Crevillent contará con un «skatepark» de casi 2.000 metros cuadrados en la ciudad deportiva Juan Fran Torres para satisfacer las necesidades del colectivo de patinadores urbanos. Precisamente ayer arrancaba la licitación de uno de los proyectos estrella del PP en este mandato, que costará más de 350.000 euros, que serán asumidos con el superávit del año anterior. Sin embargo, la primera impresión de algunos grupos de la oposición como l'Esquerra, así como de la asociación de empresarios y constructores de Crevillent (ASOCYA) es que falta un estudio geotécnico que valide que la futura infraestructura es apta para levantarse sobre la rambla del Castelar.

El espacio elegido por el equipo de gobierno es un solar al norte del complejo deportivo en el que hace años había unas piscinas municipales que, con el tiempo se terminaron cerrando por los actos vandálicos que se producían, y finalmente se colmataron con restos de hormigón. Desde ASOCYA señalan que sería conveniente haber realizado un estudio en profundidad que indique la calidad del suelo, ya que a pesar de tratarse de un proyecto de 250 páginas, encargado a un bufete de arquitectos externo al Ayuntamiento, no comprende este estudio de una manera detallada, sino que ocupa menos de un folio. Desde el colectivo advierten de que las consecuencias de la falta de este documento pueden limitar las garantías de las obras, ya que podrían retrasarse o suponer más gastos ante varios imprevistos. Por ejemplo, que tras hacer las excavaciones la mercantil adjudicataria, que debe ser especialista en este tipo de obras, encontrase que el terreno no tenga la compactación requerida, o bien ceda y se produzcan grietas en el pavimento de las pistas con el tiempo.

Desde l'Esquerra sostienen que la nueva ley de contratos del Sector Público establece que deben contratarse este tipo de estudios incorporados al proyecto, por lo que pedirán explicaciones al ejecutivo local en la próxima comisión de obras, prevista para hoy.

De lo que sí que habla el proyecto es de que se aprovechará el desnivel de la Rambla del Castelar para jugar con la posición de las pistas, ya que las diferencias de cota se tendrán en cuenta para integrar lo más posible en el terreno la instalación proyectada, «minimizando con ello el impacto visual y recortando las partidas destinadas a movimientos de tierras», se desprende del documento técnico. La entrada al recinto estará en uno de los laterales y las instalaciones serán accesibles también a personas con movilidad reducida, ya que se han proyectado módulos para que deportistas con sillas de ruedas adaptadas puedan practicar deslizamientos acrobáticos sobre el lugar.

Recorrido con rampas

En total habrán varios espacios por alturas en el recinto de 1.199 metros cuadrados. El más voluminoso es un «skate plaza», una opción que reproduce las plazas y calles donde suelen patinar los «skaters» en la ciudades con zona de rampas, barandillas y escaleras en el recinto. Esta opción permitirá hacer uso a los expertos y a los recién iniciados. Por otro lado, habrá un «bowl», estructuras que se excavan en el terreno y que van recubiertas con hormigón y formas redondeadas en las paredes para hacer acrobacias, además de una zona lisa para patinar. Estas instalaciones, demandadas desde hace años por los colectivos de estas modalidades deportivas, estarán alumbradas también por la noche con cuatro grandes focos. El expediente de «skate park» ha estado intervenido en Contratación durante meses y los trámites se han hecho esperar hasta el final de mandato y en plena campaña electoral. El 10 de junio culminará el plazo para que las empresas presenten ofertas. Vistas las fechas, será la próxima corporación quien inaugure este sector.