Un juzgado de lo Penal de Elche ha condenado a un año y medio de prisión al arqueólogo de Crevillent y director del museo Arqueológico de la localidad y el de Benlliure, Julio Trelis, por acosar a una funcionaria durante diez años, sometiéndola a presiones y tratos degradantes que le han causado un trastorno por estrés postraumático, según el fallo al que ha tenido acceso este diario. La sentencia le condena por un delito contra la integridad moral en concurso con uno de lesiones y obliga al acusado a indemnizar a la víctima con cantidades que suman más de 27.000 euros. El fallo declara probado que como consecuencia de estos hechos estuvo sometida a tratamiento desde abril de 2010 hasta marzo de 2011 por un trastorno de estrés postraumático. Asimismo, en abril de 2013 la Seguridad Social declaró que la baja de la trabajadora tenía su origen en un accidente de trabajo. El fallo es una de las escasas condenas a través de la vía penal por «mobbing» cometido dentro de la Administración Pública.

La sentencia asegura que los hechos apuntan «inequívocamente a la existencia de un maltrato psíquico reiterado» que incapacitaron a la víctima para trabajar. El fallo se apoya tanto en la «demoledora» declaración de la víctima, que estaba representada por el bufete Ferrer Pallás, que se ha visto corroborada por informes médicos y los testimonios de otros testigos y que llevó a que el personal municipal recogiera firmas de apoyo.

Entre las conductas vejatorias que el juez declara probadas en este caso de «mobbing» está el haber omitido la intervención de la funcionaria en los trabajos que había realizado o en los que había colaborado de forma activa, «lo que supone una clara falta de reconocimiento a su labor profesional». En el año 2007, para tratar de apartar a la funcionaria de su actividad contrató a personal para que se hiciera cargo del Museo Arqueológico, dejándole a ella exclusivamente la gestión del museo Benlliure, que estaba inactivo.

El magistrado cree probado también que en un intento de evitar competencia y con claro abuso de superioridad, trató de evitar cualquier tipo de relación entre sus subordinados y sus superiores jerárquicos, con frases como que no iba a permitir ningún compadreo con la concejala. Otras expresiones vejatorias atribuidas al acusado era que «estaba rodeado de beatos», que «las que pisan la Iglesia al final son las peores», o insultos del tipo «mal nacida», «mal follada», etc. Durante esta situación de acoso, el acusado llegó a prohibirle que llamara por teléfono o usara el correo electrónico.

Un juzgado de lo Contencioso de Elche anuló el pasado febrero la sanción de ocho meses de suspensión de empleo y sueldo impuesta en 2011 por el Ayuntamiento al arqueólogo tras ésta y otra denuncia. El juzgado no entraba a valorar si el funcionario cometió los hechos por los que fue sancionado, únicamente establecía que había defectos de forma en el procedimiento.