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Semana Santa de 1950 en Crevillent

El Archivo Municipal muestra documentos de Joaquín Galiano de la llegada de crevillentinos ausentes al municipio hace siete décadas

La llegada a Crevillent

Las imágenes del archivo de Joaquín Galiano son inéditas y recuerdan un Martes Santo, 4 de abril de 1950, cómo llegaron las expediciones de crevillentinos ilustres procedentes de Madrid y de Cataluña, cómo fueron recibidas por las autoridades, la Junta Local de Cofradías y Hermandades y «el pueblo en masa, convocado por los cohetes y los acordes de la música, acudió a darnos la bienvenida, […] el coro de la CCA de Cataluña entonó su Salutación a Crevillente». Acto seguido, se trasladaron al Ayuntamiento, donde se celebró una recepción del alcalde, Vicente Mas Martínez, en la que brindaron por Crevillent y el esplendor de su Semana Santa. Ese año su revista cumplía sus bodas de plata, «la más antigua de carácter religioso a nivel nacional».

Un momento en la parroquia. JOAQUÍN GALIANO

Joaquín Galiano relata, a modo de crónica en el Boletín de Crevillentinos Ausentes sus vivencias en las procesiones, desde la del Miércoles, coronada por la Subida del Cristo. Cómo el Jueves Santo, hicieron entrega del Monumento, costeado por la Comunidad de Madrid, para ser expuesto en Nuestra Señora de Belén y presidir la procesión claustral, mientras un coro entonaba el Cristus Factus. El Viernes Santo por la noche, tenía lugar El Silencio, que por entonces cerraba los actos procesionales. El Domingo de Pascua, a las 11,30 de la mañana, en el Cine Iris, se celebró el Festival Artístico a cargo del cuadro y coros de la Cofradía de Crevillentinos de Cataluña, seguido de un festival deportivo vespertino y por la noche, una gran verbena amenizada por la Banda municipal de música y «disparo de cohetes y traca final, entrada ya la madrugada». El lunes de Pascua, en los lugares de costumbre, como la ermita de San Pascual y Les Canyaetes o tradicionales casas de campo, los crevillentinos disfrutaron con las clásicas toñas y monas, precedidas de bailes y juegos.

Bajada del Calvario en 1950 JOAQUÍN GALIANO

En estos días, los ausentes visitaron el asilo de la Purísima Concepción, regentado por las religiosas carmelitas descalzas, donde doce ancianos tenían refugio y cuidado, ofreciendo obsequios y una limosna para el mantenimiento de la institución, un acto que venían haciendo habitualmente. Finalmente, el martes de Pascua por la tarde, después de una semana en la patria chica, «bañados en nostalgia, iniciamos el regreso a Madrid, […] quedaba en nuestras conciencias el regusto de tanta belleza admirada y tanta ilusión satisfecha».

Visita al asilo de la Purísima Concepción. JOAQUÍN GALIANO

Clásica merienda con las monas y las toñas. JOAQUÍN GALIANO

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