Las picaduras de medusa se han reducido a más la mitad este verano en el litoral santapolero, donde se han contabilizado alrededor de 1.200 asistencias durante el mes de julio. Mientras que en el mismo período del año pasado, las atenciones por picaduras llegaron a las 4.200. En concreto, los datos desgranados por playas, indican que Levante se lleva la palma en cuanto al número de incidentes, con 613 casos. En Gran Playa hubo 514 incidencias y en la zona de Santa Pola del Este contabilizaron un total de 185 picaduras.

En cuanto a las incidencias por el pez araña, este año han aumentado. El mes de julio se saldó con unas 80 curas, mientras que en el mismo mes en 2016, las atenciones fueron 50. La playa donde mayor número de picaduras se han documentado ha sido en Levante, con un número total de 52. Apuntan a la afluencia de gente.

Estas actuaciones son las más imprevisibles, por lo que no se suelen registrar grandes cambios, ya que los peces araña habitan generalmente en las orillas, bajo de la arena, por lo que es más difícil esquivarlos. Además, hay un gran número de espigones o zonas cercanas a la playa donde los niños se pueden hacer algún daño jugando y también han de atender estas incidencias desde Cruz Roja.

La Concejalía de Playas de Santa Pola realiza un seguimiento y control de la presencia de medusas en colaboración con diferentes proyectos y organismos para coordinar acciones preventivas y correctivas. En primer lugar cuenta con el protocolo de actuaciones preventivas con el Centro de Investigación Marina, CIMAR, para estudiar la dinámica de poblaciones de medusas presentes en las playas de Santa Pola. También cuenta con un plan de emergencias ante la aparición de bancos de medusas que se activó durante dos fines de semana en julio, por precaución y, en concreto, el 23 de julio, por peligro de llegada de estos animales marinos.

En este caso, el servicio de socorrismo cambia la bandera en cuanto detectan un número considerable de atenciones por picaduras de medusa, pero no se han dado casos reseñables este año.

Asimismo, uno de los problemas más frecuentes que se producen en verano es la pérdida de niños; en este tipo de espacios más grandes los pequeños tienen mayores dificultades para quedarse con la referencia de algún sitio y es fácil que se extravíen.

En julio de este años se han producido 28 extravíos, ninguno de importancia. Desde Cruz Roja se proporcionan unas pulseras, gratuitas, en cada puesto de socorro, para anotar el nombre de los niños y el teléfono, y poder localizar a sus familiares con mayor facilidad.