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La negación de la verdad absoluta

Los dos lados de Teresa Cardona, o cómo tus convicciones pueden cambiar según el lado en el que estés

Teresa Cardona

El pasado jueves tuve el honor de presentar en el Casino de Elda la novela Los dos lados (Siruela, 2022) de Teresa Cardona. Pudimos disfrutar del interior de la obra con la misma autora y con los comentarios sobre todo aquello que podía ser glosado; pues siempre es muy difícil presentar una novela policiaca durante más de una hora, hacer que el público se interese, se divierta sin desvelar nunca ni un ápice del misterio que contienen sus páginas. Dos días antes de la cita, pude hablar por teléfono con Teresa Cardona durante más de cincuenta minutos sobre su trayectoria vital y profesional y, sobre todo, de Los dos lados. Al colgar, entendí (todavía más) por qué me había gustado tanto su lectura.

La novela comienza, como se debe al género, con un asesinato, el de un hombre de 50 años en San Lorenzo del Escorial, del que, en principio, no se sabe nada. El crimen presenta similitudes con el mito de Tántalo: muere atado de pies y manos completamente deshidratado viendo una botella de agua fuera de su alcance. La puesta en intriga se realiza en el primer capítulo, aunque este empiece con el semblante de la teniente de la guardia civil, Karen Blecker, trasladada a España desde Europol y enamorada de Philippe casi siempre en ausencia. Junto a ella estará el brigada José Luis Cano, contrapunto para el desarrollo de la trama, como manda el género y, como le dije a la autora, él tiene también una novela. Estas dualidades en la narración serán constantes al alternar lo policiaco con las vidas de los personajes.

El libro se compone de 59 capítulos cortos en los que transcurre una doble trama alterna en el tiempo. La primera abarca el verano de 2016; la segunda, el de 1987, con el trasfondo de los GAL. En esta el lector conoce la vida de toda una familia que terminará en tragedia, mientras que la primera trama, la más actual, comienza con un asesinato y continúa con su esclarecimiento. Ambas se suceden al servicio de los hechos, de tal manera que es muy difícil parar la lectura, pues la autora controla perfectamente la progresión temática para que los diferentes matices del suspense no decaigan nunca mediante la ausencia de cualquier tipo de estridencia. Paralelamente a la historia policiaca, todos los acontecimientos importantes de la novela conllevan la toma de posición frente a la dualidad de diferentes temas, bien sea el amor, la política, el terrorismo, la tortura, la venganza, la culpa, y la justicia, que obligan a los personajes a situarse en un lado o en otro, por lo que se evidencia de forma palmaria que nada es igual si tú eres el afectado, ejemplificado magistralmente en la construcción de algunos de los personajes, como por ejemplo el periodista progresista de 1989.

Esta estructura ofrece capítulos memorables tanto por su intensidad, como por la crueldad hacia el lector, quien, muchas veces, sabrá más que los propios personajes, por lo que consigue un nivel muy alto de adicción a la historia.

Por todo ello, las sensaciones que transmite la novela son ricas y diversas: intriga, pena, angustia, admiración, venganza, ira, culpa, y, sobre todo, mucha comprensión; hasta el punto de que, en el penúltimo capítulo, una carta en segunda persona, tuve que controlarme, pues volvía de Las Palmas de un congreso y, con la amalgama de emociones que me producía, no era cosa que los de mi alrededor en el avión pensaran que me estaba ocurriendo algo malo. Capítulo memorable por el estilo comedido, cercano, cruel y tierno. Con él, la balanza se inclina por uno de los dos lados y el lector (yo) lo acepta, porque lo comprende al surgir la empatía completa.

Y ¿Por qué deberías de leer esta novela? Porque es una excelente obra policiaca que satisfará al lector más exigente por su temática, por su estructura, por los personajes; y porque, evidentemente, transciende a la historia policiaca y se instala en la vida de verdad, en la que cada uno podemos vivir. Teresa Cardona me ha emocionado con una novela de género policiaco. Y eso solo se puede deber a que, cuando se escribe bien y te conmueve lo escrito, algo que puede llamarse arte aparece entre esas páginas.

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