La villa marinera duplicará este año la venta de ostras de la Bahía de Santa Pola y las comercializará por primera vez en el mercado extranjero, así como en todo el territorio nacional.

La empresa Ostres de la Badía ha conseguido una campaña exitosa de fijación y captación de estos preciados moluscos, por lo que esta temporada tiene previsto vender entre 60.000 y 70.000 unidades. Según el gerente de la compañía santapolera, Manuel Marhuenda, el pasado año tan sólo pudieron salir al mercado 30.000 unidades debido a un fallo en la captación.

"Este primer proceso resulta muy complicado, depende del estado del mar, si el agua está demasiado fría o caliente puede perjudicar la captación y desconocemos qué ocurrió el ejercicio pasado", señala Marhuenda.

Así, tras dejar una campaña en la que sólo se vendieron ostras durante tres meses, Santa Pola afronta ahora una temporada esperanzadora con las primeras ostras que ya han salido a la venta.

En este sentido, la empresa de la localidad costera ampliará su alcance y llevará sus productos del mar al mercado internacional.

Y es que, Ostres de la Badía ha puesto en marcha una página web para que particulares, pescaderías y restaurantes puedan realizar sus compras de manera on line y, posteriormente, la compañía de transporte, Seur, se encarga de llevarla a la dirección elegida.

Con ello, las ostras capturadas en Santa Pola llegarán a distintos rincones del país, pero también a Andorra y Portugal. Asimismo, según Marhuenda, una empresa holandesa se encargará, también, de comercializar los moluscos.

Además, a partir de ahora, la Peixatería de Santa Pola se ha convertido en el nuevo punto de venta para adquirir las ostras de la bahía en el municipio.

De esta forma, Ostres de la Badía mantendrá esta campaña el mismo precio de estos manjares del mar y el coste de la unidad se sitúa entre 1,20 euros y 1,80 euros.

Fijación artificial

Por otra parte, la empresa santapolera ha conseguido las primeras fijaciones de ostra plana y zamburiña a través de un proceso pionero, implantado durante este mismo invierno, que permitirá aumentar la producción y reducir el esfuerzo de los trabajadores en mitad del mar a la hora de cultivar los moluscos.

Según Dionís Calvet, encargado del criadero, el objetivo de esta acción es producir más semillas de las que puede garantizar el medio natural, ya que en el mar están expuestas a la depredación y el proceso de fijación resultaba más complicado.