Las empresas que transportan a los viajeros entre el puerto de Santa Pola y la isla de Tabarca se encuentran con peleas diarias para captar clientes. Las tres compañías operan desde el puerto y dependen de la normativa de Capitanía Marítima. Hace cinco años se aprobó que los puntos de venta se instalaran en casetas contiguas a lo largo del paseo marítimo. Desde entonces, tabarqueras y barco-taxis tienen una guerra de precios y una lucha por conseguir clientes que ha llegado incluso a traspasar lo profesional y no es extraño oír insultos e incluso agresiones entre los vendedores. En la actualidad , y dado los antecedentes, no les está permitido salir de sus casetas para captar clientes ni repartir publicidad y no pueden cambiar los precios, que han de aparecer fijados en los carteles de publicidad. Sólo les está permitido en el caso de que se trate de un grupo numeroso o de escolares. Según los trabajadores, es normal que acuda casi a diario la Guardia Civil para mediar en los enfrentamientos.

Si bien es cierto que la situación no es novedosa, sí que se ha visto acentuada en la temporada baja, en la que los viajes entre la costa de Santa Pola y la isla disminuyen y cuesta llenar las plazas de las embarcaciones. Así, las normas de convivencia parecen no cumplirse y, al menos una de las empresas, vuelve a salir de los habitáculos y a bajar precios de forma indiscriminada. Para José Linares, propietario de la empresa «Tabarca Charter» la situación es insostenible y aqueja un acoso al turista y de un trato lamentable que sólo encontraría solución en que la venta se realizara en taquillas y suprimir las casetas tal y como están planteadas. Las empleadas de Transtabarca y Tabarca Charter se quejan de que la rivalidad ha traspasado en muchas ocasiones a lo personal y que han recibido insultos y agresiones en sus puestos de trabajo y delante de los paseantes y usuarios de las tabarqueras. Según Patricia, una de las empleadas, llega cada día a trabajar esperando «a ver qué problema va a surgir hoy».

Soluciones que no cuajan

Las compañías se reunen periódicamente con Capitanía Marítima, Puertos y la Guardia Civil para tratar de solventar los enfrentamientos, pero no acaban de convencer las medidas para solucionar los desencuentros. Piden cambio en la ubicación de los habitáculos e incluso convertirlos en taquillas. En lo único en lo que coinciden es en que la situación de las casetas, intercaladas y que no permiten posicionar a las embarcaciones frente los puestos de las compañías correspondientes, no convence a nadie. En este caso, Transtabarca, la empresa más antigua, cuenta con tres casetas y son los únicos que trabajan con los barcos grandes. Tabarca Charter y Tabarbus cuentan con lanchas rápidas y una caseta cada uno, y esperan que se les conceda permiso para usar tabarqueras.