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Arte y letras

Ernst Haas Investigador del paisaje metropolitano

Brooklyn, 1952. ernst haas

«Hay dos tipos de fotógrafos: aquellos que componen fotografías

y los que las toman. Los primeros trabajan en estudios, mientras que para los segundos el mundo es el estudio». Ernst Haas

Abstracciones de exultante colorido es en lo primero que pensamos cuando nos viene a la mente la obra del fotógrafo austríaco Ernst Haas (1921 – 1986), pionero de la fotografía en color, creativo e innovador que, a través de una mirada auténtica, la mirada de un artista, consigue incorporar a las ciudades novedosos itinerarios plásticos, reveladores de belleza, reinventándolas constantemente a base del color y el efecto de movimiento que son conceptos fundamentales en su obra.

No descubro nada nuevo cuando digo que existe una notable diferencia entre fotografiar en blanco y negro o en color, pero al acercarnos a la obra de Haas, como autor, nos damos cuenta de que hay una serie de importantes matices que desvelan que la técnica fotográfica tiene otras formas que nos conducen a escenarios alejados de la sencillez de lo ostensible. La fotografía en blanco y negro de naturaleza química se compone de haluros de plata que configuran un conjunto de grises de diferente gama que pueden ser fusionados con la pureza del blanco y el negro para así formar un solo cuerpo que llamamos imagen, distinguiéndose cada uno de sus matices dentro de la composición, según las tonalidades resultantes de su exposición a través del objetivo de una cámara; es muy importante lo que se conoce como el sistema de zonas, donde existen grandes tonalidades de grises que dotan a la fotografía de mayor interés técnico. En el color nos encontramos ante delicados matices e inesperadas visiones de las diferentes combinaciones que pueden existir condicionadas también por la atmósfera.

La fotografía en color es mucho más compleja que la resultante de un negativo en blanco y negro, pues se contempla como una visión realista de la escena que el fotógrafo manipula, bien durante la toma o bien en el laboratorio, para conseguir efectos infrecuentes, creando así una composición conseguida a través de una mirada autoral. Apoyándose técnicamente en dos sistemas, el primero de ellos es un conjunto básico de colores primarios como el rojo, el verde y el azul; en el siguiente sistema intervienen otras tres tonalidades: cyan, magenta y amarillo.

Interior en Nueva York. ernst haas

Autochrome fue el primer procedimiento fotográfico en color introducido en los Estados Unidos en 1907 y los primeros que comenzaron a experimentar de forma científica fueron Alfred Stieglitz y George Seeley. Sin olvidar al científico James Clerk Maxwell, verdadero padre de la fotografía en color como descubrimiento irrefutable para la ciencia, que junto con el fotógrafo Thomas Sutton, marcaron un momento crucial con la creación en 1861 de la primera imagen cromática realizada a través de diversos filtros, aunque su intención no tenía que ver con el hecho fotográfico ni con el arte, pues no iba más allá de la física. Estas investigaciones fueron interrumpidas durante treinta años, volviendo a retomarse, a inicios de mil novecientos, a través de los científicos Thomas Young y Hermann Helmhotz que consiguieron un gran avance con los métodos RGB (Red - Green – Blue), procedimiento que distribuía la separación de los colores al capturar la luz, y CMYK (Cyan, Magenta, Yelow y Black) que se basa en la absorción lumínica.

Lights of New York City, 1972. ernst haas

La fotografía creativa en color se desarrolló a partir de los años cincuenta con fotógrafos como Helen Levitt, Saul Leiter y Ernst Haas. Mas tarde llegó Pete Turner, alumno indiscutible de Haas, que realizó espectaculares portadas de discos con una gran visión colorista, y Joel Meyerowitz que comenzó a fotografiar en los años sesenta otorgando una visión personal a las escenas callejeras, destacando su trabajo en la Zona Zero neoyorkina.

Ernst Haas Investigador del paisaje metropolitano

Nacido en Viena en el seno de una familia judía, Ernst Haas, inicialmente estudió medicina, carrera a la que tuvo que renunciar pues el régimen nazi no permitía a los judíos ejercer como médicos; su interés se centró entonces en Bellas Artes, estudios que terminó abandonando cuando comenzó a trabajar, en los años cuarenta, como fotorreportero, desarrollando un inmenso trabajo en blanco y negro, realizado en la posguerra, Prisioneros de guerra regresando del frente, que llamó poderosamente la atención de la revista americana Life que le contrata y es entonces, en 1951, cuando se va a vivir a EE UU, donde se convierte en fotógrafo independiente, comenzando a trabajar, además de en Life, para Vogue, Look y Esquire, por nombrar solo las publicaciones más influyentes; en esta época comienza su investigación sobre la fotografía en color, experimentando con la película Kodachrome.

Lo fidedigno de la realidad le resultaba molesto, su gran interés era modificarla experimentando desde un punto de vista subjetivo, sin una leyenda descriptiva que justificara su existencia; la imagen tendría que hablar por la posibilidad de su misma fuerza, sin información adicional escrita, «cuanta menos prosa, más poesía», decía él, que intentaba más que tomar fotos, hacerlas.

The family of man

La autenticidad visual que contienen sus obras y su uso pionero de la profundidad de campo, solo visto entonces en el cine, conseguido a través de velocidades de obturación lentas, lo definen como un investigador inconformista al que no le imponían las limitaciones técnicas de su tiempo. En el laboratorio realizaba su propio procedimiento de revelado por transferencia de tintes, llamado Dye transfer, que se caracterizaba por la excelencia en la reproducción de las tonalidades del color.

Su extraordinaria visión nocturna del desierto de México reveló a Ernst Haas como un gran artista, aunque años antes había sido seleccionado por su comisario, Edward Steichen, para participar en la colosal exposición sobre la historia del hombre moderno contada a través de la fotografía: The family of man, que tuvo lugar en el MOMA, Museum of Modern Art de Nueva York, en 1955, constituyendo una de las cumbres de la fotografía humanista de todos los tiempos al configurar un retrato de la humanidad en el que surgían todos los temas habituales de la vida donde brillaban infinidad de aspectos comunes del ser humano, sus singularidades y las analogías existentes entre las diferentes culturas y los grupos étnicos.

La Agencia Magnum, cooperativa fundada en 1947 por Robert Capa, David Seymour, María Eisner, Rita Vandivert -que fue su primera presidenta- y Henri Cartier Bresson, entre otros, era una empresa que permitía a los fotógrafos tener independencia en la elección del trabajo, además de controlar los procesos de edición y publicación de las imágenes. Allí trabajó, en sus inicios Inge Morath, amiga personal de Haas, como editora y redactora, antes de dedicarse a la fotografía. A principios de los años cincuenta, Ernst Haas de la mano de Robert Capa, entró a formar parte de la agencia que llegaría a presidir en 1959, siendo elegido por un jurado compuesto por los grandes fotógrafos del Nueva York de la época.

Desafío

Desde entonces se dispara toda una carrera llena de éxitos, que le lleva a exponer una retrospectiva de su trabajo en 1962 en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en el que se exhibía por primera vez fotografía en color; el director de la colección de fotografía de la citada institución, John Szarkowski, dijo de él: «Tiene una forma particular de ver el mundo, ningún fotógrafo ha expresado como él el puro goce físico de mirar; hacer fotografías en color es más difícil, ya que es necesario pensar y sentir de un modo diferente la propia creación. La exposición supuso un desafío a la fotografía en blanco y negro que, en la época, dominaba el mundo del arte».

Libros y films

Poco después, en 1963, publicó su libro Elements, un homenaje a la ciudad de Nueva York mostrando una visión nueva, concediendo a la ciudad una nueva estructura llena de abstracciones y movimiento. Este libro contenía un trabajo realizado anteriormente, un ensayo fotográfico que en 1953 fue dado a conocer por la revista LIFE, Imágenes de una ciudad mágica.

Publicó cuatro importantes libros más: The Creation (1971), In America (1975), In Germany (1976) y Himalayan Pilgrimage (1978).

Trabajó en el cine como realizador de foto fija en la película Orgullo y pasión, rodada en España en 1957, bajo la dirección de Stanley Kramer, con Sofía Loren y Cary Grant de protagonistas. En 1961 realiza, asímismo, la foto fija de The Misfits, de John Huston, titulada en España Vidas rebeldes, rodada en el estado de Nevada, que contaba con un guion de Arthur Miller, con Marylin Monroe y Clark Gable como intérpretes principales. En 1966 fue contratado, una vez más, por John Huston, esta vez como director de fotografía para su película La Biblia, una producción de Dino de Laurentis.

Beauty in a brutal art

Además de los múltiples encargos publicitarios a los que se fue dedicando -suyo es el primer anuncio del Hombre Marlboro-, realizó importantes trabajos en otras grandes ciudades como París y Venecia y un extenso reportaje sobre las corridas de toros en España, principalmente en Pamplona, Sevilla y Madrid, que llevó como título Beauty in a brutal art, consiguiendo imágenes realmente innovadoras, significando la técnica del toreo en la figura del matador y la brillante belleza y bravura del toro en un espectáculo mas cruel que artístico, donde se denigra al animal.

El arte de ver fueron cuatro programas sobre el hecho fotográfico. Un encargo para la televisión americana realizado en 1962, donde relataba sus experiencias y descubrimientos técnicos, como asímismo sus diferentes maneras de actuación. En sus presentaciones audiovisuales nos enseñó, entre otros argumentos, que las series de imágenes son necesarias pues existen algunos mensajes que no se pueden comunicar a través de una única composición.

A lo largo de su vida recibió importantes premios, entre los cuales destacaremos el que recibió en 1986, poco antes de su muerte, el Premio Internacional de la Fundación Hasselblad, considerado el Premio Nobel de la Fotografía, del que también es poseedor el fotógrafo español Joan Fontcuberta.

Entre el arte y la ciencia

La excepcional colección de todo su trabajo fue conservada y gestionada hasta 1996 por la Agencia Magnun. A partir de esa fecha esta representado por Getty Images.

Ernst Haas es y será recordado por su incesante pasión por el medio fotográfico, innovando con su espíritu de gran creador, con excelentes logros en la investigación de la fotografía en color y su excepcional forma de mostrarnos las ciudades, encuadrándolas de una manera nunca antes vista.

Fue uno de los principales documentalistas de su tiempo, definió la fotografía como un enlace entre el arte y la ciencia; autor de una obra reflexiva, sin limite creativo alguno, inspirada a través de la lente de su fidedigna sensibilidad, dedicó su vida a realizar su personal creación de las ciudades del mundo, convirtiéndolas en su propio universo.

Quiero terminar este texto poniendo voz al propio Ernst Haas, con unas palabras que me parecen muy significativas sobre la filosofía de su trabajo:

«Me sentía incómodo ante lo obvio de la realidad, me parecía necesario y fascinante transformarla otorgándole un punto de vista subjetivo. De esta forma, sabía qué a través de la pura concentración en la observación, con buenas dosis de reflexión, podría conseguir la imagen que se ajustara a la composición deseada. Sin un título descriptivo para justificar su existencia, la fotografía hablará por sí misma -menos descriptiva, más creativa-, menos informativa, más sugestiva; menos prosa, mayor poétia». (Más imágenes de Ernst Haas en www.hunterartmagazine.com )

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