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Un conflicto social en Crevillent

El Ayuntamiento refuerza el control policial en la calle Ángel tras recibir quejas de vecinos por un clan familiar al que acusan de amenazas

Entorno de la calle Ángel de Crevillent donde se encuentra la ermita del barrio.

Los vecinos del entorno de la calle Ángel de Crevillent han pasado de vivir en una de las zonas más tranquilas del municipio alfombrero a salir a la calle con temor, después de que hace unos meses se instalase en varias viviendas un numeroso clan familiar que está dificultando la convivencia entre residentes. Estos nuevos inquilinos hacen fuertes ruidos a horas intempestivas, lanzan mensajes violentos hacia ciertos vecinos e incluso utilizan la vía pública a su antojo. Han llegado a usar mesas de ping-pong en la calle y han organizado hasta peleas de gallos que tuvieron que ser disueltas por la policía.

El propio Ayuntamiento es consciente de la problemática después de que les hayan llegado decenas de quejas vecinales en los últimos meses. Por ello se ha intensificado el control policial en esta zona para que la situación no vaya a más. Incluso el propio alcalde, José Manuel Penalva, y el edil de Protección Ciudadana, Josep Candela, se desplazaron este jueves a la zona para intentar concienciar a estos nuevos habitantes de que no pueden usar la vía pública como quieran ni tampoco enturbiar la convivencia vecinal.

«Hemos ido a dialogar con estas familias que al parecer están alterando esa convivencia para pedir su colaboración y recordarles que hay unas ordenanzas municipales que cumplir, que los espacios públicos son de todos y, evidentemente, no se va a tolerar que se altere por parte de nadie la normal convivencia de los vecinos y vecinas de la calle Ángel», sentencia Penalva.

El primer edil reseña que ya se puso en conocimiento de la Junta Local de Seguridad las incidencias que estaban registrando y por ello se están realizando intervenciones periódicas entre la Policía Local y la Guardia Civil, teniendo en cuenta que la Subdelegación del Gobierno también es conocedora de esta situación que se está apoderando de la calle. A nivel municipal cuentan a INFORMACIÓN que los vecinos se encuentran en un callejón sin salida. Temen denunciar pero las quejas han provocado que el Consistorio emprenda diferentes acciones porque perciben que la problemática está muy focalizada.

Según Josep Candela, edil de Protección Ciudadana, desde noviembre hay un incremento notable de controles policiales en la zona. Explica que sólo en la última semana se han levantado 17 actas, muchas de ellas por incumplir el protocolo sanitario por coronavirus al salir a la calle en grupos numerosos sin distancia, también por desobedecer las ordenanzas locales de seguridad ciudadana. En los controles también se ha detectado la tenencia de drogas entre algunos miembros.

Según explican desde el Consistorio, se trata de una numerosa familia de etnia gitana (podría haber más de 30 miembros, incluidos algunos menores) que se ha asentado en otros municipios y terminó recalando en Crevillent a finales de 2020 cuando adquirió, al menos, dos casas cueva.

Esta es una de la zonas residenciales más antiguas del municipio y con el paso de los años más viviendas de este tipo se han puesto a la venta porque sus propietarios han ido falleciendo y a ciertos herederos no les resultan atractivas. Mientras, la población media de la zona está más envejecida que en otros puntos del núcleo urbano donde hay más servicios. Por eso estos factores han podido propiciar que esta familia supiese perfectamente donde ir a parar.

Josep Candela, edil de Protección Ciudadana, apunta que es necesario visibilizar el problema para «que no reine la ley de la amenaza». Relata que en estos momentos «el ambiente está enrarecido. Por ahora no se puede hablar de zona degradada pero no queremos que llegue ese punto», explica.

El edil reconoce que no puede haber una presencia policial las 24 horas pero entiende que se tiene que asegurar que los residentes puedan vivir de forma tranquila como siempre han hecho. Por ello explican desde la concejalía que se va a aumentar la dotación policial para la zona y plantean que pueda establecerse una patrulla fija si persisten los problemas.

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