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Escenarios

Desencuentro de teatro

Presentación de la 29 edición de la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos en Alicante.

Dije en la última crítica relacionada con la XXIX Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos que sobre este festival pende una espada a raíz de la renuncia de su director Guillermo Heras, al que se agradece el buen hacer y la paciencia. Esta situación nos deja más interrogantes de los que ya existían.

El veterano Heras seguirá en funciones hasta el próximo mes de febrero, instante en el que el patronato correspondiente nombrará a su sustituto, siempre y cuando lo nombre y no tire la toalla aprovechando la coyuntura. Algunos quizá lo harían encantados. Descabezamiento de la Muestra y acta de defunción forzada. Un problema menos que no supondría ningún trauma a la mayor parte de la población, y en su derecho está, ajena al teatro y a la cultura. Ni para determinados patrocinadores del evento. Joven, pero con veteranía y no consolidado del todo, pese a cumplir veintinueve años en favor de las nuevas dramaturgias con diferentes tendencias y formas de producción.

¿Habrá alternativa o cambio de rumbo? ¿Seguirá el encuentro anual o reinará el desencuentro? ¿Cuántos políticos han puesto los pies en esta Muestra de Teatro durante estas casi tres décadas de vida? Han cumplido poniendo en la mesa menos de lo justo. Y gracias. Es muy probable que consideren que esto no tiene ningún valor y no hace falta. Que no acuden muchos espectadores, al margen de los allegados o cierta parte de la afición, y que las artes escénicas tienen su programación habitual el resto del tiempo. O que buen número de obras no interesa y que así es tirar el dinero y pagarles la fiesta a unos cuantos con la pasta de todos.

Evidentemente, acude quien lo desea y no está reservado el derecho de admisión. Hay razones de sobra para que la Muestra siga y adquiera más solidez, mejorando el presupuesto, razonablemente, y las condiciones que hasta ahora existen. Entre otros detalles, no se ha podido establecer un modelo más idóneo que satisfaga plenamente la razón de ser de la Muestra de Teatro, al servicio de los intereses de la libertad artística y de los aficionados, y ha sido imposible realizar coproducciones. Y no porque Guillermo Heras no haya peleado en los terrenos de batalla. La rueda de prensa en solitario, al renunciar sin el apoyo de las distintas instituciones, habla por sí sola.

¿Esta es toda la voluntad, más aparente que auténtica, de los organizadores culturales? ¿Se lo toman en serio? ¿A quién le preocupa que Alicante pueda exhibir, como indica Heras, «un proyecto global de ciudad en el que la Muestra sería una pieza más»? Es frustrante que, pudiendo serlo, no sea una capital de la cultura o ese «referente mediterráneo», según indica el aún director. No se olvide que el hecho cultural es también trabajo y atracción que contribuyen a mejorar la economía.

Del nivel de trascendencia de la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos, a lo largo de su historia, nos ocuparemos próximamente. De no ser por este canal de difusión no se hubiesen visto muchas de las cosas que han transitado por aquí. Ni se habrían propuesto debates en torno a las circunstancias del teatro actual del autor vivo.

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