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Carlo Mollino

Todo es permisible con tal de que sea fantástico

Todo es permisible con tal de que sea fantástico

☺ «La fotografía es un documento falso, más o menos conscientemente fabricado y elegido con objetivos tendenciosos de manera personal, hábilmente manipulado por medio de elipsis, yuxtaposiciones y selecciones o cortes que transfiguran la imagen, es en resumen un documento capturado de tal forma que solo tiene la apariencia de objetividad»

Carlo Mollino

Define su trabajo como de carácter neobarroco o neoliberty, influenciado por las formas arquitectónicas de Alvar Aalto y Erich Mendelsohn. Siempre se apartó del racionalismo, aunque no siempre trabajó en arquitectura pues intervino de forma apasionada en otras disciplinas como el diseño de mobiliario, la aeronáutica, el esquí, el interiorismo, los coches de carreras y la fotografía.

El polifacético arquitecto Carlo Mollino nace en Turín el 6 de mayo de 1905 y muere, de forma fulminante, en la misma ciudad el día 27 agosto de 1973. Hijo de Eugenio Mollino, célebre ingeniero y gran intelectual de saber renacentista, había reconocido la fotografía como un valioso documento para ilustrar y documentar su trabajo; por esta causa había montado un laboratorio en casa donde solía entrar el pequeño Carlo que pronto vio en ella un medio de expresión utilizándola deliberadamente a lo largo de su vida, tanto como arquitecto como artista, e incluso como realizador de documentales, o bien retocando imágenes y creando fotomontajes con sus propias fotos. Carlo Mollino es una de las figuras más olvidadas de la moderna arquitectura, quizá debido a su fama de enigmático y loco, peligroso, amante de perversiones heterosexuales. Marcado por la ilícita sensualidad y todo aquello que significaba transgredir las normas.

Charlot y Da Vinci

Con su peculiar apariencia física, pequeño bigote que podía recordar a Charlie Chaplin en su creación de Charlot, aspecto tímido e introvertido, se escondía un superdotado, un genio que ha sido comparado a su compatriota Leonardo da Vinci.

Se le atribuye la frase que enuncia el presente texto Todo es permisible con tal de que sea fantástico, que pareció marcar su estilo en los diferentes ámbitos en los que se manifestó profesionalmente. Inició su carrera como arquitecto en 1930 diseñando una casa en Forte dei Marmi (Italia) por la que obtuvo el importante premio G.Pistono que comenzó a afianzar su trayectoria. En la década de los sesenta dirigió a su equipo de arquitectos diseñando los dos edificios que más fama le procuraron, la Cámara de Comercio y el Teatro Regio, ambos en Turín.

En junio de 2005, la célebre mesa Reale, construida en roble y vidrio, diseñada por Carlo Mollino en 1949, para la casa Orengo, fue vendida en Christie´s de Nueva York por una interesante cantidad de dólares: 3.824.000.

Surreal outsider

Figura compleja y polifacética del panorama artístico italiano del siglo XX, encarnó el modelo de artista renacentista, construyendo una trayectoria personal e individual al margen de grupos y movimientos. Influenciado por el surrealismo, en los años treinta del pasado siglo, incluye en sus obras elementos clásicos como capiteles de columnas grecorromanas y pequeños bustos. Trabajó en plan outsider. Visionario que abrazó las curvas del movimiento moderno como una creación personal de gran trascendencia, como nunca se había visto anteriormente en el mundo de la arquitectura, el diseño y el arte. En los años cuarenta en un viaje a los países nórdicos se acerca a las formas ondulantes y suaves, despojándolas del organicismo escandinavo, pero sin apartarse de su personal estética. Durante toda su carrera utilizó ampliamente la fotografía a la que consideraba como un medio eminentemente moderno y de enorme futuro y repercusión, dedicándose asímismo, a través de ella, a la creación de fotomontajes. Aunque nunca se consideró a sí mismo un auténtico fotógrafo ni tampoco artista, realizaba en su trabajo una profunda exploración del medio tanto en la práctica y la técnica como en la teoría, llegando a publicar en 1949 un libro, de enorme interés, sobre la historia y la critica de la fotografía, Il messaggio dalla Camera Oscura, en cuyo texto manifiesta su gran amor por la imagen fotográfica.

Modernidad y tradición

Utilizaba de manera absolutamente personal un estilo basado en la línea curva y una visión actualizada de técnicas artesanales. Las creaciones de su mobiliario se reconocen a simple vista; suelen ser piezas únicas, de gran perfección estética e impecable ergonomía, exclusivamente personalizadas para el propietario de la vivienda, donde aúna su amor por el estilo tradicional con la modernidad.

La muerte de su padre le sumió en una profunda crisis personal que le mantuvo más de cinco años alejado de su mundo creativo.

Manejó diferentes disciplinas con las que tuvo relaciones febriles de amor y desamor. Realmente sus únicos amores fueron la arquitectura, la fotografía y las mujeres. Su trabajo fotográfico da constancia de ello. Desde los años treinta del pasado siglo hasta su fallecimiento, Mollino usó varias residencias en Turín, utilizando los interiores que él mismo había creado, en una oda al horror vacui, en la Casa Miller y en Villa Zaira como decorado y telón de fondo para sus retratos de mujeres que exhibían su cuerpo en un despliegue de siluetas que gravitaban sobre un elegante erotismo avanzado para la época, con inspiración de Man Ray y el movimiento dadaísta con las curvas del Art Nouveau.

Polaroids

Durante la década de 1960 visitaba los nigth clubs de Turín para relacionarse con las bailarinas que allí actuaban invitándolas a su estudio en el que realizaba sesiones fotográficas donde posaban, mostrando su incandescente sensualidad, en escenarios que Mollino había previamente preparado, con vestidos y accesorios que cuidadosamente había seleccionado; utilizaba cámaras polaroids cuyas imágenes solía modificar, retocando minuciosamente con pinceles de brocha radicalmente fina, alcanzando así el ideal de las formas femeninas, observando su propio deseo por medio del objetivo de su cámara. Nadie supo de estas sesiones hasta su muerte cuando se descubrió un alijo de más de mil imágenes con las que la editorial Damiani realizó una excelente publicación en un bello volumen de 228 páginas. Una lección de refinado erotismo, un cautivador retrato de peculiar sensibilidad.

Bisiluro

Amante de las carreras, diseñó el automóvil Nardi 750 Bisiluro que participó en las 24 horas de Le Mans en 1955, conocido también como Doble torpedo, por su impresionante formas y color rojo brillante. Con motor BMW, pretendía ahorrar combustible, lo que era realmente importante para una carrera de 24 horas, superando los 210 km por hora. Mollino fue contratado por el ingeniero Enrico Nardi, ambos pretendieron con este vehículo conseguir el mismo nivel de marcas como Ferrari o Jaguar, su diseño de formas redondeadas, totalmente asimétrico, de clara imagen bolidista, nombre que todavía no había sido acuñado pues este movimiento artístico se creo bastantes años más tarde, como veremos a continuación. Después de una gran restauración, hoy en día, este modelo de automóvil se ha convertido en uno de los grandes símbolos de la década de los cincuenta del siglo XX. En la actualidad, se encuentra expuesto al público en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología Leonardo da Vinci de Milán.

El Bolidismo

Es considerado el último movimiento artístico del siglo XX. Bebe de las fuentes que emanaba el genio de Carlo Mollino, aunque no parece que se haya significado de esta forma en la Historia del Arte y la Arquitectura. El Bolidismo fue fundado en la ciudad de Bolonia en 1986 -trece años después de la muerte de Mollino- por una veintena de arquitectos recién graduados por la Facultad de Arquitectura de Florencia. En la base del pensamiento bolidista existen conceptos de comunicación, estilo y movimiento unidos a la acción de ligereza, velocidad y multiplicidad ya desarrollados por el arquitecto turinés en buena parte de su obra.

Del manifiesto Bolidista se puede entresacar algunas significativas frases:

l El bolidista tiene amos envejecidos o muertos e ídolos fugaces e intensos.

l El bolidista considera que el futuro como «no presente» equivale al pasado.

l El bolidista considera la historia no como Magistra viate, sino como una aventura emocionante.

l El bolidista teoriza y actúa simultáneamente.

l El bolidista está en la vanguardia de sí mismo.

l El bolidista tiene un único propósito específico en la vida: vivir.

Con un marcado dinamismo de las formas, derivado en parte de influencias futuristas, así como de la investigación sobre las formas orgánicas y las referencias a la arquitectura de los años treinta, el bolidismo fue considerado la última palabra en el diseño italiano de finales de los ochenta.

En absoluto secreto

Carlo Mollino es una personalidad clave en la arquitectura y el arte moderno, su obra figura entre el lenguaje de la representación y las formas abstractas sin renunciar al componente utilitario ni a la funcionalidad y confort que existe en sus creaciones de mobiliario. Hoy en día, sus muebles figuran expuestos en las colecciones permanentes del MoMA de Nueva York y del Victoria & Albert Museum de Londres. Su trabajo rehúye a ser clasificado en la historia del arte y de la arquitectura debido a su alejamiento de cualquier corriente y a su innato eclecticismo que le llevó a explorar todas las expresiones artísticas interpretándolas según su propio lenguaje. Fetichista a tiempo completo y gran conocedor de las tradiciones ocultas de su ciudad. Buen ejemplo de fama esotérica, Turín era considerada un gancho seductor para magos y nigromantes. Carlo Mollino, una de las personalidades más extravagantes y polifacéticas del siglo XX, con actitud inquieta y esencia inconformista de artista revolucionario, sus creaciones expresan un marcado carisma y un gran misterio de lo colosal a lo recóndito y esotérico. En absoluto secreto, los últimos años de su vida los dedicó a realizar una visión extravagante de la morada, una suerte de tesis de la vivienda, al reformar un gran apartamento al que dotó, al modo de los faraones de Egipto, de todas las comodidades que pudiera necesitar en el más allá, decorándolo como posible residencia de ultratumba, creando una ambientación de perversa sofisticación que podría recordar a un decadente e inquietante lupanar, de cuyas paredes colgaban cuadros de mariposas disecadas que representaban las almas de sus infinitas amantes a las que esperaba encontrar en la eternidad.

La actitud inquieta y polifacética de Carlo Mollino es la esencia inconformista de un artista interesado en todo lo relacionado con la vida y las artes, las mujeres y la fotografía, explorando el significado más profundo de la existencia en nuestro tiempo para extenderlo hacia el más allá. Murió de forma inesperada de un ataque al corazón cuando contaba la edad de 68 años. Se encontraba totalmente solo, trabajando en el antiguo estudio de su padre antes de finalizar el proyecto decorativo sobre su morada ideal para después de la vida, separada del mundo real.

Más sobre Carlo Mollino en Hunterartmagazine.com

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