El Ayuntamiento de Santa Pola pondrá el nombre de Silvia Martínez a la Plaza de la Diputación, ubicada frente al cuartel de la Guardia Civil donde hace 11 años la banda terrorista ETA perpetró el atentado que acabó con la vida de la niña y del vecino de Torrevieja, Cecilio Gallego.

El alcalde, Miguel Zaragoza, anunció ayer durante el undécimo aniversario de la tragedia que asoló al municipio costero que propondrá a la corporación municipal, en la que gobierna con mayoría absoluta, dedicar el nombre de la pequeña a la plaza donde cada 4 de agosto recuerdan a Silvia Martínez.

Más de medio millar de personas asistieron ayer al acto conmemorativo en el que no faltaron las reivindicaciones de justicia para la niña.

Toñi Santiago, la madre de la pequeña expresó de manera contundente su repudia a los asesinos de la banda armada y acusó al Gobierno de «traición» por los beneficios que ha concedido a ETA y por pensar que aniquilaría a la agrupación terrorista.

Asimismo, la madre de la niña, que falleció cuando apenas tenía 6 años, rechazó la puesta en libertad de Bolinaga «bajo la excusa de que se encontraba terminal» y lamentó que el Gobierno «ha beneficiado a una docena de terroristas de excarcelaciones, permisos penitenciarios y una serie de prebendas que ningún asesino debería obtener».

Pero además de las reivindicaciones, el acto de ayer se llenó de momentos muy emotivos en recuerdo de Silvia y en señal de apoyo a los padres y hermanos de la pequeña. El homenaje comenzó con un minuto de silencio de todos los vecinos y autoridades locales y continuó con las voces angelicales de nueve niñas del coro infantil Virgen de Loreto que interpretaron cinco canciones y llenaron de sentimientos la Plaza de la Diputación. Allí, Paola, una alumna de la escuela de verano del colegio Hispanidad, donde Silvia asistía a clase, leyó una entrañable carta que han escrito niños del centro.

Tras las intervenciones de Mamen Álvarez, portavoz de Mujeres por la Justicia, Ana Galante, víctima del 11-M, el alcalde y Toñi Santiago, el acto acabó con el himno de España y vítores a la Guardia Civil.

Por último, los asistentes plasmaron sus dedicatorias a la pequeña en un libro que pusieron a disposición los padres y que llevarán a cada homenaje.