Frank Horvat: sublimar a la mujer

Frank Horvat: sublimar a la mujer

Frank Horvat: sublimar a la mujer / PORPEPECALVOPhotoSoul

PEPE CALVO

La fotografía de modas se ha distinguido entre los otros géneros por reunir a un grupo de fotógrafos especialistas, además de en la moda, en el retrato y la publicidad que han generado la excelencia en el arte de fotografiar con la elegancia y la delicadeza de su lenguaje. Creadores esenciales de los diferentes estereotipos de la belleza femenina a lo largo del tiempo, rompiendo códigos, creando mundos sofisticados en los que la fémina era audaz protagonista, han dejado imágenes brillantes y evocadoras realizadas a través de un discurso personal, alumbrando todos los aspectos de sus largas y distinguidas carreras, dejando un legado notable e imprescindible para la historia de la fotografía. Tuvieron una visión que podría parecer similar de estos géneros, manteniendo sus diferentes lenguajes dentro de un discurso que a primera vista podría parecer análogo; contemplando su respectiva obra, para un neófito en la materia sería fácil confundirlos, bien que en cada uno de ellos destaca su propio estilo y su personal visión de la alta costura subyacente en las imágenes. Separados por una fina línea, la inspirada obra de cada uno de ellos se reconoce por las altas cotas de una nueva manera de contemplar la distinción en la figura femenina y en su forma de componer, a través de imágenes de naturaleza lírica no exenta de exquisito humor personal.

Frank Horvat Sublimar a la mujer

La fotografía de modas sublima a la mujer

Cada uno de ellos entrega su brillante toque agregando gotas de su propio jugo relatando historias que contienen emoción y glamour. Perfeccionistas, optimistas y virtuosos que utilizan la cámara al servicio de la imaginación, investigadores sobre el lenguaje y los distintos recursos de la imagen fotográfica, creadores de un notable imaginario personal donde sobresale la poética que sublima a la mujer, entre el testimonio y la mitificación. En la publicidad consiguieron que la imagen fuera más importante que el producto que anunciaban, modificando radicalmente lo convencional de la fotografía de propaganda comercial.

Aquellos a los que no le interesaba el mundo de la moda solían apartarla, pensando que este tipo de imágenes eran dirigidas exclusivamente a la mujer aficionada a la moda o a los profesionales y que sin duda han caído en sus redes cuando han visto el paño, y han comprobado su error al ver las sobresalientes imágenes debidas al talento y la imaginación conceptual de Cecil Beaton, Horst, Richard Avedon, Helmut Newton, Norman Parkinson, Guy Bourdin, etc.

Frank Horvat Sublimar a la mujer

Momento sagrado

El fotógrafo que hoy aparece en PhotoSoul, Frank Horvat, se inició en la fotografía documentalista haciendo una réplica del momento sagrado de Cartier Bresson y Robert Doisneau llevándolo a su propio terreno de forma intuitiva, esa especie de foto que retrata el gesto clave de la vida cotidiana creando escenas que rezuman realidad. Entre este comienzo y sus últimos experimentos con mini cámaras analógicas de las que usan los aficionados o cámaras digitales compactas. Entre estas dos etapas es donde configura toda su gran obra llena de hallazgos y sorpresas, manteniéndose activo hasta su muerte a los 92 años.

Las mujeres jugaron un rol temático privilegiado, concretamente en sus trabajos para el ámbito de la alta costura, intentando dejar de lado la sofisticación requerida por el propio tema para enfocarlo sobre el realismo, interesado sobre todo en mostrar su apariencia natural. Siempre encontró la moda absolutamente aburrida, por ello tuvo que sacarla de los estudios para introducirla en el contexto de la vida cotidiana, alejada de los focos del estudio, iluminándola con la luz natural de las calles.

Lo que realmente me interesa en una imagen es el milagro -dijo- algo que ha sucedido ante la cámara y nunca volverá a suceder de la misma forma. Y el asombro que me producen estos milagros hace que necesite crear nuevas fotografías.

En 2010, por su contribución a la cultura europea, recibió el Premio Fondazione del Centenario, en Lugano, Suiza.

Frank Horvat (Abbazia, Italia, 1928/París, Francia, 2020), en su larga trayectoria ha afrontado su trabajo a través de diferentes perspectivas entre las que destacan el reportaje social, el retrato, la fotografía de viajes y sobre todo la fotografía de modas. Crece en el seno de una culta familia judía de Europa Central. Su madre era una psiquiatra austríaca y su padre un médico de familia húngaro; el joven Frank se percata pronto de que lo suyo es la fotografía y antes de cumplir los veinte años se va a Milán donde completa sus estudios artísticos en la prestigiosa Academia de Brera. Comienza a destacar en 1951 al publicar unas fotos de modas para la revista italiana Epoca. En París conoce a Cartier Bresson y siguiendo su consejo cambia su cámara Rolleiflex por una Leica, -siempre la Leica como herramienta fundamental en las manos de los grandes fotógrafos- y se marcha de viaje a Asia como free lance durante dos años. A su regreso, Henri Cartier Bresson le conduce a la Agencia Magnum, todo un premio conseguido por méritos propios.

Frank Horvat Sublimar a la mujer

The Family of Man

Este viaje da como resultado una serie de reportajes legendarios publicados en las mejores revistas de la época como Life, Paris Match, Pictures Post, Die Woche… Por medio de este trabajo entra en contacto con Edward Steichen que le propone formar parte de una de las exposiciones universales más célebres de todos los tiempos, The family of Man, de la que era organizador y comisario; se celebró en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1955. Una gran muestra que significó una manifestación de carácter humanista en la que se mostraban las singularidades entre las diferentes culturas existentes en el mundo. Fue considerada entonces como la mayor empresa relacionada con la fotografía. La clasificación de imágenes duró más de tres años, habiéndose recibido cerca de cuatro millones de fotos que a partir de la ardua selección realizada quedaron reducidas a quinientas. Boda musulmana, fotografía que Horvat había realizado en aquel año, fue la imagen con la que estuvo representado. La familia del hombre recorrió el mundo, siendo visitada por cerca de diez millones de espectadores.

Frank Horvat Sublimar a la mujer

Frank Horvat Sublimar a la mujer / PORPEPECALVOPhotoSoul

Toledo

En la histórica ciudad española realizó su mejor fotografía, según declaró, de cuantas hizo en su primera etapa. Se trata de una toma realizada en Toledo, en un lejano 1964, en la calle Alfileritos junto al convento de Las Carmelitas donde muestra a una pareja formada por un guardia civil que pasea del brazo con su mujer. No parece en absoluto una fotografía que hubiera preparado de antemano, algo que muchos de los grandes fotógrafos de la Historia de la Fotografía han hecho a lo largo de sus trayectorias, véase Sebatiao Salgado, Robert Capa, Cristina Garcia Rodero... que han conseguido excelentes imágenes debido a esta maniobra.

Anna Karina y les Halles

Al igual que para Richard Avedon, la belleza era un asunto primordial. El tema principal. La gran motivación. Era el asunto que les unía y al mismo tiempo les diferenciaba. Con sus propias claves, colaboraron en la democratización de la moda y de la fotografía de modas, aunque para la mirada profana el trabajo de ambos podría confundir la autoría. Avedon y Horvat son dos de los más grandes fotógrafos que crearon su obra fotografiando el mundo de la alta costura, mostrándola a través de imágenes donde aflora el misterio dentro de narraciones que convierten a las modelos en personajes imprescindibles dentro de tramas enigmáticas, como también en mujeres reales de nuestro tiempo plenas de elegancia. Ambos, con su propio modo de ver, cambiaron las reglas de un mundo en el que las modelos profesionales acostumbraban a posar en los estudios fotográficos ataviadas con vestidos de los grandes modistos, luciendo pestañas postizas, pelucas y complementos sofisticados, y kilos de maquillaje, para sacar la cámara a los bulevares, avenidas y callejones liberando a este género fotográfico de la rigidez del estudio al colocar a la modelo en la calle junto a los paseantes. Buen ejemplo de ello es el espléndido retrato que realizó Frank Horvat de Anna Karina, actriz de la nouvelle vague y musa de Godard, haciéndola posar con un aspecto sencillo en el mercado de Les Halles, de París, en el año 1959, rodeada de aquellas mujeres que hacían la compra y los trabajadores entre el ambiente cochambroso del mercado a primeras horas de la mañana. Otro de sus exteriores célebres es la fotografía de una elegante y sonriente modelo subiendo las escalerillas del metro rodeada de gente que va y viene.

París, Nueva York y Londres

Al terminar sus estudios se traslada a la capital francesa donde comienza a trabajar para la revista Paris Match y Life y pasa el tiempo viajando entre París, Londres y Nueva York trabajando en el ámbito de la moda para Vogue, Elle y Harper´s Bazaar. En París se mostraba interesado en fotografiar los barrios sórdidos y humildes donde encontraba motivos interesantes que le ofrecían escenas que le seducían, detestaba centrarse en las representaciones demasiado románticas que ofrecían los fotógrafos humanistas sobre la Ciudad de la Luz.

Uno de sus primeros trabajos en el mundo de la Moda fue filmar el primer desfile de alta costura de Givenchy.

Sus numerosos viajes le llevaron en infinidad de ocasiones a una ciudad tan vibrante e inspiradora como Nueva York. Las fotos realizadas en su metrópolis, que estaba ya suficientemente documentada gráficamente, forman parte de un conjunto titulado New York up and down (1980), en la que capturó su atmósfera realista y cruda. La bulliciosa vida de la Gran Manzana le animó a experimentar con la fotografía en color, a través de películas Kodachrome, realizando una visión distinta de la que habían ofrecido otros grandes fotógrafos como Berenice Abbot, Saul Leiter, Ernst Haas…, consiguiendo un visionario discurso de realismo poético que muestra a Horvat como un autor inextinguible e impredecible, creador de míticas imágenes.

Strip-tease

En 1962 publica J´aime le strip-tease un título bien explicito, que no ofrece ninguna duda sobre el tema que trata. Explora con una gran técnica aspectos morales e históricos, capturando momentos en los camerinos donde tienen lugar los celebres shows cabareteros del París del Moulin Rouge, Folies Bergére y Crazy Horse. La década de los sesenta transcurre con una obra experimental en unos años que estaban cambiando entre la psicodelia y el rock and roll. A partir de entonces el término de free lance con el que se le designaba termina por convertirse en otro más significativo, acorde con el trabajo realizado: autor.

Entrevistas

En los años ochenta, motivado por un problema oftalmológico, abandona su trabajo a través de la lente para dedicarse a realizar una serie de entrevistas con los más célebres fotógrafos como Sarah Moon, Joel Peter Witkin, Jean Louop Sieff, Helmut Newton, Marc Riboud… que se publican en las grandes revistas bajo el titulo de Entre vues.

Web

Autor de fotos legendarias, en su ecléctica obra no existen experiencias menores. Divide su fotografía entre el testimonio y la mitificación, huyendo de las etiquetas que podrían poner límites a su trabajo, no es deudor de ninguna escuela ni se contempla en el trabajo de otro fotógrafo a quien podría considerar su maestro, su obra es heterodoxa e inclasificable. Su site en internet comprende toda su carrera, desde fotos en la India en 1953 hasta pasajeros en el metro de Nueva York en la década de los ochenta, pasando por escenas en el club de strip-tease Sphinx de París, además de las fotos privadas de su familia en la casa de campo para La Veronique, un proyecto de 2003. Aunque lo más importante, donde más destaca Franck Horvat y donde fue calado por mí hace mucho tiempo es en la foto de modas donde realiza un despliegue de gran imaginación en composiciones llenas de la elegancia que requiere el asunto, aportando una nueva mirada plena de modernidad.

El truco no se ve

Es uno de los primeros fotógrafos de su tiempo en utilizar el Photoshop, creando fotomontajes con imágenes provenientes de diferentes medios. Contemplando la influencia de la fotografía digital en la fotografía contemporánea. El truco existe, pero no se ve. Es como si me hubieran permitido comenzar un nuevo viaje, con un nuevo automóvil, en una nueva carretera.

Revisando la relación de las innumerables exposiciones realizadas a lo largo y ancho del mundo; en su primera etapa, figura como exposición más importante la realizada en el Musèe des Arts Décoratifs de Nantes, Francia, en 1977; expone su trabajo en París en diversas ocasiones en el Centre Pompidou, la Maison Européenne de la Photographie, etc.; en Colonia, Alemania, Museo Ludwig. En Londres en el Museo Victoria and Albert, además de un enorme recorrido expositivo por las grandes galerías y museos de todo el mundo. Es sorprendente constatar en su web oficial la poca presencia que ha tenido en España, pues aparece por primera vez en Valencia en 1998 en una exposición personal, 51 fotografías en blanco y negro, en la Galería Railowsky, y más adelante en tres ocasiones en el Ampurdán, en el Museu Palau Solterra, de la Fundación Vila Casas, en 2002, Homenaje a Cataluña; en 2018, Por favor, no sonrías y en 2019, Maillol Horvat.

Figuras romanas

Tomando como tema las iglesias y la escultura, realiza bajo el título de Figuras romanas una gran serie, reunida en un voluminoso libro con un maravilloso texto del historiador Michel Pastoureau (1947). Un análisis visual y simbólico de las esculturas de los siglos XI y XII en las iglesias francesas que constituyen un documento histórico sobre el imaginario de la Edad Media. Cada decorado, cada conjunto escultórico forma parte de un exquisito documento donde se unen tanto las estrategias históricas como las relacionadas con la política y la ideología. Editado por Seuil, Paris, 2007.

Horvatland

En todo momento huyó de las etiquetas, manteniendo una mirada que siempre estuvo adelantada a su tiempo. Sus últimos experimentos, en el siglo XXI, con cámaras digitales donde utilizaba el Photoshop de forma magistral le han convertido en el primer gran fotógrafo de la era digital, habiendo creado una aplicación para iPad llamada Horvatland y su página web, que él mismo preparaba a diario, contestando a las preguntas y opiniones de sus miles de seguidores. Ejemplo de versatilidad, es considerado un artista que jamás se sintió humillado ni técnicamente ni conceptualmente, delante de cualquier escena que surgía frente a la lente de su cámara. En sus casi setenta años de trayectoria tuvo tiempo de fotografiar infinidad de sujetos con técnicas diferentes. Frank Horvat ha investigado en todos los terrenos de la fotografía, ha buceado a pulmón abierto en los grandes temas, logrando destacar con su lenguaje y personal discurso significándose como uno de los grandes autores de todos los tiempos más allá de las imágenes que creó para la Moda.

Más sobre Franck Horvat en www.hunterartmagazine.com