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Perceval Graells: Cosiendo heridas, hilando historias

La artista alicantina lleva a València una reflexión de cómo nos enfrentamos al proceso de superación del dolor, convirtiéndolo en un espacio de paz y sosiego

Perceval Graells: Cosiendo heridas, hilando historias

Observar pinturas expuestas con su adecuada iluminación, adentrarse en su permanencia y sustancia, genera un espacio propicio para meditar en torno al momento que vivimos. La exposición de Perceval Graells (Alicante, 1983) en la galería Alba Cabrera busca provocar una reflexión en el público acerca de cómo afrontar el proceso de superación del dolor a lo largo de nuestra historia.

Perceval Graells: Cosiendo heridas, hilando historias

La artista concibe su obra como un diario sobre el que expresar aquello de lo que poco se habla: el tiempo, la historia, el dolor, los recuerdos. Bajo el título Heridas del alma reúne una serie de obras pictóricas, en tonos tierra, trazando formas ajenas a lo descriptivo y obvio, emparentadas con el expresionismo y capaces de provocar gran variedad de sensaciones. Pintura e instalación escultórica cobran protagonismo en un proyecto interesante que no deja indiferente. Mira hacia atrás y al presente, tratando de convertir ese dolor, que considera universal, en un espacio de paz y sosiego desde donde pensar el futuro.

Para ello utiliza unos recursos plásticos que lleva empleando a lo largo de las etapas de su carrera, la gestualidad de su obra y el cosido del tejido que desde siempre han utilizado mayoritariamente las mujeres en sus procesos de creación. El juego entre la pintura y el tejido establece unas relaciones que dan como resultado una obra cargada de significado. Sus piezas son muestra de la capacidad expresiva de los materiales que cuidadosamente elige, con una versatilidad sorprendente.

También surge, en un momento, la idea de crear un habitáculo realizado con hilo rojo conectado al lienzo a modo de capullo gigante, en el que el visitante se puede meter. Como si de las heridas cosidas se pudiera hilar un capullo, que acerca al espectador a ese estado de reflexión. Usa así la metáfora de la metamorfosis del gusano que se transforma en mariposa después de un periodo de calma y transformación interior.

A la pintura la acompañan los hilos, de un color rojo vibrante, convertidos en una depurada forma de producción artística lejos de su utilidad inmediata en el mundo de la costura. El recorrido expositivo tiene mucho de las vivencias de la artista o al menos así se intuye. De su entrega, la dedicación y la búsqueda de un discurso narrativo que se aleja de lo esperable en la esfera de las artes visuales y conecta con el trabajo de referentes como Louise Bourgeois (París, 1911 – Nueva York, 2010).

La artista cursó sus estudios de Bellas Artes en la Universitat de Barcelona y en la Accademia di Brera de Milán. Se licenció en Barcelona y fue alumna del pintor Albert Gonzalo Carbó quien influyó en su obra a través de la cultura oriental. Realizó el máster de Producción Artística en la Universitat Politècnica de València, donde conoció al que fue su profesor de escultura el artista Sebastià Miralles, que también influyó en su obra, y la animó a continuar en ese camino de la gestualidad. Presentó el proyecto teórico-práctico El gesto y su lenguaje en la pintura abstracta cuyas obras fueron expuestas en la Galería Casar de Alicante.

Perceval Graells: Cosiendo heridas, hilando historias

Viajó a Berlín en 2007 y obtuvo una residencia artística en Culturia durante el 2008, que culminaría con el proyecto pictórico Huellas en el tiempo expuesto ese mismo año en la sala Juno de la capital alemana. Vivió en París en 2013, donde se inspiró y creó su serie Lutetia. Su estancia allí también inspiró su serie Moments, expuesta en Nueva York en el año 2015 y en la que plasma los momentos en que echaba de menos su hogar cuando estaba en París.

Seleccionada para realizar en 2020 una residencia artística en Leipzig, Alemania, en plena pandemia, la artista no vio mermadas sus fuerzas y llevó a cabo la producción de las piezas más recientes que pueden ahora contemplarse en Alba Cabrera. La galería se ha convertido en el lugar donde pensamiento y mirada propician un ejercicio complejo de experiencias compartidas por artista y público.

Cuenta una leyenda oriental que las almas destinadas a conocerse están conectadas por un hilo rojo invisible. Este hilo permanece constantemente atado a sus dedos, a pesar del tiempo y la distancia. No importa la tardanza en conocer a esa persona, ni importa el tiempo de desconexión entre ambas, ni siquiera importa vivir en la otra punta del mundo: el hilo se estirará hasta el infinito, pero jamás se romperá. Siguiendo la obra de Perceval Graells descubrimos que ese hilo conecta con nosotros mismos, seres completos que cosen sus heridas y continúan en la brecha para dejar discurrir la imaginación y la creatividad.

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