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Una mujer para la eternidad

Sáenz de Urturi evoca en su novela Aquitania a una reina que es «todo un género literario en sí misma»

Sáenz de Urturi con el Premio Planeta.

Eva García Sáenz de Urturi, autora de la trilogía El silencio de la ciudad blanca, Los ritos del agua y Los señores del tiempo, llegó a «la opulenta Aquitania a través de la mejor vía para una escritora: otra novela. Terminaba de documentarme del reino de Navarra en el siglo XII mientras escribía Los señores del tiempo cuando descubrí que una princesa navarra hija de Sancho el Sabio, Berenguela, fue reina de Inglaterra después de casarse con el legendario Ricardo Corazón de León. La única reina de Inglaterra que jamás pisó Inglaterra. Hermosa e intrigante paradoja. Eleanor de Aquitania, madre del rey, acompañó a la prometida hasta Sicilia para asegurar los esponsales. Tenía setenta años y no era la primera vez que cruzaba el continente rumbo a Tierra Santa. Con veinte años, siendo reina de Francia, lideró a sus barones aquitanos durante la Segunda Cruzada».

Portada de Aquitania.

Portada de Aquitania.

Se preguntó: «¿quién era esta mujer que una década después, con ochenta, viajó a caballo en invierno desde Inglaterra hasta Burgos para elegir entre sus nietas -Urraca y María- a la futura reina de Francia para casarla con el nieto de su primer marido? La historia de Eleanor está plagada de incestos desde mucho antes de su azarosa concepción, se entrecruza con los reyes Capetos de Francia y con los Plantagenet de Inglaterra en un siglo de odios y amores siempre de ida y vuelta. Qué manera de odiarse, qué manera de destrozarse, de protegerse, de amarse».

Cuanto más sabía, más la embrujaban Eleanor y Aquitania. «Y cuando comencé a documentarme acerca de su vida… me sepultó. Eleanor de Aquitania es todo un género literario en sí misma, los estantes de mi biblioteca fueron acogiendo manuales de gastronomía medieval aquitana, compendios de venenos y contravenenos, libros de oficios antiguos, maravillosos atlas ilustrados del París primigenio. Cuanto más sabía de su época, más necesitaba profundizar con pasión de lego». Aprendió de las leyes «que ella misma -precoz como todo su linaje-, comenzó a firmar con tan solo ocho años, supe que con trece años, huérfana ya de padre y madre, se convirtió en la persona más rica de Occidente. Más que su propio señor, el rey de Francia, su ancestral enemigo».

Investigó leyendas gallegas -la de Don Gaiferos de Mormaltán- recogidas en el siglo XIX en el Galicia de Manuel Murguía y en La ilustración gallega y asturiana: «Según el romance medieval, el padre de Eleanor, X duque de Aquitania cayó fulminado frente al altar mayor de la catedral de Santiago cuando llegó como peregrino el Viernes Santo de 1137».

A partir de aquel hecho histórico comenzó su novela. «Ahora la inmensa Aquitania pertenece a los lectores», concluye la autora de una novela con la que ganó el último premio Planeta.

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