La incorporación al trabajo de un guardia civil de Santa Pola detenido hace casi un mes por tráfico de drogas y revelación de secretos ha causado gran malestar en buena parte de la plantilla del cuartel, que no entienden cómo no se ha adoptado alguna medida disciplinaria y solo se ha aplicado una sanción de cuatro días de suspensión de servicio mientras se tramita el expediente, que queda a su vez en suspenso hasta la resolución del proceso penal, según informaron a este diario fuentes próximas al caso. Al estar en suspenso provisional el expediente disciplinario los mandos de la Comandancia no tienen opción de apartarlo del servicio.

El agente fue detenido por la Policía Nacional de Elche cuando viajaba en su coche particular con un presunto traficante. En el interior de su coche llevaba un kilogramo de cogollos de marihuana que, según la investigación policial, pretendía vender, aunque el agente alegó tras su arresto que la droga era para su autoconsumo, señalaron fuentes cercanas a la investigación.

La Policía Nacional de Elche también descubrió en sus pesquisas que el guardia civil sospechoso facilitaba a traficantes datos secretos de personas a los que accedía por su condición de agente.

Tras su detención fue puesto en libertad provisional tras pasar a disposición judicial y hasta ahora había estado de baja médica en su domicilio. Sin embargo, esta semana recibió el alta y el pasado lunes acudió a trabajar al cuartel de Santa Pola, donde la inquietud se apoderó de muchos agentes que no están dispuestos a prestar servicio en compañía del guardia imputado por tráfico de drogas.

El primer día le asignaron un servicio de paisano dentro del cuartel y ayer trabajó de uniforme en el servicio de seguridad en la puerta del acuartelamiento.

De momento no se la destinado a prestar servicio en coches patrulla del área de Seguridad Ciudadana, pero más de un agente ha reconocido no estar dispuesto a trabajar con el agente imputado, ya que consideran que sería un desprestigio tanto para la Guardia Civil como para los ciudadanos de Santa Pola, según indicaron las mismas fuentes consultadas por este diario.

Las mismas fuentes añadieron que cuando fueron detenidos hace varios años otros agentes del cuartel de Santa Pola estuvieron unos meses en prisión y luego estuvieron de baja médica sin volver al acuartelamiento.