Haciendo balance

El valenciano Juan Luis Bedins regresa a la poesía con Incierto perfume, un poemario que es un canto a la vida

Juan Luis Bedins

Juan Luis Bedins / INFORMACIÓN

Eduardo Boix

Eduardo Boix

Encontrar una poética no es tarea fácil. El poeta se esfuerza en buscar su voz entre tanto verso suelto. Mientras camina, redacta en la oficina o toma un café, el escritor recibe fogonazos. Las ideas se van acumulando unas encima de otras como si se apilaran objetos en un escritorio. Desentrañar aquello es tarea arqueológica. La minuciosidad hace que todo ese bagaje que llevamos a nuestras espaldas llene los folios de la nueva obra. Es por eso que el poeta sea tratado casi como un ser mitológico, un demiurgo que maneja la historia y la vida en beneficio de su propia obra, porque realmente lo que importa es la palabra escrita.

Incierto perfume

Juan Luis Bedins

Olé Libros

100 páginas, 14,42 euros

Incierto perfume, de Juan Luis Bedins, publicado por la editorial valenciana Olé Libros y prologado por Jaime Siles, es eso, el trabajo sereno de un artesano que no tiene realmente la prisa del trabajo de producción en cadena. Bedins es un poeta reflexivo y lento que nos regala parte de su vida en cada poema. El libro arranca con un poema titulado «Cuando la noche calla», que habla de la duda del escritor: «Cuando la noche calla / y declina sus hombros, / cuando el silencio / enciende las farolas, / en esta habitación / de un ático alquilado / leo mis versos, / celebro mis versos, sufro mis versos… / Contemplo el tragaluz por donde huye mi vida / cual cráneo cubierto de cerezas, / y el tiempo se agota en somnolientas pisadas / que nunca florecen».

Los silencios, el paso del tiempo, el acto mismo de la creación, crean el corpus de este poemario tan esperado de Bedins. Estamos ante un poeta reflexivo que se toma su escritura, o la escritura, muy en serio. La escritura no es solo la acción de sentarse a escribir. Juan Luis medita muy bien lo que debe plasmar antes de que llegue al folio. También es muy importante el silencio, lo que no se dice o, mejor dicho, lo que se omite. Porque de los silencios también surge la poesía. El poema titulado «V» de la segunda parte del libro, titulada «Sombra inextinguible», es un claro ejemplo de ello: «Más allá de tu silencio / y de estas tardes de julio / brilla el fino horizonte de tu carta / con su perfil sombreado. / Palabras / cubiertas por la tibia luz / de la intimidad. / La cálida puerta del estío / despacio se abre / a nuestras voces más hondas. / La calle descansa, está vacía. / La distancia nos persigue y nos une».

Incierto perfume es el poemario más hondo y maduro de Juan Luis Bedins. Estamos ante un autor que ha alcanzado la plenitud poética y donde su propia voz se expande. Es muy reconocible la poética de Bedins, un poeta que mira al pasado para cantar la vida del presente. Juan Luis no tiene una tristeza por lo que fue, pero sí utiliza la nostalgia como disparadero para armar su obra. Como he dicho antes, Juan Luis es lento en la ejecución porque respeta los tiempos de la creación, que no son los mismos que los de otras actividades. La ejecución poética tiene sus pasos, su voz, su forma de respirar. Estamos ante un poemario que, como en los grandes de la poesía, nos plantea un viaje. No es un traslado, es un repaso a todo lo vivido por el poeta. Es un ajuste de cuentas consigo mismo y con la vida, esa que le ha tocado vivir y de la que se siente en deuda. Cierra el libro con un poema titulado «Mi casa» dedicado a su familia y a la poesía, su pilar, su vida: «[…] Mi casa es mi trabajo y mis lecturas, / los versos y los libros / que en mi desván conviven, / El útero que me protege / de mi desnudo miedo. // Mi casa es el rosal y es la pradera, / es el desierto que despacio cruzo / hasta llegar al mar que es mi alegría. // Mi casa eres tú / en el extenso viaje del presente».

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