Fue polémico antes de su creación, cuando se instaló, y lo está siendo en la actualidad. El Obelisco de la Rambla, el monumento que ideó el alcalde de Crevillent, César Asencio, como guinda para el proyecto de la urbanización de la Rambla, y que costó 600.000 euros, sigue dando que hablar a propósito de las roturas de sus cristales, por vicios ocultos o actos vandálicos.

Concretamente, desde el grupo municipal de Compromís denunciaron que "el pasado 9 de enero se cumplió medio año desde el desprendimiento de una placa del Obelisco sin que se haya hecho nada al respecto". La edil de Compromís, Aitana Mas, recordó que "desde el mes de junio en que se produjo la rotura hemos venido solicitando al gobierno municipal diversas cuestiones al respecto, como el que se garantice la seguridad de las personas en su entorno, que se evaluara mediante informe de técnicos competentes en la causa y las posibles soluciones, así como determinar responsabilidades y exigir que los responsables asuman los costes de la reparación".

Tras hacerse público el informe de la empresa que fabricó los cristales, en el que se aludió a un vicio oculto del material que producía roturas espontáneas de los mismos, desde Compromís manifestaron que "el informe elaborado por los técnicos de la empresa es un informe de parte y no un informe independiente y tiene como única finalidad poner a salvo su posible responsabilidad. Dicho informe entregado califica la rotura de espontánea, y no se descarta que puedan volver a producirse otras roturas, algo que desde nuestro punto de vista no aclara nada y no se aporta ninguna conclusión para evitar que se repita, simplemente se aconseja que se mantenga el actual vallado por si acaso". No obstante, destacaron desde Compromís, "se han cumplido seis meses desde que se produjo el desprendimiento" y "desde el PP no son capaces de gestionar su reparación en un plazo razonable".

Ante estas manifestación, el concejal de Obras, Rafael Candela, aseguró que tras la última rotura, "el gobierno municipal adoptó las medidas adecuadas para mejorar la seguridad en caso de futuras roturas, teniendo en cuenta el informe técnico que ratifica las medidas de seguridad tomadas y las indicaciones del fabricante de los vidrios sobre la rotura espontánea que se ha producido por la expansión de una micro burbuja y que tal causa es cada vez más improbable que se repita por el tiempo transcurrido".

No obstante, desde el PP aseguraron que "cuando se rompe un vidrio del Obelisco, antes de caer se convierte en pedazos diminutos, produciendo una lluvia de pequeños cristales que disminuyen la gravedad de los daños a las personas". Además, indicaron, "estos trozos siempre caen en el área de la rotonda que conviene recordar que no es transitable".

Así y todo, el edil de Obras anunció que "nuestra intención es ampliar las dimensiones de la rotonda del Obelisco, sin que afecte a la circulación de vehículos, de manera que se mejore la seguridad de las personas, incorporando un vallado fijo que impida, de manera efectiva, el tránsito peatonal, en sustitución del vallado provisional actual".

Una respuesta que sigue sin convencer a Compromís. En este sentido, la edil Aitana Mas dijo que "resulta contradictorio que se diga que no hay peligro y, al mismo tiempo, estén hablando de ampliar el perímetro y vallar la zona".