Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La sombra de la democracia

Cas Mudde indaga en el mundo ultra y distingue entre la extrema derecha y la derecha radical

Abascal, líderde Vox, partido al queMudde considera un conservador radical. información

En la segunda mitad del siglo pasado, la democracia alcanzó su difusión definitiva por el planeta entero. Había entonces pocas dudas de que era la mejor forma de organización política entre las diferentes opciones practicables, incluso para los ciudadanos que vivían bajo regímenes autoritarios. La democracia imponía respeto solo con nombrarla y hasta los dictadores supervivientes parecían tener cierto complejo ante ella. El eco de la democracia sonaba con fuerza en las calles, en los medios que se encargaban de crear opinión pública y en los foros intergubernamentales. Apenas podían oírse las voces de los pequeños grupos hostiles, que permanecían aislados en la irrelevancia política. Hoy, aquel consenso está roto. Un porcentaje de ciudadanos en aumento se adhiere a discursos discrepantes que cuestionan las instituciones democráticas e inspiran actitudes antisistema. Para estas corrientes, el valor de la democracia es relativo y, en consecuencia, la cultivan con arrogante desdén.

La sombra de la democracia

En 1982 fue elegido el primer y único diputado del Partido del Centro en Holanda. Cas Mudde observó con asombro las protestas masivas que tuvieron lugar en Amsterdam, su ciudad natal, por lo que los manifestantes entendían que era la vuelta del fascismo. El impacto fue tal, que decidió dedicarse a estudiar los partidos que andan por el borde de las democracias. Y en ello sigue. En la actualidad, es un reputado experto en las organizaciones políticas no convencionales de la derecha. Este libro resume sus investigaciones y sus publicaciones anteriores. La ultraderecha hoy es un breve manual, útil para clasificar los partidos extremistas y comprender su actuación política y su evolución. En el prefacio de esta edición en español hace una aproximación muy sugerente a Vox, partido que le ha sorprendido por haber logrado en un año un resultado electoral que otros solo pudieron conseguir en décadas.

En el mundo de la ultraderecha, según Mudde, cabe distinguir entre la extrema derecha y la derecha radical. La primera niega la democracia. Su principal referencia ideológica es el fascismo. La derecha radical, sin embargo, no ataca directamente la democracia, la tolera, pero desprecia sus rasgos liberales y aspira a su transformación populista. Ninguna de las dos está conforme con la experiencia de las democracias en las últimas décadas. La ultraderecha, no obstante, ha evolucionado desde los grupos formados en la posguerra por nostálgicos de las dictaduras derrotadas hasta los partidos de fundación más reciente, profesionalizados, que ocupan escaños en los parlamentos e incluso dirigen gobiernos. Estamos, sostiene Mudde, ante la cuarta ola en la historia de la ultraderecha, que trae como principal novedad la presencia normalizada de tales fuerzas en el sistema de partidos, su liderazgo en el debate público y su influencia en el contenido de las políticas. Al éxito que han alcanzado estos partidos habrían contribuido especialmente la derecha clásica y los medios de comunicación, dejándose llevar ambos por el efectismo de los populistas.

Cas Mudde augura larga vida a la ultraderecha porque satisface una demanda de cohesión y seguridad que surge de los trastornos que padece la heterogénea y cambiante sociedad global. En todos los países importantes hay uno o varios de estos partidos. La democracia está en riesgo. Y Mudde confiesa que aún no ha encontrado la respuesta al dilema de cómo actuar con ellos, si excluyéndolos o haciéndolos partícipes del juego político. Se inclina por mantener una relación que no implique una especial atención ni mayores concesiones, y opina que, sobre todo, deberíamos ocuparnos de la democracia. Añade que es un error etiquetarlos genéricamente como fascistas. Afirma que Vox no lo es. Lo describe como una versión ligeramente más radical del conservadurismo clásico. Tampoco precisa cuál es la probabilidad de que un partido de la derecha radical populista acabe en la extrema derecha. Pero no por ello el libro ayuda menos a desentrañar uno de los fenómenos políticos más intrigante de los tiempos actuales.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats