Crevillent comienza a rehabilitar el rocódromo «Paco Lledó» de la Rambla del Castelar para que pueda volver a abrirse y que funcione a corto plazo, dentro de las posibilidades que permita la pandemia por covid-19.

La instalación deportiva había notado cierto desgaste por el paso del tiempo y a nivel municipal han decidido reforzar la estructura para que haya una mayor seguridad en este enclave.

El edil de Deportes, Marcelino Giménez, indica que el trabajo de reforma lo va a realizar una empresa crevillentina especializada en este tipo de instalaciones y con amplia experiencia como escaladores, por ello a nivel municipal agradecen el asesoramiento para plantear esta reforma que dará garantías en el uso. El plazo de ejecución de los trabajos será de dos meses en los que está dispuesto un programa de rehabilitación completo, según avanza el ejecutivo local. No ha trascendido a cuánto ascenderá la rehabilitación aunque las actuaciones ya han comenzado en el lugar.

La actuación contempla el refuerzo de la estructura metálica colocando perfiles nuevos en los plafones y sujetados a la vez con tirafondos. De igual forma, en las soldaduras se aplicará una capa de antióxido que a nivel estético complemente con el color de la estructura. Por otro lado, se realizará un sellado en todas las juntas del plafón de fibra de vidrio de poliuretano con el fin de evitar filtraciones de agua.

Esta infraestructura municipal llevaba un tiempo cerrada y estaba ciertamente desgastada por no tener uso.

Giménez indica que, además de la rehabilitación técnica, se van a realizar actuaciones complementarias para que la instalación pueda ser un entorno donde los amantes de la escalada puedan tener un lugar de referencia en el núcleo urbano.