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Un libro con huella

Edificio de viviendas de Sánchez Sedeño, en Alicante, y Puerta Llana, de Haan, en Toledo. svb

Arquitectos con huella, lleva por subtítulo La arquitectura valenciana a través de sus protagonistas (1768-1971). Es el libro redactado por Alberto Peñín Ibáñez y Francisco Taberner Pastor, ambos también arquitectos. Editado por el Colegio de Arquitectos de la Comunidad Valenciana y los tres Colegios Territoriales; así mismo, con la participación de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos. Es de reciente aparición, pues fue en el mes de enero último cuando vio la luz. Sin embargo, la gestión y desarrollo se enmarca en confinamientos sanitarios a causa de la pandemia, y las conocidas consecuencias subsiguientes de toda consideración. En el territorial de Alicante han colaborado Santiago Varela, Andrés Martínez Medina, Justo Oliva, Gaspar Jaén, Vicente Vidal y Juan Calduch.

Ayuntamiento de Alcoy, de Gisbert, y portada del libro. SVB

Los dos autores fijan el objetivo de la publicación en el preámbulo. Esto es, se pretende dar a conocer las tareas de aquellos arquitectos que han dejado huella en la ciudad durante los últimos tiempos, cabe añadir no solo en la urbe, también su presencia en la sociedad. Siguiendo los criterios que modelaron la profesión, reglada desde el seno de las Academias de Bellas Artes de San Carlos y San Fernando, año que constituye la primera fecha en el subtítulo, dentro del marco renovador inspirada en la Ilustración. Cien años después la formación de la disciplina adquirió un carácter más técnico, introducido con motivo de la creación de las Escuelas de Arquitectura en las Universidades de Madrid y Barcelona, y sus consiguientes modificaciones en los planteamientos profesionales. El tercer periodo, es el último, comprende el ámbito de colegiación instaurado el año 1931, hasta el año 1971, cuando salió la primera promoción de la Escuela de Arquitectura de Valencia.

Las trescientas diecinueve páginas de la publicación comprenden diferentes apartados. Describiendo los criterios en cada uno de los tres periodos, siendo el capítulo más extenso el destinado a los 154 protagonistas incluidos en las reseñas de los arquitectos que han dejado huella. Pertenecen al ámbito provincial de Valencia 72; 41 se vinculan a la provincia de Alicante; pertenecen a la de Castellón 21; a su vez son 20 cuya condición regional es externa a la nuestra.

Un libro con huella

De los 41 profesionales vinculados a la provincia de Alicante, sin duda cabe destacar el colectivo establecido en Alcoy, o bien procedentes de dicha localidad, al que los autores del libro destacan y denominan núcleo alcoyano, son una quincena. Hecho comprensible considerando el importante empuje de la sociedad alcoyana durante varias décadas. Su vocación por la innovación de procedencia industrial, y su interés en la asimilación de las nuevas corrientes de la arquitectura de los años de transición entre finales del ochocientos y comienzos de la centuria siguiente, con la incorporación de las formas propias del modernismo. Sin olvidar que fue Alcoy la primera ciudad en tener el primer Plano Geométrico de alineaciones, germen de los Planes de Ensanche posteriores, obra de Jorge Gisbert del año 1849. Anticipándose temporalmente a los de Alicante y Valencia, el primero se debe a Emilio Jover Pierron, siendo de Vicente Montero de Espinosa para la segunda población, ambos planes fueron dibujados durante el año 1853.

Buen número de los profesionales eran nacidos en la provincia y ejercieron con preferencia en dicho marco geográfico, siendo influyentes y acreditados en el estamento social dominante. Sus obras han perdurado con independencia de las corrientes estilísticas que las motivaron. Algunos fueron más académicos y conservadores en las formas. Otros, por el contrario, se adhirieron a soluciones consideradas vanguardistas, allá por los años de mil novecientos treinta y, sobre todo, tras la recuperación moderna a partir de los años de 1960. Además de los antes citados, cabe recordar los arquitectos Jover y Gadea, Miguel Francia, José Guardiola Picó, José Cascant. Chápuli Guardiola, José Ramón Mas y Font, Sánchez Sedeño o Fajardo Guardiola; los hermanos Cort Botí, si bien César primer catedrático de Urbanismo ejerció en Madrid. También Francisco Muñoz; Antonio Serrano Peral y Serrano Bru; Juan Vidal Ramos y Vicente Valls Gadea; Timoteo Briet y Francisco Carbonell Abad, Juan Antonio García Solera; José González Altés; hasta completar el total de quienes actuaron como profesionales y dejaron huella en la arquitectura y sociedad local y, en ocasiones más allá.

Aunque nacieron aquí, algunos llevaron a cabo su trabajo en otras poblaciones y regiones. Fue el caso de Ignacio Haan, quien con doce años ingresó en San Fernando donde se formó, y ejerció su profesión bajo el mecenazgo del arzobispado de Toledo, entonces un territorio religioso enorme. También fue la situación de Miguel Abad Miró, colaborador en el estudio de Miguel López, desarrolló su profesión en Sevilla, de cuya escuela fue Director y, a su vez, decano de los arquitectos del Colegio de Andalucía Occidental y Badajoz. O la tarea del dianense José Luis Romany Aranda, con trabajo reconocido en Madrid.

Varios que procedían de otras provincias dejaron la huella de las construcciones. Fue Juan Guardiola Gaya con extensa y reconocida obra en toda la provincia. José Luis Fernández del Amo en sus proyecto y construcciones, promovidas desde el Instituto de Colonización, renovó con aíres nuevos casi orgánicos, las caducas soluciones propugnadas desde Regiones Devastadas, muestra son los poblados de San Isidro y El Realengo en la Vega Baja. Procedentes de Barcelona fueron las obras de Ricardo Bofill y Taller de Arquitectura con la propuestas de ciudad en el espacio tal como se materializó en La Manzanera de Calpe. También el despacho de Oriol Bohigas autor del paseo en la playa de Levante en Benidorm, y un plan Parcial en Muchamiel.

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