El Ayuntamiento de Crevillent, a través de la Concejalía de Medio Ambiente, ha dado su autorización para el reinicio de las obras de adecuación de pistas para prevención de incendios forestales que quedaron paralizadas el pasado invierno después de que los responsables municipales del área no estuvieran de acuerdo con los trabajos que ya se estaban realizando. La reanudación se produce después de «varias reuniones mantenidas con la empresa adjudicataria y los directores de obra de las mismas», explica el gabinete de Comunicación.

La pandemia también ha dado un tiempo a ambas parte para reanudar los trabajos de un proyecto que contempla la realización de 320 metros lineales de muro de mampostería en la pista de la Bigotilla. «Esta pista es una de las más deterioradas de toda la Sierra de Crevillent y la que sufre una mayor erosión y desgaste a consecuencia de las lluvias que se producen a lo largo del año», explican desde el Ayuntamiento, que decidió iniciar los trabajos en este punto al considerar que era el más urgente y el más crítico. El trabajo consistirá en la realización de un muro de piedra de 1.30 metros de alto que servirá de contención para los desprendimientos de tierra que caen del talud y que evite que los restos de piedra y arena caigan sobre la pista para, de este modo, «evitar complicaciones en el acceso en caso de los sofocos de posibles incendios o de posibles rescates que se deban realizar por las autoridades», añaden las mismas fuentes.

Malestar

Según la concejala de Medio Ambiente, Estefanía Salinas Peral, «tras el malestar que estas obras han causado entre los crevillentinos, he de decir que a pesar de no estar del todo satisfecha con lo que se ha hecho, sí hay que reconocer que estas pistas deben tener un mantenimiento periódico y que a pesar de que son obras en plena sierra, hay actuaciones que no se pueden evitar».

La edil añadió que «hemos de tener en cuenta, que estas pistas están orientadas a la prevención de incendios, incluso el acceso de vehículos para el rescate de personas en caso de accidentes, por lo que deben presentar siempre el mejor estado posible». Hace siete años, en 2013, el Ayuntamiento de Crevillent ya tuvo que reparar el camino de la Bigotilla que había quedado muy dañado por la lluvia, creando unos surcos intransitables.