La flota de arrastre del puerto de Santa Pola afronta su segundo mes de paro biológico, después del realizado el pasado mes de junio. Así, de acuerdo a esta medida que trata de dejar de explotar este tipo de pesca durante un tiempo para que se recupere naturalmente, un total de treinta y seis barcos y alrededor de ciento ochenta pescadores permanecen parados desde el pasado viernes 1 de octubre y no saldrán a faenar hasta el próximo mes de noviembre.

Sin embargo, la nueva jornada de veda se percibe en las mismas condiciones negativas que en las anteriores que se han realizado. Y es que, durante este mes, como en los pasados paros biológicos, los tripulantes de las embarcaciones no perciben ninguna ayuda específica, como en el caso de los propietarios de los barcos de arrastre, y tienen que recurrir al paro para poder cobrar. Ante ello, según el secretario de la Cofradía de Pescadores, Roque Andreu, se están realizando las gestiones pertinentes para que el próximo año los marineros puedan contar con una prima subvencionada por parte de la Conselleria de Agricultura y Pesca.

De esta forma, los pescadores han de recurrir al desempleo cuando se producen las paradas, lo que desemboca en que poco a poco se vaya agotando las prestaciones.

Así, con esta medida, que se volverá a repetir el año que viene durante los meses de mayo y septiembre, únicamente salen a faenar los barcos de arte menor. Con ello, aunque la flota de arrastre permanece en el puerto, la lonja no se quedará sin oferta de pescado, ya que los mayoristas se encargarán de suplir la carencia durante el mes. Para la próxima semana, está previsto que comiencen las obras en esta infraestructura, con el objetivo de que en la propia lonja se pueda contar con unas dependencias para realizar la manipulación del pescado.