Vivimos la dualidad de vicios y virtudes. Esa dicotomía nos acompaña en el quehacer diario. No somos seres puros. La pureza se la dejaremos a los ángeles. Ya lo dijo Hobbes, el hombre es un lobo para el hombre. Esto es una verdad irrefutable, pero es que realmente somos el lobo o el monstruo para nosotros mismos. Lo decía Mark Twain: Nadie se desembaraza de un hábito o de un vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera, peldaño a peldaño. Cuando un vicio nos atrapa es muy difícil sacarlo de nuestra vida. Es el infierno en la Tierra, el único y verdadero averno.
El vicio de perder, de Francisco Gómez, publicado por la editorial ilicitana Frutos del tiempo en su colección Fif%ty, es, hasta la fecha, la última publicación de uno de los cronistas que más conocen la ciudad de Elche. Francisco, como si esbozara un catálogo de vicios, o de viciosos, más bien, desgrana los bajos fondos de la condición humana. Los veinte relatos que conforman el volumen se nos muestran como un catálogo de seres y de estares en el abismo de la sociedad. Pasan por las páginas de esta obra personajes de todo pelaje y condición, cuya única unión es la de que sucumben al vicio. Francisco Gómez abre el libro con la famosa cita de Jesús de Nazaret: Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. Gómez, que es tan pecador como el que más, esconde las piedras pero lanza unos textos cercanos al realismo sucio de Carver.
Francisco Gómez, de profesión periodista aunque no ejerza como tal, tiene la calle en las venas. Este libro podrían ser las estampas que vemos cada día en nuestros vecinos: hombres, mujeres, derrotados y derrotadas, esos perdedores que tan bien saben mostrar Lou Reed, Springsteen o U2 en sus letras. Gómez bebe de lo que ve y de lo que escucha para mostrarnos el mundo que nadie quiere ver o del que apartan la mirada, personajes, actores o actrices empujados por la vida: alcohólicos, ludópatas, cocainómanos, cleptómanos, puteros… engranajes de una lacra difícil de erradicar. El vicio y la perversión son inherentes al ser humano y, por mucho que queramos, va a permanecer con nosotros hasta el final de nuestros días.
Francisco J. Gómez Rodríguez (Elche, 1966) es el creador de una Trilogía sobre la City de Elche (2004, 2010, 2017), sigue con la redacción de artículos, pero alejados cada vez más del círculo local. Algunos críticos han comentado que los historiadores, dentro de 50 o 100 años tendrán que leer estos libros para entender algunas claves de Elche a finales del siglo XX y principios del XXI. Ha publicado cuatro libros de relatos: Los días sin ti (Colección Altabix, 2002), el único libro que pensaba escribir y publicar, al que siguieron Sueños de nadie (Colección El Picudo Blanco, 2009), el ebook Al otro lado (Bubok, 2016) y Los días suspendidos (Frutos del Tiempo, 2017).
El vicio de perder es la obra de un escritor con oficio. Francisco Gómez ha creado un libro de cuentos sólido y unitario. En cada relato muestra el pulso de la narración, los giros y plantea al lector una lección moral. Gómez ha creado un libro atemporal, que refleja situaciones que no han cambiado a lo largo de la historia. Los vicios son siempre los mismos, cambian los personajes y las localizaciones, pero todo se repite como en un bucle. Tienen ustedes el mejor libro de Gómez hasta la fecha, puede que este nos esté señalando la puerta de lo que está por venir. Esperamos que nos siga mostrando la condición humana con su prosa limpia y descarnada. Que siga siendo el cronista de los que no se ven, de los olvidados.
