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Literatura Hannah Kent Escritora

«Mi novela ‘Devoción’ representa a todas esas historias de amor queer reprimidas y silenciadas»

La historia de la última mujer islandesa condenada a muerte en 1830, acusada de un doble crimen, le caló hondo

La escritora australiana Hannah Kent. INFORMACIÓN

Hannah Kent (Adelaida, 1985) oyó hablar de Agnus Magnúsdóttir en su primer viaje a Islandia, cuando contaba con apenas 18 años. La historia de la última mujer islandesa condenada a muerte en 1830, acusada de un doble crimen, le caló hondo. Fue el germen de su primera novela: Ritos funerarios (Alba, 2014), que atesora infinidad de premios y que ha sido traducida a más de 30 idiomas. Jennifer Lawrence protagonizará la adaptación cinematográfica, que parece que dirigirá Luca Guadagnino (Call Me by Your Name).

Ese longseller ha llevado a Hannah Kent a convertirse en la autora australiana más internacional junto a Kate Morton. Su segunda novela, Los buenos (Alba, 2016), también centrada en un true crime histórico, está siendo adaptada por la propia escritora, quien a la vez acaba de participar en el guion de la película Run Rabbit Run.

Devoción, su tercera y recién publicada novela, supone un notable cambio de registro en la bibliografía de Kent. Nos acerca a la intensa historia de amor entre Hanne y Thea, dos amigas en una comunidad luterana de la Prusia del siglo XIX. La gente del pueblo, con una religión disidente, decide emigrar a Australia para disfrutar de su libertad de creencias. Antes, deberá hacer frente a un viaje en condiciones infrahumanas.

¿Cómo nace tu última novela, Devoción?

Después de dos novelas centradas en crímenes históricos reales, estaba preparada para escribir un libro que fuera más festivo, que se centrara en la belleza. También estaba lista para escribir sobre mi país de origen, Australia. Siempre he estado interesada en las historias que no nos llegan del pasado, en las ausencias y las omisiones, y comencé a pensar en la forma en que tantas historias de amor queer han sido reprimidas y silenciadas. Esto fue en 2017 y, en ese momento, Australia estaba celebrando un referéndum sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo. Fue durante este período de debate, homofobia y alegría queer que decidí contar una historia que representaría el tipo de historias que han sido silenciadas y mantenidas ocultas: una relación de amor entre dos mujeres ambientada durante la emigración de luteranos prusianos a Australia en la década de 1830. Fue, en gran medida, un libro nacido de las preocupaciones contemporáneas.

¿Qué es lo que más has disfrutado de esta relación entre Hanne y Thea?

Desde el principio, supe que quería evitar hacer de Devoción una narrativa de vergüenza. Quería que fuera históricamente precisa, pero quería que Hanne y Thea encontraran alegría y un mayor significado en su amor mutuo, sin que esa alegría y satisfacción fueran destruidas o estropeadas por la vergüenza. Esto significaba encontrar una manera de que se enamoraran sin los elementos habituales de descubrimiento y castigo, o el odio a una misma, o el ostracismo del sacrificio. El gran desafío de la novela fue encontrar una manera de hacer algo así en un contexto religioso. Pero creo que lo he conseguido. Y eso me encanta de la relación de Hanne y Thea. No se avergüenzan de su amor; permanece puro y completo.

¿Es cierto que está inspirada en tu propia historia de amor?

Hanne y Thea son personajes de ficción, pero es cierto que mi mujer inspiró mi decisión de convertir lo que iba a ser una novela sobre la amistad femenina en una novela sobre dos mujeres enamoradas. El discurso de odio y la virulencia que surgieron durante el debate en torno a la igualdad de derechos en el matrimonio me hicieron darme cuenta de lo necesario que es que el amor queer esté representado en la literatura. La novela está dedicada a mi mujer. Nunca se habría escrito sin ella. No somos Hanne y Thea, pero el libro es mi carta de amor para ella.

¿El fervor amoroso es similar al religioso?

La relación entre Hanne y Thea es fundamental para la novela, pero Devoción también trata de las muchas otras formas en que los humanos encuentran conexión y en cómo nos consagramos a poderes superiores, ya sean amor romántico, Dios o el mundo natural. Me interesa mucho la idea de entrega como intrínseca a la devoción, de rendirse como medio de reconocimiento de lo divino. En Devoción espero mostrar que lo divino puede manifestarse en una multitud de formas.

Una cuestión importante: al final de tu libro aclaras que no quieres convertir en fetiche la historia colonial de Australia…

Es verdad. Sabía que nunca iba a escribir desde la perspectiva de una persona aborigen o de las Islas del Estrecho de Torres, ya que esa no es mi voz ni puedo apropiarme de esa cultura. La alternativa era adoptar la perspectiva de un colonizador blanco, pero ¿cómo escribir sobre un tiempo de la historia colonial, desde la perspectiva de un colonizador, sin celebrarlo? ¿Cómo reconocer los males de la colonización mientras se explora la perspectiva de una persona que es responsable? Ese fue uno de los mayores desafíos de este libro. Me empujó a encontrar soluciones creativas.

Tus dos libros anteriores, Ritos funerarios y Los buenos, que como decíamos narran crímenes reales del siglo XIX, fueron un éxito ¿no te daba miedo salir de esa zona de confort?

Para mí, gran parte del placer de escribir proviene de sus dificultades. Quería salir de mi zona de confort, sí, y correr algunos riesgos, desafiarme a mí misma en un sentido creativo. La idea de hacer lo mismo una y otra vez tenía poco atractivo. Escribir un libro como Devoción, que marca una gran diferencia con mi trabajo anterior, fue liberador.

Aun así, tu nueva novela se sigue ambientando, como las anteriores, en el siglo XIX. ¿Qué tiene esa época que te fascina tanto?

No estoy del todo segura. ¿Quizá se deba a que la primera mitad del siglo XIX vio cambios dramáticos de prácticas centenarias? La revolución industrial cambió mucho. ¿Podría ser una coincidencia? No sé si tengo una respuesta a esa pregunta. Pero es cierto que me fascina.

Durante el tiempo que has estado escribiendo Devoción te casaste con Heidi y tuviste dos hijos. Como apuntas en tus agradecimientos, ¿eso ha afectado tu forma de escribir de alguna manera?

Creo que estos acontecimientos de la vida han cambiado mi práctica de escritura en la medida en que han impactado en el tiempo disponible para escribir. Mis responsabilidades son mayores ahora, y mis horas son menos. Sin embargo, creo que tener más demandas en mi tiempo me ha convertido en una escritora más eficiente y tolerante. Por ejemplo, me gustaba trabajar a una hora específica del día. Ahora lo encajo alrededor de todos mis otros compromisos. Ahora puedo escribir con el sonido de los dibujos animados filtrándose a través de la pared. ¡Soy menos quisquillosa!

¿Cómo va la adaptación cinematográfica de Ritos funerarios? Saber que alguien como Jennifer Lawrence la va a protagonizar tiene que ser un orgullo, ¿no?

¡Espero que siga adelante! Sé que Jennifer Lawrence todavía está comprometida con interpretar a Agnes, y sé que estará sublime en ese papel. Me siento muy afortunada de que exista ese interés en adaptarla.

Cuéntanos sobre tus otros proyectos cinematográficos, Run Rabbit Run y la adaptación de Los buenos.

El guion de Run Rabbit Run lo escribí a la vez que Devoción. Es un thriller psicológico sobre un médico especialista en fertilidad cuya hija pequeña comienza a comportarse de manera extraña. Es una historia de fantasmas contemporánea y bastante diferente de mis novelas, ¡pero fue muy divertido escribirla! El rodaje en Australia ha terminado y ahora está en posproducción. La película está protagonizada por Sarah Snook, de Succession, y la directora es Daina Reid, de El cuento de la criada. Estoy asombrada por su talento. Este año planeo seguir trabajando en la adaptación cinematográfica de Los buenos con Aquarius Productions, ¡así que permaneced atentos!.

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