Sophie Calle: intimidad, amor y ausencia

Territorio íntimo de una mujer obsesionada

Una de las mujeres que reinterpretó la carta. s.calle | SOPHIE CALLE

Una de las mujeres que reinterpretó la carta. s.calle | SOPHIE CALLE / PORPEPECALVOPhotoSoul

Pepe Calvo

Las fotos que no están dentro de un ritual, no forman parte de mi territorio. No hago fotos fuera de mis proyectos. No llevo mi cámara guardada en el bolso, no suelo hacer retratos de mis amigos. Solo cojo la cámara para manifestar una idea. Y solo entonces sé que la fotografía está justificada, aunque no sea buena.Revisando las diferentes series con las que configura su obra, podemos llegar a tener la sospecha de que quizás no esté influenciada por su propia vida sino más bien lo contrario, que es su pulsión creativa el modelo con el que marca su trayectoria vital. La acción de retratarse a sí misma es una forma de reafirmación, de autodefinición, basándose en la naturaleza subjetiva de todo autorretrato.

La artista que ocupa hoy el espacio del PhotoSoul, Sophie Calle, nacida en 1953 en París, está considerada una creadora multidisciplinar, conceptual, fotógrafa y video artista, artífice de una obra que ilustra sus temas favoritos como son la intimidad -la suya propia y la ajena-, el amor y la ausencia. Es hija del prestigioso doctor especialista en oncología Robert Calle. A través de él conoce a sus amigos, los artistas, Arman y Christian Bolstansky de quienes recibe cierta influencia y termina por decidirse ella misma y dedicarse a crearse una trayectoria en el ámbito del arte.

Rasgos autorales

Al leer su declaración de intenciones en el párrafo que abre el presente artículo, se describe certeramente, revelando las estrategias que le motivan para enfrentarse a la creación, dejando bien claro que no es una de tantas, si no una fotógrafa diferente a cuantas han pasado por esta sección, planteando un discurso con mensajes coherentes a sus propias obsesiones. Hasta el momento presente, todos los fotógrafos que forman parte del PhotoSoul podrían agruparse en distintos conjuntos, como naturalistas, de la moda, el retrato y la publicidad, como también los que se ocupan de su recherche personnel como Les Krims, Chema Madoz, Fontcuberta, Raph Gibson o los que se basan en crear estereotipos a partir de su propia imagen como Cindy Sherman, Yasumasa Morimura… pero al observar la puesta en página que ofrezco hoy sobre la gran artista francesa, comprobaremos que Calle está muy alejada de ellos y si a alguno pudiera asemejarse, yo no dudaría en afirmar que sería a Duane Michaels, por la forma de componer y por el lenguaje empleado en sus narraciones. Aunque los conceptos están tratados de forma distinta, el fotógrafo americano de las fascinantes secuencias cotidianas llenas de misterio podría ser un referente de su obra por los rasgos autorales que acabo de significar. No pienso que ella actúe de forma consciente ante esta referencia.

(Territorio íntimo de una mujer obsesionada)

Otra de las imágenes de la artista. | SOPHIE CALLE / PORPEPECALVOPhotoSoul

Organiza de forma metódica el descubrimiento de la vida real, la suya y la de otros que el azar le va revelando. Si la fotografía es la culminación de un instante, la obra de Sophie Calle navega sobre un concepto, haciendo de su vida el pretexto de su trabajo, convertido en arte de manera magistral. La mirada de los otros esta presente de forma implícita, sobretodo en uno de los trabajos más conectados con su vida personal, en su etapa de juventud, en la serie Strip-tease, en la que combina relatos y fotografías de sus actividades como stripper en un local erótico de Pigalle, en la que se desvestía dieciocho veces al día ataviada con una peluca rubia.

Invitación al sueño

Después de un largo viaje de varios años alrededor del mundo regresa a París en 1979 donde realiza su primer trabajo, Los durmientes, un conjunto de imágenes de gente durmiendo. «Pedí a algunas personas que me dedicaran sus horas de sueños». Ella misma invitaba a gente a dormir en su propio lecho durante unas ocho horas, les llamaba por teléfono para concertar las citas, eran nombres que habían sido sugeridos por conocidos comunes que mantenían entre sí un contacto neutro y distante. Un juego de sábanas limpio estaba disponible para cada ocasión. El proyecto comenzó el 1 de abril de 1979 a las 17 horas y finalizó el lunes siguiente a las 10 de la mañana. 28 personas durmieron en los distintos intervalos durante todo ese periodo. La artista permanecía despierta tomando fotos todo el tiempo. La vigilancia y el voyeurismo que concreta este proyecto la convierten en una mujer que parece disfrutar de la obsesión que ha nacido en ella.

Texto de la carta de ruptura proyectado. | SOPHIE CALLE

Texto de la carta de ruptura proyectado. | SOPHIE CALLE / PORPEPECALVOPhotoSoul

Hotel

Calle trabajó como limpiadora de habitaciones en un hotel en 1981. La artista abría las maletas de los huéspedes, cotilleando sus agendas y diarios, tomó fotografías de los objetos y pertenencias halladas. Todo este material fue reunido en una serie, L´hotel, compuesta por diferentes composiciones que sugerían narraciones que desvelaban la intimidad de los huéspedes.

Detective

En otra de sus primeras series, en la que su madre actúa como colaboradora, Sophie le pide que vaya a una agencia de detectives y contrate a uno para que la siga, comente opiniones sobre su comportamiento, haciendo un informe de sus actividades diarias, proporcionando evidencias fotográficas sobre su existencia.

Es posible que este proyecto surja a causa de su inseguridad personal y profesional, por ello los servicios de un detective privado van a ser imprescindibles para que desvele asuntos en los diferentes ámbitos de su vida.

Más adelante, en otro trabajo, es ella la que sigue a la gente intentando averiguar sus vidas, esta serie enlaza con otra a la que denomina Suite Veneciana. Uno de los hombres a los que siguió le fue presentado en una fiesta a la que asiste esa misma noche. Entabla conversación con él y la invita a pasar juntos unos días en Venecia. Ella va por su cuenta a la ciudad de los canales, habiendo dado esquinazo al hombre. Allí, comienza a seguirlo y a hacerle fotos, a pesar de no sentir ningún interés romántico o sexual hacia él, llegando incluso a tomar las mismas fotos que él hacía. Intenta pasar desapercibida utilizando una peluca rubia y gafas de sol, pero después de haberle seguido durante todo el día, el hombre la descubre cuando al anochecer ella se quita las gafas y ve sus ojos.

Autorretrato de Sophie Calle.

Autorretrato de Sophie Calle. / PORPEPECALVOPhotoSoul

Noche sin sexo

Este trabajo, realizado en 1992, la dio a conocer internacionalmente; retrata el drama de la pareja actual en la sociedad de consumo. Vida y ficción son los elementos fundamentales de esta película sobre el amor imposible, de algo mas de 75 minutos de duración. Se trata de una road movie realizada en colaboración con su pareja de entonces, el escritor Gregory Shephard, al que considera su amor más dañino. Se desarrolla íntegramente en un Cadillac que se avería constantemente. Es la celebración de una historia de amor cuya culminación es un final feliz con el matrimonio celebrado en Las Vegas, articulada con la decepción de la ausencia de sexo. La carretera como escenario y los moteles que frecuentan en una trama llena de ironía y humor, que deja la tristeza de lado. Meses después tuvo lugar el divorcio.

Los ciegos

Con esta propuesta consigue dar voz y visibilidad a un colectivo, el de las personas ciegas de nacimiento. Para ello conecta con un grupo para solicitarles que comenten sus impresiones sobre aquello que no ven, hacia donde llevan su imaginación y su propia fantasía. Supone un ensayo fotográfico, una indagación sobre la ceguera y la manera de enfocar su inventiva e ingenio cuando describen lo que nunca ha sido visto. Un interesante punto de vista sobre la experiencia visual.

Les aveugles es un trabajo inspirado en una noticia que Calle leyó en el periódico sobre Estambul, considerada la ciudad de los ciegos, donde se hablaba de las personas que no habían visto jamás el mar. ¿Qué es la belleza para usted? Es una pregunta dirigida a una persona invidente de nacimiento. Habitualmente las respuestas de esta obra tienen un tono poético. Unos responden que lo más bello es un cuadro, otros el mar y sus reflejos azules y verdes, otros una guitarra o una persona.

Ruptura

A los 51 años, Sophie Calle recibe un email de su novio que le transmite que va a romper la relación que mantienen. Ella no lo espera. «No sabía que responder; me daba la impresión de que no iba dirigido a mí. Acababa diciendo ‘cuídate’. Seguí el consejo al pie de la letra, pidiendo a 107 mujeres que seleccioné por su profesión que interpretaran la carta con la intención de analizarla, diseccionarla, cantarla, bailarla, comentarla hasta agotarla. Necesitaba que la entendieran por mí. Respondieran a través de mí. Necesitaba investigar la carta a través del vocabulario y la perspectiva profesional de varias mujeres distintas. Sin darme cuenta me estaba inmiscuyendo en un nuevo trabajo propio, pues era una forma de tomarme el tiempo necesario para romper con mi novio. Una forma de cuidarme».

Lo que continua es el texto completo del texto del email que le escribió el citado novio que no quería prolongar una situación de ansiedad en el que él se relacionaba con otras amantes y de esta forma Sophie se había convertido en una más del grupo, aunque ella todavía se veía con B. y K. (según comenta en el mencionado email). La situación se había vuelto irreparable, pues el amor que ambos se tenían era muy grande, según comenta él, para terminar, diciendo: «Hubiera sido de mi agrado que todo hubiera resultado diferente, pues lo que hubo entre nosotros siempre será único. Cuídate».

Al recibir la noticia es inevitable que ella sienta el dolor de la ruptura. Es este el momento en que en su mente se enciende una llama que hace que el proyecto comience a tomar vida. A pesar de sentirse decepcionada sabe que llevando esta idea a cabo pronto acabará colgada en un museo o una galería y se sentirá bien anímicamente. De esta forma el proyecto había reemplazado al hombre.

Había resultado una suerte de terapia para superar el dolor de la ruptura sentimental que acabó convirtiéndose en un proyecto artístico. Calle hacía fotos de estas mujeres mientras leían el terrible mensaje y lo analizaban, siempre bajo los parámetros de sus profesiones. Como consecuencia de este proceso, el texto fue reordenado y convertido en un crucigrama pues la gramática y la sintaxis de su exnovio fue destrozada por una correctora de textos; sus formas y modales censurados por una experta en protocolo y etiqueta; evaluado por una jueza, tiroteado por una tiradora profesional, su estrategia analizada por una jugadora de ajedrez y su mensaje fue interpretado por la gran actriz Jeanne Moreau.

Como colofón queda el dictamen de una médico forense que llegó a la conclusión que su autor era un manipulador retorcido. Este hubiera sido un buen titulo, pienso que mejor que el que tuvo: Take care of yourself. El manipulador retorcido.

En 2007, este proyecto, que constaba de los correspondientes retratos de las mujeres leyendo la carta, y los referidos análisis que habían realizado ellas mismas sobre el asunto, además de pequeños videoart con canciones compuestas sobre el texto de la ruptura sentimental de nuestra artista, se manifestó, con gran acogida por la crítica, ante el publico en la 52º Bienal de Venecia. Además de exponerse en la Biblioteca Nacional de Francia y en muchos de los grandes museos de todo el mundo.

Otra de las imágenes de la artista. | SOPHIE CALLE

Otra de las imágenes de la artista. | SOPHIE CALLE / PORPEPECALVOPhotoSoul

Paul Auster

En Leviatan, una de las grandes novelas de Paul Auster, uno de los mas importantes escritores del siglo XX y gran favorito de quien escribe estas líneas, relata una historia trepidante en la que surge el tema de la duda entre la realidad y la ficción. La historia explosiona en distintas tramas que surgen una a través de la otra entre dos escritores sobre dos formas distintas de ver y concebir la literatura. Extraños acontecimientos enfrentados unos a otros, terminando con un enorme y sorprendente final que nos da a entender que lo que acabamos de leer y ya sospechábamos era un auténtico relato que evolucionaba con la emoción de una novela negra dentro de un laberíntico azar. Leviatan, que se publicó en Viking Penguin, Nueva York en 1992 y en 1993 en la barcelonesa Editorial Anagrama, se encuentra entre dos de sus mejores novelas como son El palacio de la luna (1989) y El libro de las ilusiones (2002). Dedicada al escritor de cabecera de Auster, Don DeLillo, según reza en una de sus páginas introductorias, en las que el autor agradece efusivamente a Sophie Calle que le permitiera mezclar la realidad con la ficción. Es una novela de grandes personajes donde uno de ellos, Maria Turner, es una fotógrafa multidisciplinar inspirado en Sophie Calle.

«Maria era artista, pero el trabajo que hacía no tenía nada que ver con la creación de objetos comúnmente definidos como arte. Algunas personas decían que era fotógrafa, otros se referían a ella llamándola conceptualista, otros la consideraban escritora, pero ninguna de estas descripciones era exacta, y en última instancia creo que no se la podía clasificar de ninguna manera. Su trabajo era demasiado disparatado, demasiado idiosincrásico, demasiado personal para ser considerado perteneciente a ningún medio o disciplina específica».

En otro pasaje de la novela, Maria Turner encuentra una libreta de direcciones tirada en la calle. «Maria abrió la libreta, -escribe Auster- y el diablo salió volando, salió volando un azote de violencia, confusión y muerte».

Cuatro décadas

Admiramos a Sophie Calle pues los asuntos que trata son las circunstancias cargadas de humanidad que nos atañen. Aquello que a todos nos ha ocurrido, en mayor o menor medida, a lo largo de nuestra vida o está en trance de sucedernos. Ensalza la vida de los seres humanos a través de conceptos, añadiéndole los enigmas propios del misterio de vivir, lo bello y lo fatuo del amor, la tristeza de las ausencias. Todo resulta sublimado en narraciones confabuladas con nosotros mismos, poniéndonos de acuerdo para seguir un plan predeterminado, sin que casi nos demos cuenta de ello. De esta manera consigue que sus proyectos formen parte de la vida.

Con afán indagador, en sus cuatro décadas de trabajo, Sophie Calle ha presentado sus obras siempre en primera persona realizando una búsqueda de las diversas vertientes del arte. Construyendo su propia mirada, dejando patente su relación con los demás y con ella misma en un juego por partida doble, exponiéndose a corazón abierto en series que deambulan entre la fotografía, el videoart y los textos creados para cada trabajo, bien por ella misma o por las personas implicadas en el proyecto. Toda su obra muestra, con la sinceridad de que es capaz, su propia vida, reflexionando sobre la importancia del azar, su intención de construir la mirada y de autoconstruirse. Todas sus propuestas la acercan a la figura del voyeur, convirtiendo su trabajo en un ejercicio de espionaje; poniendo de manifiesto su atracción por la cotidianidad de la gente que le es ajena. Sophie Calle diluye su propia autonomía como sujeto a través de las decisiones y las metas decisivas correspondientes a las necesidades surgidas de la personalidad de los extraños a los que ha fotografiado a lo largo de su trayectoria, autodefiniéndose en ellos, realizando complejos autorretratos en los que se descubre, al mismo tiempo, como sujeto y objeto.