Leemos

La última de un grande

Una de espías españoles, sin estridencias y con digresiones, Tomás Nevinson de Javier Marías

El escritor Javier Marías en una imagen de archivo.

El escritor Javier Marías en una imagen de archivo. / EUROPA PRESS

Recuerdo que publicarla y leerla fue todo uno, pues en esto de los libros también existe el fenómeno fan y eso sin saber que sería la última que Javier Marías (Madrid, 1951-2022) publicara. Ahora he vuelto a releer Tomás Nevinson (Alfaguara, 2021) junto a la que fue su predecesora, Berta Isla (Alfaguara, 2017) tal y como ya conté el mes pasado en el «Leemos» dedicado a ella. Sus primeras 90 páginas son un recordatorio fragmentado y elidido de lo que había sido el argumento de la novela anterior, de hecho, comienza donde la anterior acababa, lo que, al releerlas conjuntamente, la experiencia se ha enriquecido más si cabe, pudiendo interpretar y disfrutar mucho mejor la lectura de ambas, pues si bien no son obras espejo, sí se complementan en el tiempo narrativo perfectamente, siendo recomendable el leerlas en el orden de su publicación. 

Tomás Nevinson

Javier Marías

Alfaguara

688 páginas, 21,75 euros

«Yo fui educado a la antigua, y nunca creí que me fueran a ordenar un día que matara a una mujer». Así empieza Tomás Nevinson, construida con un armazón propio de una novela de espías, pero sin estridencias, pues ya sabemos desde la novela anterior, y desde el mismo inicio, que Tomás es un espía maduro de cuarenta y ocho años, muy experimentado y que ya no siente ilusión por su trabajo ni por casi nada, pues una de sus constantes es que la experiencia rompe el ideal y el gusto por lo nuevo. Es producto de toda una educación, de una época, de una clase social que ya parece tener poco sitio en la España de los años noventa del siglo pasado.  

Desde esta perspectiva vital, el protagonista cuenta, en más de seiscientas páginas, cómo tiene que averiguar, en una ciudad del noroeste de España con río (llamada de forma inventada Ruán para no ofender) con todos los tópicos posibles y no buenos casi nunca («en los pueblos hay demasiada memoria», p.329), qué mujer de las tres posibles candidatas ya investigadas ha podido ser una terrorista que ha colaborado tanto con el IRA irlandés, como con la ETA vasca. El lector, mediante la guía del protagonista, narrador en primera persona, recorrerá esa investigación que, como siempre en las novelas de Marías, sirve para la reflexión sobre las decisiones que vamos adoptando en nuestra vida, sobre la memoria, el recuerdo y el tiempo, pues, en muchas ocasiones vierte opiniones a favor de épocas anteriores en detrimento de la actual: «El tiempo suprime el tiempo, o el que viene borra al que le deja el sitio y se fue; el hoy no se suma al ayer sino que lo suplanta y lo ahuyenta […]» (p. 37). 

En esta novela hay un gran trabajo de inclusión de elementos de la realidad de la España de la época. Así, para la contextualización de los hechos que cuenta, para dotarlos de una viveza y realidad brutal y, en definitiva, para justificar la acción que él tiene que llevar a cabo, el protagonista relata, casi con un estilo periodístico unas veces, y otras con un estilo impresionista, los atentados terroristas de ETA en un Hipercor de Barcelona y el de la Casa Cuartel de Zaragoza, o el asesinato anunciado de Miguel Ángel Blanco en el País Vasco. Con ellos, Tomás expresa la casi necesidad de tener que matar a quien tenga que matar. Incluso, en este mismo sentido, hay disertaciones sobre lo que puede ser la justicia preventiva en este tipo de cuestiones con personalidades históricas como la de Hitler: «[…] matar no es tan extremo si se tiene pleno conocimiento de a quién se mata y de a cuántos se salva, casi todos lo ignoran y se acobardan» (p.511)

Y, ¿por qué deberíais de leer esta novela? Porque, igual que con cualquiera de sus obras, Marías nos ofrece una prosa exquisita, un argumento relevante, pero no estridente, y una importante reflexión sobre el desarrollo temporal de la vida; porque se produce una identificación moral y existencial sobre muchas de sus propuestas y porque siempre es necesario en la vida seguir adelante: «Sí, es cierto que casi siempre se sigue adelante, haya uno hecho lo que haya hecho o haya pasado lo que haya pasado sin nuestra intervención» (p.613); y porque cuando acabas una novela de Marías te quedas entusiasmado esperando ya la siguiente... Y ahí me quedé, esperando la siguiente de un grande... 

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