadro como expresión plástica de lo universal que se halla fuera y dentro de nosotros», cita concluyente de nuestro autor.
La influencia de su pintura sobre la arquitectura sería motivo de una reflexión más extensa que en este texto no podemos asumir. Aunque en la retina de todos está su influencia no solo en autores como Rietveld, Mies van der Roe, Le Corbusier, sino también en el ámbito del diseño, en todas sus vertientes, pero sobre todo en la moda hasta hoy en día. Ives Saint Laurent lo propone en una de sus más famosas colecciones, convirtiéndose en un icono de la moda en los años 60, con el famoso vestido Mondrian. Más tarde Prada toma el relevo de Saint Laurent siguiendo con la influencia clara de Mondrian en sus diseños, con trajes, telas, bolsos, y todo tipo de complementos.
En pintura, el neoplasticismo motivó la llamada abstracción geométrica basada en la simplicidad de las formas, con inspiración en la naturaleza, en la armonía y el uso de los colores básicos de manera plana, sin texturas. De ahí surgen los llamados artistas del Op Art, como Vasarely, el mismo Eusebio Sempere y los abstractos geométricos sudamericanos, así como los minimalistas y, últimamente, los neogeos.
Previendo el conflicto de la Segunda Guerra Mundial, Mondrian abandona Holanda y se traslada a Inglaterra y más tarde a Estados Unidos, a Nueva York, donde desarrollará un cambio estilístico contagiado por la dinámica de la gran ciudad y, también por su afición al jazz. Gran bailarín, va con frecuencia a las salas de baile donde vive con intensidad los nuevos ritmos.
Sus obras Broadway Boogie.Woogie y Victory Boogie-Woogie, esta última inacabada por su fallecimiento en 1944, son su testamento artístico. En ellas hay alguna variación respecto a su obra más tradicional, pero compendian toda la filosofía y su pensamiento sobre el arte y la naturaleza, su visión de la realidad, como uno de los artistas claves del siglo XX y del siglo XXI.
