Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Primera Página y el Proceso de Burgos

Manifestación en París contra el Proceso de Burgos en 1970.

Este diciembre de 2020 se cumplen cincuenta años del famoso «proceso de Burgos», cuando en la sede del Gobierno Militar de dicha ciudad castellana, sede de la Capitanía General de la Zona Norte, comparecieron un grupo de jóvenes vascos acusados de cómplices en el asesinato por la banda terrorista ETA del inspector Melitón Manzanas, jefe de la Brigada Político-Social en Guipúzcoa.

La Brigada Política Social era la sección de la policía franquista dedicada a la represión política y sindical, tanto en la investigación como en el tratamiento de los detenidos (torturas incluidas). A finales de ese mismo mes de diciembre de 1970, y tras dictar el Tribunal Militar duras sentencias, incluidas seis penas de muerte, Franco acabaría conmutando las penas máximas ante el clamor de peticiones de clemencia recibidas tanto desde el extranjero -varios gobiernos, el del Vaticano entre ellos- como del interior de España (sobre todo, abogados y obispos como el entonces titular de Barcelona, Marcelo González, que cinco años más tarde oficiaría el funeral del dictador como arzobispo de Toledo y cardenal-primado de España, y cabeza visible en 1975 de la jerarquía enfrentada al cardenal Vicente Enrique Tarancón).

El corresponsal de Le Monde en Madrid llegó a informar a la sede del diario en París

decoration

El periodismo alicantino tuvo un protagonismo anecdótico en aquellos días del Proceso de Burgos que ya reflejé en mi tesina de fin de carrera: Primera Página, caso y ejemplo. Madrid, Escuela Oficial de Periodismo, curso 1974-75. Hoy lo vuelvo a contar.

El diario Primera Página había nacido en marzo de 1968, al amparo de la novedosa Ley Fraga, llamada así por haber sido el promotor de una nueva Ley de Prensa menos rígida quien era entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne. Era un diario cuya redacción, talleres y administración se encontraban en la calle José Salvetti, en el barrio de la Florida, muy cerca de donde estuvo el Campo de La Viña, donde jugó muchas temporadas el Hércules C.F. hasta la construcción del Rico Pérez. Fue una iniciativa de un albacetense, Pedro García Munera, editor de La Voz de Albacete, que quiso expandirse por tierras de Alicante al amparo de su pujanza demográfica (con una notable presencia de inmigrantes procedentes de La Mancha), económica y, especialmente, turística. Una iniciativa que nació con muy pocos medios económicos y humanos y ningún estudio de mercado serio. Baste decir que inicialmente era un diario vespertino cuando muchos quioscos de prensa no abrían por la tarde, en ningún caso los lunes que salía Primera Página compitiendo con La Hoja del Lunes. En 1969 inicié mis primeros pasos periodísticos como corresponsal en Madrid de aquel nuevo diario, siendo estudiante en la capital de España. A las ocho de la mañana, después de ojear cada día la prensa nacional, enviaba una crónica que era un resumen de los principales artículos de opinión en la prensa madrileña: del Abc, sobre todo si firmaba Ginés de Buitrago, el seudónimo como articulista del almirante Carrero Blanco; menos del Arriba, cuyos articulistas ya llegaban directamente a los lectores alicantinos por Información, y del Ya, conde las del grupo Tácito, democristianos reformistas, las recogía la edición alicantina de La Verdad de Murcia. Algunas veces, para reflejar las opiniones más críticas con el Régimen publicadas por Madrid (hasta su cierre total) e Informaciones, dos vespertinos, con Pueblo, como pretendía ser Primera Página. En 1969, con la llegada de Juan José Pérez Benlloch como director, el diario pasó a ser matutino. A finales de ese año me incorporaría en Alicante a la redacción.

Pero volvamos a diciembre de 1970. Primera Página era el único diario editado en la provincia que tenía el servicio de Europa Press (EP), la agencia entonces con mayor independencia informativa del Régimen. El juicio militar en Burgos lo cubrió con intensidad y así llegó a los lectores alicantinos en las páginas de Primera Página, con sus portadas a doble color y grandes y llamativos titulares y sumarios, fruto del trabajo de maquinación y diseño creado por quien había sido redactor jefe, Tomás Martínez Ruiz, formado en la escuela de Pueblo. En diciembre de 1970 Martínez había dejado el diario y me correspondió, sin titulación de periodista todavía, cubrir su puesto. Cada noche el director, Pérez Benlloch, o yo, nos quedábamos en la redacción hasta recibir las galeradas de la portada, la prueba de la última página que se enviaba al taller. En aquellos días, es obvio, repasábamos los textos con especial cuidado pues el director había recibido varias llamadas de las autoridades gubernativas advirtiendo que «¡mucho ojo!» con las informaciones y opiniones del juicio.

La portada que me tocó escudriñar a primeras horas del 9 de diciembre se abría con un INCIDENTE EN BURGOS (en rojo, y grandes caracteres tipográficos), pues la sesión del tribunal del día anterior había sido suspendida por un enfrentamiento de los procesados con los miembros del tribunal, dos de los cuales llegaron a empuñar su sable reglamentario mientras algún miembro de la policía desenfundaba la pistola y eran expulsados de la sala militar los encausados. Aquel incidente puso fin al juicio militar. Debajo de aquel titular, a modo de subtítulo explicativo, se decía: «Los procesados se enfrentaron airadamente al Tribunal». Si el titular era de un cuerpo 72 ó 64 el subtítulo manchaba poco, pues era del cuerpo 12 ó 14. Le dije al empleado del taller que me subió la galerada que aumentara el cuerpo del subtítulo para que quedara más homogéneo visualmente el contenido y me fui a casa de mis padres, en la calle Bazán, a dormir pues eran más de las cuatro de la madrugada.

Todavía no había amanecido cuando mi padre me despertó para decirme que en la calle me buscaban. Allí estaban, el delegado o subdegelado del Ministerio de Información y Turismo y el fiscal de la Audiencia con un ejemplar de Primera Página, de los que se habían depositado en la Delegación antes de su distribución, como era preceptivo para todos los periódicos. En la portada del diario impreso, con la tinta todavía fresca, debajo del rotundo INCIDENTE EN BURGOS, se leía como subtítulo «Los procesados se enfrentaron airosamente al Tribunal». El cajista de turno se había equivocado al recomponer el subtítulo, con las letras de molde de más cuerpo como le había pedido, y había convertido una actitud «airada» en «airosa», dos valoraciones muy distintas para referirse a los encausados y a lo sucedido en el proceso.

Ejemplares retenidos

Los ejemplares no salieron esa madrugada de la sede en La Florida por orden gubernativa. A lo largo de la mañana se vivieron momentos dramáticos pues se llegó a anunciar un cierre definitivo del periódico. El director hizo ver a las autoridades y al editor que en la página 3 del diario, donde se informaba ampliamente del juicio, venía el mismo subtítulo correctamente: «airadamente» y no «airosamente», lo que ayudaba a explicar el error cometido al repetir la composición tras la primera galerada, que también se conservaba. El corresponsal en Madrid de Le Monde, José Antonio Novais, ya había enviado una breve nota al diario parisino diciendo que un diario de Alicante no había llegado a los quioscos y suscriptores por una información sobre el juicio de Burgos, sin más detalles. El temor a las repercusiones internacionales y la insignificancia del error y de la difusión del periódico «frenó» al ministro de Información y Turismo, Alfredo Sánchez Bella. El cierre de un diario en España, por modesto que fuera, hubiera sido noticia en muchos países y cancillerías. Los pocos alicantinos que compraban Primera Página tampoco debieron notarlo mucho. Si se enteraron sería por Le Monde, que igual tampoco se distribuía por esos días en España, hecho que se repitió muchas veces en los años finales del franquismo. Así que aquello quedó en un gran susto, especialmente para mi que estaba evaluando la oferta del director en Murcia de La Verdad para mi incorporación en enero de 1971 a su redacción de la calle Navas.

Cuando a finales de diciembre se conoció el indulto de Franco a los seis condenados a muerte en el Proceso de Burgos, Primera Página llevaba en su portada el titular HUBO CLEMENCIA en caracteres tipográficos iguales o superiores a los del INCIDENTE EN BURGOS. Aquel diciembre de 1970, Primera Página sobrevivió, pero el 27 de julio de 1972 cerraba definitivamente tras demandar al editor los últimos trabajadores por deudas salariales y de las cotizaciones sociales.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats